[Perspectiva de Nicholas]—¿Cómo se encuentra la señorita Grayson? —inquirió con cortesía el guardia de la entrada mientras le entregaba mi identificación, a pesar de que a esas alturas ya me conocía.—Bien, creo, enferma igual que ayer, he venido justamente a averiguar cómo está y hacerle compañía.Me vio con extrañeza y luego de registrarme, me entregó la identificación. Entendible, ni yo me imaginaba tan atento. Era una situación fuera de lo común y ameritaba algo de empatía y humanidad de mi parte, más allá de que era mi trabajo mantenerla sana y salva. —¿No cree que debería reposar? Ladeé la cabeza antes de irme.—Sí, es lo que está haciendo.Eso esperaba.—Ah. Es que el señor Killian dijo que venía porque tendrían una reunión.Carajo.—Killian —repetí. Asintió.Apreté mi mandíbula y lo miré con atención.—A partir de hoy no permita la entrada a este lugar ni al señor James ni a Killian —advertí veloz e ingresé corriendo. —¡Señor! —Lo oí a lo lejos—¿Necesita ayuda?—Yo me enc
[Perspectiva de Nerea]Las noticias estallaron. Una vez más, con mi rostro en ellas, después de dos años. La chica que había sido perfecta, cuya vida fue desgarrada, debido a que estaba casada con un abogado involucrado en un caso de crimen organizado. Esa chica volvió dos años después con la sorpresa de que su exesposo la traicionó e intentó sabotear su juicio. En su defensa, este había recibido amenazas de que su actual esposa correría peligro si no se hacía lo que los criminales indicaban.Los periodistas se desesperaban por obtener una primicia, pues era la semana de en la que se dictaría la sentencia Otro que desgraciadamente obtuvo la atención de los medios fue Nicholas Wilde. A menudo maldecía a los periodistas por ser tan invasivos, pero era lo suficientemente respetuoso para decirlo en frente de ellos, pues entendía que era su trabajo y no quería que su hija lo viera actuar así en la televisión. En su lugar, los apartaba del camino con educación para que invadieran el espacio
[Perspectiva de Nerea]Fue como volver a respirar luego de estar sumergida en una pesadilla casi imperceptible, pero consistente. Mis brazos se movieron solos hacia Nicholas, me aferré a él rodeando estos por su torso. Me escondí en su pecho y sentí luego sus palmas en mi espalda. Reí de alivio, a la vez que las lágrimas se desbordaron como si fueran la descarga definitiva de todo lo que tenía guardado dentro.Besó mi cabeza y luego acarició mi cabello.—Lo hiciste muy bien, Nerea, muy bien —susurró.[Perspectiva de Nicholas]Dos días después.—Tienes que ir, cariño. Observé los panqueques aún cocinándose en la sartén. Era muy temprano para una conversación. —¿Eh?—A la celebración —obvió Agatha. Bebió su té.Mi vista se clavó en ella, cuya piel era iluminada por los débiles rayos de sol de esa mañana. Sus venas se veían cada vez más y el color de su piel palidecía con el pasar del tiempo. Los doctores ya habían advertido lo que sucedería. Ninguno de los dos quería hablar de eso, au
[Perspectiva de Nerea]Ni siquiera recordé la cuenta del último trago que pasó ardiendo por mi garganta, al terminar coloqué el vaso en la barra y miré a Nicholas, este ya estaba mareado, ya que no terminó su trago y estaba viendo un punto fijo en la pared. Me carcajeé y al notar mi presencia puso mala cara, para luego carcajearse también. Sonreí con diversión y me puse de pie. De fondo no pude distinguir qué canción sonaba, pero eso no importó. Era un ritmo pegajoso y tenía ganas de bailar, por lo que giré a ver a Nicholas.Con todo el alcohol que teníamos encima, no nos importaría lo que la gente pensara.Al menos ese fue mi último pensamiento coherente aquella noche. A partir de entonces, solo recordé flashbacks: yo tirando del brazo de Nicholas hacia la pista principal, nosotros perdiéndonos entre la gente, su mano aferrada a la mía, yo bailaba con libertad, como sabía hacerlo antes de conocer a James. Me abracé a su cuello, bailamos. Sus manos en mi cuerpo, mi cintura, mi espal
[Perspectiva de Nerea]No volvimos a hablar de lo que sucedió. Yo no tenía la valentía necesaria para siquiera preguntarle por mensaje. Él se había tomado licencia en el trabajo y desapareció casi un mes. Caleb se encargó de averiguar cómo se encontraba, pero no quiso decirme nada, solo que estaba bien y que estaba resolviendo unos asuntos.Mi hermano era bueno para mantener la privacidad de la gente.Los pocos recuerdos seguían vivos en mi mente, rápidos, sí, pero cada beso llevaba el peso de un deseo reprimido.Nadie sabía al respecto, no pretendía iniciar un escándalo. No supe si para él significó algo, aunque para mí sí.Se sintió un poco como ser traicionada, pero no tenía nada que reclamar, pues no era quién para tal cosa. Ese mes pasó con calma, me concentré en mis estudios y las vacaciones se avecinaban. Eso hasta que... me di cuenta de que mi periodo se estaba atrasando de más.Ir a comprar a la farmacia fue un martirio, primero porque esperaba no cruzarme con nadie conocido
[Perspectiva de Nerea]Un año después.El parto fue doloroso. Rompí bolsa en el taxi en el que estaba yendo al hospital, las contracciones habían empezado horas atrás y el taxista mismo me ayudó a subir las escaleras hasta llegar a la recepción, luego esperamos a ser atendidos. Le agradecí infinitamente.Un par de horas después, había un bebé en mis brazos sudorosos. Una bebé. Rompí en llanto al verla. Tenía los vivos ojos de su padre.La nombré Aine, propio de la mitología irlandesa, que significaba "resplandor" y le pertenecía a la reina de las hadas.Mi corazón se llenó de algo inexplicable, de una dicha que me rebasaba. Aine ya tenía cuatro meses, se veía especialmente tierna con su ropa de color violeta y sus accesorios. La cuidaba con mi vida. Por fortuna no estaba sola en eso, ya que los de la empresa que me contrataron decidieron darme el puesto y una licencia por maternidad desde el séptimo mes de embarazo hasta ahora. No tenía el coraje para contratar una niñera, ni tampoc
[Perspectiva de Nicholas]Mis sospechas fueron confirmadas tras escucharla. De un momento a otro, esa frase corta transformó mi vida y la puso de cabeza.Había sido un completo hijo de puta. No pude ni siquiera enojarme con ella después de lo que hizo, quedé demasiado aturdido como para hacer tal cosa. De hecho, cuando la vi llorar silenciosamente me olvidé del enojo que llevaba encima.Simplemente me acerqué, me puse a su lado y la abracé con fuerza. Me sorprendió que devolviera aquel abrazo con tanta necesidad como la mía de tenerla cerca.Por fin, sentí que respiraba después de mucho tiempo. La aparté un rato y nos miramos a los ojos, los suyos y los míos se conectaron. No necesitamos palabras aquella vez. Acomodé su cabello con una ligera sonrisa.—Lo lamento mucho, hermosa, lamento haberte dejado sola y...Me besó. Me sorprendió, pero no desperdicié ni un segundo más. Enredé mi mano en su cabello y seguí ese beso con tanto amor y deseo como podía hacerlo.Nuevamente, era padre. N
Un año atrás. [Perspectiva de Nerea]Había un millón de razones por las que no debía estar en la calle, ni en ese lugar. Sobre todo, por la sangre que estaba perdiendo. Tenía que ir a un hospital, lo sabía. El problema radicaba en que al mismo tiempo alguien me estaba siguiendo. Supe que no iba a sobrevivir si me encontraba.Vi el enorme edificio que se imponía en el centro de Los Ángeles, completamente negro y que, de ver hacia arriba, inspiraba una sensación vertiginosa. intenté abrir la puerta inmensa y pesada de la entrada, pero, o bien me encontraba demasiado débil como para lograr moverla, o bien la seguridad de la sede principal de Empresas Grayson era tan reforzada que de verdad debía pasar mi identificación por esta. Claro que no tenía ninguna, pues no trabajaba ahí, ni tampoco tenía un teléfono. Nunca antes había pisado ese sitio. Casi sin aire y con los músculos adoloridos, me resigné a esperar a que alguien llegara a abrirla. Lo único que tenía era a mi familia. En esp