—¿Por qué te comportas como un cretino con ella?, —en casa de su padre, habia cervezas Derek saco un par.

Conan tomo la botella y dio un largo tragó. No estaba seguro de por qué se sentia así, estaba cansado de pensar todo el tiempo en la traición de Débora, de no poder sentirse dichoso por el nacimiento de su hijo, la prosperidad que eso implicaba y demostrarle en cada segundo a Jena esa felicidad y agradecerle porque sin ella no podría existir el júbilo que anunciaba Jarek.

Por el contrario se sentia una molestia hacia ella, irritado por que todo el tiempo quería hablar de lo mismo, cuestionarle, y hacerlo sentir miserable por no poder cumplir con sus deberes de esposo.

La amaba con una locura desmedida y la deseaba de la misma manera. Aunque intentaran estar bien, la tensión entre ambos era casi palpable.

—Quiere solucionar mi vida,—respondió exagerando —se le meten en la cabeza ideas locas, como que prefiero creer que el hijo de Débora es mío, que aceptar que se burló de mi en los