¡Eres mía!

—¡Entonces compórtate! Pues al parecer ella es la que tiene la sartén por el mango, así que deberías buscar que me curen las heridas, pues no querrás que ella se entere que su bebé está mal alimentado.

Él se llenó de impotencia, sabía que Megan estaba aprovechando su cuarto de hora de vida, pues estaba presente en la conversación de advertencia que le había hecho Lorena antes de irse.

—“Cariño, por los momentos no le vas a pedir a ésta furcia que trabaje, el bebé que está esperando es para mí, así que deseo que nazca sano y saludable.”

—“¿Para qué quieres a ese bastardo? — había preguntado Anthony”

Ella le había acariciado el rostro y después de darle un apasionado beso, le había respondido haciendo un puchero:

— “Yo no puedo ser mamá y quiero a éste niño para mí, te encargo su salud Anthony, después de que nazca mi bebé, puedes hacer lo que te dé la gana con ella, mientras, me la vas a tratar como a una invitada especial, en dos días estaré contigo de regreso.”

Ahora estaba recurri
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