Ambas se quedaron dormidas profundamente, agotadas por la intensidad de la noche anterior.Cuando el sol comenzó a asomarse tímidamente por la ventana, Monica despertó y buscó a Celeste a su lado en la cama. Su corazón dio un vuelco al darse cuenta de que Celeste no estaba allí.—¡Celeste! —exclamó, llena de preocupación, mientras salía apresuradamente de la habitación en busca de su amiga.Recorrió cada rincón del hospital, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, pero Celeste no estaba en ninguna parte. Desesperada, decidió dirigirse a la casa de Dan, sintiendo un nudo de ansiedad en su estómago.—¡Dan, ábreme! —gritó Monica, golpeando la puerta con insistencia cuando llegó a su destino.Dan abrió la puerta, con ojeras marcadas en su rostro cansado.—¿Qué pasa? —preguntó, notando la angustia en los ojos de Monica.—¡Celeste, no sé dónde está! —confesó Monica, sintiendo un escalofrío de temor recorriendo su espalda—. ¡No está en el hospital y no sé qué hacer!Dan intentó calma
La conversación entre Dan y Wilson continuaba en el interior del departamento de Wilson. Dan permanecía de pie, mientras Wilson tomaba asiento, preparándose para contarle a Dan lo que sabía.—Ya habla —instó Dan, impaciente por conocer la verdad.—Te cansarás de escuchar... —empezó Wilson, su voz cargada de pesar.Wilson asintió y comenzó a relatarle a Dan lo que había sucedido años atrás, desenterrando secretos y revelaciones que habían permanecido ocultos por mucho tiempo.★Recuerdos.—¿Por qué estás enojado conmigo? —preguntó Tete, buscando comprender la tensión de Wilson.Wilson negó con la cabeza, tratando de ocultar sus emociones.—No estoy enojado, solo que odio que tengas que hacer todo lo que tu padre te dice —respondió Wilson, revelando parte de su frustración.Tete se acercó a Wilson, tratando de calmarlo.—Amor, ¿qué sucede? —preguntó con preocupación.Wilson se apartó, incapaz de ocultar su incomodidad.—Odio ver cuándo ustedes están juntos, odio que se besen, odio que...
Ambas se quedaron dormidas profundamente, agotadas por la intensidad de la noche anterior.Cuando el sol comenzó a asomarse tímidamente por la ventana, Monica despertó y buscó a Celeste a su lado en la cama. Su corazón dio un vuelco al darse cuenta de que Celeste no estaba allí.—¡Celeste! —exclamó, llena de preocupación, mientras salía apresuradamente de la habitación en busca de su amiga.Recorrió cada rincón del hospital, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, pero Celeste no estaba en ninguna parte. Desesperada, decidió dirigirse a la casa de Dan, sintiendo un nudo de ansiedad en su estómago.—¡Dan, ábreme! —gritó Monica, golpeando la puerta con insistencia cuando llegó a su destino.Dan abrió la puerta, con ojeras marcadas en su rostro cansado.—¿Qué pasa? —preguntó, notando la angustia en los ojos de Monica.—¡Celeste, no sé dónde está! —confesó Monica, sintiendo un escalofrío de temor recorriendo su espalda—. ¡No está en el hospital y no sé qué hacer!Dan intentó calma
La conversación entre Dan y Wilson continuaba en el interior del departamento de Wilson. Dan permanecía de pie, mientras Wilson tomaba asiento, preparándose para contarle a Dan lo que sabía.—Ya habla —instó Dan, impaciente por conocer la verdad.—Te cansarás de escuchar... —empezó Wilson, su voz cargada de pesar.Wilson asintió y comenzó a relatarle a Dan lo que había sucedido años atrás, desenterrando secretos y revelaciones que habían permanecido ocultos por mucho tiempo.★Recuerdos.—¿Por qué estás enojado conmigo? —preguntó Tete, buscando comprender la tensión de Wilson.Wilson negó con la cabeza, tratando de ocultar sus emociones.—No estoy enojado, solo que odio que tengas que hacer todo lo que tu padre te dice —respondió Wilson, revelando parte de su frustración.Tete se acercó a Wilson, tratando de calmarlo.—Amor, ¿qué sucede? —preguntó con preocupación.Wilson se apartó, incapaz de ocultar su incomodidad.—Odio ver cuándo ustedes están juntos, odio que se besen, odio que...
—Ya no quiero estar aquí, tengo mucho miedo —la voz de Celeste se quebró, su miedo era palpable en el aire cargado de la habitación sombría.—No temas —dijo Tete suavemente, apretando las manos de su hermana.—Quiero ver a Thomoe —susurró Celeste, un deseo simple pero imposible en su situación actual.—Convenceré a papá de que te deje verlo hoy —Tete respondió, aunque el peso de la promesa parecía pesado sobre sus hombros.En ese momento, la voz de su madre resonó desde el otro lado de la casa, tensa y urgente.—Tete ¡Tu papá ya llegó!—¡Ya voy mamá! —respondió Tete, poniéndose de pie rápidamente, pero no sin antes regalar a su hermana una sonrisa.—Gracias por ser la única que me quiere —Celeste murmuró, con su voz suave pero llena de gratitud sincera.—Eres mi hermanita, por cierto... —Tete comenzó a alejarse, luego se detuvo y miró hacia atrás con una sonrisa traviesa. —Dan hizo otra cosa graciosa, después te cuento, te vas a reír mucho.Celeste, a pesar de su angustia, no pudo evi
Wilson se encontraba en un rincón, apartado de la escena, observando en silencio.La felicidad de Tete con Thomoe le causaba una sensación incómoda, una mezcla de celos y preocupación por su novia. Aunque no le gustaba verla tan entregada a alguien que no fuera él, confiaba en Tete y en sus decisiones.Dan, notando la expresión sombría de Wilson, se acercó con curiosidad.—¿Por qué tan triste? —preguntó Dan, con una mirada de preocupación en sus ojos.Wilson titubeó por un momento antes de responder, tratando de ocultar sus verdaderos sentimientos.—Por nada, no te preocupes —respondió, intentando disimular su malestar.Dan frunció el ceño, sin estar convencido por la respuesta de Wilson, pero decidió no presionarlo más en ese momento.Wilson miro como Celeste y Thomoe se iban.Mientras tanto Tete, liberada del sótano por su propia astucia, se apresuró por los pasillos de la casa, evitando cualquier ruido que pudiera delatar su escape. Al acercarse al cuarto de sus padres, escuchó mur
Tete bostezó ruidosamente, sus párpados pesados por el cansancio de la noche.La habitación estaba envuelta en una suave penumbra, apenas iluminada por la luz de la luna que se filtraba por las cortinas entreabiertas.―¿Qué hora es? ―preguntó con voz adormilada, mientras se frotaba los ojos para despejarse.Wilson consultó su reloj con una sonrisa tranquilizadora, iluminando levemente su rostro en la oscuridad.―Medianoche ―respondió con calma, ofreciendo su mano hacia ella con un gesto protector ―¿Te llevo si quieres?La oferta de Wilson tomó a Tete por sorpresa, pero no dudó en aceptarla con un asentimiento, confiando en su compañía.―¿A dónde? ―preguntó, intrigada por la sugerencia.―A casa ―respondió Wilson con una amabilidad reconfortante.La promesa de regresar a casa con Wilson llenó a Tete de una sensación de seguridad y protección.―Te amo, aunque... ―Tete comenzó a decir, pero se interrumpió abruptamente, luchando con sus propias emociones.―¿Aunque qué? ―preguntó Wilson, no
―Listo ―murmuró Tete desde el baño, tratando de calmar su mente.Celeste se acercó preocupada.―¿Estás bien? ―preguntó con ternura.―Sí, ya no duele ―respondió Tete, saliendo del baño con una sonrisa forzada.―¿Y yo? ―preguntó Celeste, buscando la aprobación de su hermana.―Hermosa ―respondió Tete, admirando a su hermana con orgullo.Alicia irrumpió en la habitación con una mezcla de emociones en su rostro.―Niñas, Thomoe ya llegó ―anunció, abrazando a Celeste con ternura.―Buen viaje, hermanita ―susurró Tete, devolviendo el abrazo con fuerza.―Cuídate mucho ― añadió Alicia, con voz temblorosa, mientras la despedía con una mirada llena de amor y preocupación.Tete, con la mirada llena de firmeza, enfrentó a su madre con una valentía desafiante.—Sí, ella estará mejor lejos de ustedes ―declaró con firmeza, sin retroceder ante la mirada severa de su madre.Alicia, visiblemente afectada por las palabras de su hija, levantó la mano y le dio una bofetada. Tete, conteniendo las lágrimas que