Corría por el bosque buscando a Conan, lo estaba llamando con fuerza temerosa de que algo pudiera sucederle, gritaba su nombre con fuerza, todo a s alrededor era confuso, no recordaba en qué} dirección se habia marchado.Y de pronto lo veía pero no lograba llegar a él cuanto más corría más alejado de Conan permanecía, escucho una risa, cerca estaba Edmundo,Llamo a Conan pidiendo ayuda, grito aterrada, cerro los ojos camino hacia atrás, al abrirlos estaba recostada y sobre ella Conan, su mirada parecía perdida.—Conan, mi amor… —sintió una primera y suave estocada, sonrió al sentirlo ardiente y duro haciéndola suya, sus cuerpo se complementaban, los labios entre abiertos de Conan, entrelazándose con los suyos, —Conan…El salió de ella y Jena despertó con una sacudida, Conan estaba arrodillado al borde de la cama, una de sus piernas sobre su hombro, sus brazos estaban alrededor de ella sosteniendo sus cadera, Jena sentia la humedad entrando por su pequeña cavidad, presionando aquel b
Al bajar a la cocina, Samara estaba con Kenia ayudado a preparar la comida para los trabajadores de la mina.—Así es, como hay más sirvientes atendiendo al pequeño Darío yo puedo volver a ayudar aquí en la cocina. —Samara parecía otra, su tono de voz era más alegre, era dulce y educada,Pero no desaprovecha la oportunidad de ser ella quien fuera a la mina, tendría el pretexto perfecto para ver a Conan a solas.Kenia al contrario la observaba con fastidio, esa actitud se debía al poder que le habían dado a Darío, y conocía muy bien lo interesada y ventajosa que era Samara, nada bueno esperaba de ella jamás.—Te digo que no hace falta,—insistió con cara de fastidio. —Tu tampoco deberías estar sirviendo —Kenia abrió los ojos con asombro — eres la hija del señor Boran y ahora su futura nuera felicidades por tu compromiso—De cuando acá eso te ha importado. Siempre he sido la recogida de la familia y Derek y yo solo estamos saliendo—Buenos días —la tención bajo en cuanto Jena entro en l
Estaba tan nerviosa, como si fuera a encontrarse por primera vez en un cita, no sabía que de todo lo que estaba en armario ponerse, saco un sinfín de vestido y ninguno le parecía adecuado, o demasiado lindo, o sutilmente coqueto.Su cabello, ¿cómo arreglarlo?, sujeto, suelto, que color de labios le quedaba mejor. Parecía una adolescente enamorada.—Aun no estas lista, Conan llegara pronto al lugar y tu aquí —Alison entro en la habitación, para llevar al lugar.—Es que parezco una chiquilla ilusionada con el primer amor, es que ¿sabes?... yo jamás he salido con Conan a una cita real. Un lugar donde estemos solo él y yo conversando, jugando con las manos, mirándonos a los ojos, sonriendo como bobos y conversando de cualquier cosa... es tonto lo sé pero es nuestra primera citaAlison se sentó junto a hermana en a cama sobre la montaña de ropa.—¿Cómo es que te conquisto entonces?—Fue amor a primera vista Alison, me enamoré de él a penas lo vi, solo que no me di cuenta hasta mucho tiempo
Jena sentia que la cabeza iba a explotarle, todo esto era una pesadilla, vio a Conan frente a ella, era sus ojos, su rostro, pero no era él, no entendía que estaba pasando, quería despertar. Salir de esa catástrofe. —¿Qué es esto?, ¿¡qué hiciste!?—cómo pudo ver a Conan, tuvo que hacer algo para provocar una ilusión.—A que te refieres con que “Que es esto”, tú me citaste como cada vez que tienes deseos de… —Jena lo freno con una bofetada que le dejo la cara volteada a un lado. La piel se enrojeció enseguida. Le lanzo una lluvia de puños contra su pecho,—¿Cómo te atreves a tocarme? —sentía asco sobre su cuerpo, sobre sus labios.Edmundo la tomo de las muñecas y la miro fijamente.—Es suficiente Jena me canse de jugar tu juego. —Edmundo sintió un puñetazo que lo hizo ir atrás, —Suéltala perro maldito— Conan gruño, —No vuelvas a tocar a JenaJena vio alejarse bruscamente a Edmundo. Conan estaba alto sobre ella, respirando pesadamente, imponente en el mismo sitio que apenas unos segu
Jena cayo bajo el peso de Edmundo, la sangre tinto el pelo blanco, para lograr librarse de él, lanzo una mordida alcanzando su pata derecha Edmundo chillo, sin importarle el dolor que provocaba Jena mantenía su mandíbula cerrada y apretando duro.Enfurecido sus ojos oscuros la aborrecieron unos segundos, sin importar que, era capaz de defender a un pelele como Conan, ¿que poseía para ganarse el amor y la belleza de una mujer a su servicio? ¿por qué todos lo amaban con tanta vehemencia? Localizo la línea de su vena, una pequeña abertura era suficiente para drenar toda al sangre de su cuerpo, sus dientes se abrieron lanzándose hacía la loba blanca, recibió una embestida arrojándolo lejos, Jena fue arrastrada al demorar en soltar su pinza. Al abrir los ojos, Edmundo estaba incorporándose un poco torpe Conan estaba protegiéndola con su cuerpo a Jena, estando sobre ella y retando a Edmundo. Era claro que seria imposible mantenerse en pie por mucho tiempo. —No hemos acabado, pelea conm
Jena no respiraba por la angustia, fue tras del rastro de Conan para cuidarlo, curarlo y hacerlo entender que esto fue una trampa, no descansaría hasta encontrar a su esposo, estaba tan mal herido la angustia de encontrarlo sin vida la estaba matando.Conan no moriría, era fuerte y tenia algo por que luchar, su pequeño Cachorro.Seguía su rastro, y estaba segura que se encontraba cerca, en medio de la oscuridad temía pasar cerca de el sin notarlo por esta angustia que carcomía sus entrañas.Una mujer recogía unos troncos, entre la oscuridad noto un movimiento extraño, un hombre que apenas daba paso para seguir adelante y caminaba sin tener un rumbo.Se escondió detrás de un árbol para dejar pasar al extraño.Al estar cerca y bajo un delgado rayo de luz de la luna lo reconoció, dejo caer los troncos y corrió hacia él.—¿Qué te sucedió Conan? —su cuerpo estaba muy maltratado, ensangrentado y lleno de moretones.—Débora…—exclamo al reconocer su voz, pero al mirarla los peores sentimient
Era demasiado estúpido o estaba perdidamente enamorado de Jena, no logro luchar con el remordimiento, descubrió su traición estaba en todo su derecho de estar iracundo, furioso, satisfecho de devolverle el engaño, pero era más pesada ahora la culpa por vengarse de Jena, él era la victima a quien debían suplicar por su perdón.Iba de camino a casa para enfrentarla, aceptar que beso a Débora con la única finalidad de hacerla sentir lo mismo que sintió. Ella tenia que ver todas sus heridas, limpiarlas mientras ella tenía en su mirada el arrepentimiento y vergüenza de provocar esto.El llanto de Jarek se escuchaba desde el jardín de la entrada, no deseaba entrar, no quería hablar con ella, no deseaba ver su cara de inocencia, ni escuchar su voz, la detestaba y la amaba tanto en ese instante. por más que imaginaba el panorama, no encontraba las palabras correctas ni para discutir, mucho menos para disculparse.Jadeaba en cada paso, se abrazaba el torso desnudo, el aire rozaba sus heridas
Las cosas no fueron diferentes para Conan todos los caminos que perseguía le llevaban exactamente a ningún lado, volvía a comenzar a buscar pero teniendo el mismo final.Habían recorrido el valle entero, sin encontrar nada que le indicara a Conan que Jena habia salido de su territorio o que permaneciera en él.Como si jamás hubiera existido.Ella seguía por ahí en algún rincón escondida, dolida o mal herida. Estaba agotado y aun así persistía, si estuviera bien, la hubiera encontrado de inmediato.—¿Dónde está?,¿Dónde está?, que alguien me diga donde esta Jena —estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba.Gritaba su nombre en cada rincón del bosque, su ausencia era más que un capricho, o un acto de chantaje.Volvía a casa con la esperanza de encontrarla sentada en la silla mecedora acurrucando a Jarek, Jena no era capaz de abandonar a su cachorro, no lo creía. No lo aceptaba, en cualquier momento ella cruzaría esa puerta y él olvidaría todo, sin importar nada lo olvidaría para que