Jena esperaba sentada en la sala, observando por la ventana con una emoción enorme, en cuando Conan llegara al porche ella le abriría, le cubriría los ojos y lo haría camina hasta la cocina sin zapatos. Con ayuda de Kenia todo estaba adornado, y la cena en la cocina tenía un olor delicioso.Cuando comenzó a oscurecer encendió todas las velas, y lleno de pétalos los pasillos y las escaleras hasta la habitación.Se puso un vestido lindo, color negro con lentejuelas, era demasiado para una cena sencilla, pero no tenia vestido sencillos, y su ropa era muy formal. Tal vez debía ir a comprar ropa más cómoda o de maternidad, después de todo pronto iba a utilizarla.Esa casa, era la casa de Débora, ahora estar en ese lugar era tan agradable, observa los adornos, y la decoración y se preguntaba que de todo eso lo había escogido esa mujer.La curiosidad de saber en qué habitación dormía con ella fue intensa. Reviso todas las habitaciones del segundo piso, y por supuesto encontró una puerta cerr
Conan la tomo, trato de calmarla. —Por favor escúchame, déjame explicarteJena era comprensiva y podría sentarse a escuchar para entender cuando algo no estaba claro, pero en esta situación no habia nada que explicar, Conan no llego a dormir por disfrutar la compañía de una mujer.—No es lo que piensas… Maldición, esas palabras sonaban tan estúpidas.—Suéltame Conan, —le daba horror imaginar que esas manos habían acariciado otro cuerpo, si él podía estar con quien deseara ¿por qué se habia burlado así?Derek salió de la casa de su padre para alegremente contarle que al menos todo estaba en calma aquí, pero al salir escucho los alegatos a unos metros y observo a la causante de aquel pleito recargada sobre la camioneta esperando que Conan se diera la vuelta y volviera con ella.—¿Qué haces aquí?, lárgate.—No me iré, este lugar es al que pertenezco, a lado de Conan.—¡Lárgate demonio! —Derek grito con furia, lo único que Débora hizo fue soltar una carcajadaDerek corrió hacia Conan y
Conan entro detrás de Jena a casa, era inevitable notar todo alrededor lleno de velas quemadas, pétalos en el piso e imaginar que en la cocina habia una cena preparada sin ser degustada. Como se arrepentía de haber ido justamente ayer a buscarle flores y chocolates.Jena analizo a Conan, quería conocer su reacción al ver su intento de algo romántico, aunque ahora se sentia tan tonta.De la cocina salió corriendo Alison junto a Kenia, su hermana se abrazo a ella, era demasiado exagerada, imaginado que algo le sucedió, algo de verdad gravedad le habia sucedido.—Jena ¿Dónde estabas?, ¿qué paso? —Aliso se adhería a su hermana como una niña pequeña en medio de una tormenta.Alison era un chica demasiado frágil, muy emocional.—Alison puedes dejarme a solas con mi esposo, necesito hablar con él. todo está bien, si, pero necesito aclarar las cosas con Conan—¿Qué le hiciste a mi hermana?,—antes de obedecer a su hermana encaro a Conan, aunque le agradaba su cuñado no permitiría que la hicier
Después de que Cona se diera un refrescante baño, la cena se convirtió en el desayuno, y el momento romántico se convirtió en una convivencia familiar, aun cuando el silencio gobernó entre ellos.Derek habia esperado afuera con el enorme perro de felpa. Ahora el estaba en la mesa desayunando y el tierno peluche se encontraba en la habitación de Jena.Conan la observaba con intensidad, acercaba su mano para provoca pequeños roces de su piel, Derek termino de comer se levantó de la mesa recogiendo su plato. Pero sin decir una sola palabras. Kenia lo siguióAlison se queo como un mal tercio, sonio tomo su plato de comida que aún no se terminaba y corrió a esconderse en las habitaciones arriba.—Derek —entro gritando, provocando que este diera un salto al escuchar su nombre —, tu debes saber que está pasandoRespiro profundo y se llevó su mano al pecho como si pudiera detener los fuertes latidos de su corazón, Kenia lo observo con los ojos entre cerrados, el que nada debía nada temía.—No
—Lo siento… — Jena estaba hirviendo, aun palpitando por disfrutar de su esposo. Lista para recibirlo.Al intentar apartarse de ella, Jena se lo impidió.—¿Puedes terminar…? —ella se movía buscando su contacto, evitando que se apartara—no me dejes así Conan… por favor.La recostó sobre la cama, la observo furioso y descendió por su cuerpo hasta encontrar con sus labios el paraíso palpitante y húmedo con su lengua… Jena sintió una caricia húmeda. Y una electrizante corriente recorrer todo su cuerpo, abrió su boca en un jadeo… de nuevo el lamio su botón más íntimo, Jena apretó las sábanas en cada invasión. Conan se deslizo con profundidad presionando su lengua en el interior de Jena. Suavemente entro y salió prolongando el placer. Jena se estremeció, su cuerpo encontró las caricias placenteras que no eran suficiente, su cuerpo requería de más, y Conan respondía a su necesidad.Sus gemidos eran música para los oídos de su lobo, y para él, era una delicia escuchar el goce, observarla y s
Alison estaba en casa, aseando la habitación de huéspedes en la que dormía, le gustaba cuidar lo que le prestaban, y mantener limpio los espacios. Al escuchar la explosión se escondió debajo de la cama pensaos que alguien habia arrojado un misil o algo parecido.Jena observó por la ventana la enorme nube de polvo, bajo las escaleras y encontró a Kenia parada frente a la ventana de la sala, ella observaba con temor el monstruo que se levantaba sobre las copas de los árboles, y la montaña.—¿Que sucedió?, ¿que fue ese estallido? —preguntó la esposa de Conan llena de miedo, sus piernas deseaban correr hacia la mina, correr hacia donde Conan se encontrara, él estaba angustiado, preocupado, lo sentia en su corazón. —¿Que paso Kenia?—Escucharon eso, ¿que fue? —Alison al escuchar los pasos de alguien en el pasillo, decidió salir para saber que pasaba, en la sala encontró a su hermana muerta de miedo. eso era raro en ella, nunca demostraba miedo, era una mujer muy templada, en este tipo sit
La ruidosa carcajada de Samara aturdía a Débora, ella observo la conversación entre su hermana y Jena, después de la satisfacción de haber conseguido sus objetivos, su mente sé lleno de preocupaciones, aun no era el momento de festeja victoria. Débora se soltó el cabello y se quitó el abrigo que cubría su ropa de gitana, recordar su expresión de pánico, ver ese dolor reflejado en sus ojos también era una tortura. —Su cara, cielos, su cara fue tan divertida, estaba a punto de explotar. —reía de Jena de su reacción, al mismo tiempo que se alegraba de ello, de ver ese sufrimiento —la volviste loca eres demasiado cruel hermana…—¿Puedes guardar silencio? —Débora estaba cansada de su escándalo mezclad con sus pensamientos, era posible que ella volviera a casa a lado de Conan, sería cuestión de tiempo para que supieran que fue ella. Samara siempre fue así, exagerada y bastante ridícula, de mal corazón y siempre alegrándose de las desgracias ajenas. Hasta de la misma Débora, además de est
Edmundo, observo como si se trata de una obra de teatro la dramatización de Débora, admiraba su habilidad para fingir una preocupación exagerada. Con piel de lobo corrió detrás de Jena, la locura que esa mujercita demostró al saber que su hermano estaba en peligro le fascino, descubrió una fuerza indomable de correr a socorrer a Conan, Débora no era capaz de amar de esta manera.La vio caer a ese barranco, salto casi detrás de ella para sostenerla de la ropa con su hocico, pero no le fue posible, giro sobre la maleza unos metros provocándose rapones.Al verla al fondo prefería saberla muerta que en los brazos de Conan, era tan hermosa, tan dulce, tan diferente a todo lo que conocía, sensual y cálida, incluso ensangrentada y sucia del rostro era perfecta. Bajó hasta donde se encontraba, observo su respiración elevar su pecho lentamente, aún vivía. Se hecho unos metros sin despegar sus ojos de Jena, esperando que el frío debilitará su corazón y acabará con el calor de su cuerpo. ¿Cuán