Al siguiente día, con un sol radiante, Lucía llegó muy puntual a la empresa. Influenciada por el buen tiempo, su estado de ánimo mejoró considerablemente.

Al acercarse al departamento de diseño, aún podía escuchar las animadas conversaciones de las personas en el interior.

Sin embargo, cuando Lucía acababa de entrar al departamento de diseño, de repente todos se quedaron inmóviles y el lugar quedó en completo silencio.

Incluso Lucía detuvo sus pasos, mirando muy curiosa a todos. —¿Qué pasa?

—No es nada... — dijo vacilante alguien.

Lucía tampoco se preocupó por este pequeño incidente, saludó y continuó caminando hacia su oficina. No se dio cuenta de la mirada cruzada entre los empleados del departamento de diseño.

Un fuerte grito resonó, proveniente de la oficina de Lucía, pero no había nadie dispuesto a acercarse y ver qué estaba pasando.

Lucía se golpeó el pecho, estaba especialmente asustada. Al entrar, vio un ratón muerto en su escritorio, incluso con manchas de sangre.

No importa