Raven es mía.
Aquellas palabras resonaron en la cabeza de Lawson que tensó su cuerpo en respuesta, su ceño se frunció dolorosamente y sus colmillos crecieron al punto de casi romper su labio inferior. Un gruñido se alojó en su garganta como respuesta natural a otro macho reclamando lo que no era suyo por naturaleza. No lo pudo evitar. Raven era su pareja destinaba por mucho que ambos lo evitaran.
Ya sabía que ese lobo le daba mala espina, pero no había querido reconocerlo hasta ese momento. Con razón Raven había reaccionado tan mal en cuanto lo había visto. Ella no actuaba como ella cuando Hunter estaba a su alrededor. Parecía tensa y a punto de colapsar como había ocurrido hacia poco. Vaya facilidad tenía la Comandante para atraer tanto padre como al hijo. Aunque en este caso la reunión que había presenciado entre ellos no tenía nada que ver con la del alfa.
-No entiendo la razón de por qué me dice eso- Lawson le respondió con todo el respeto que merecía el lugar
Lawson sintió como el no sabía qué número de golpe caía sobre su cuerpo y apretó los dientes con tanta fuerza que pensó que se destrozarían. Su cuerpo dolía horriblemente y había sangre por todas partes, desde su rostro donde había recibido, al menos, cinco pares de puños destrozando su nariz, mejilla izquierda, y partido el labio inferior de donde no paraba de salir sangre, junto la que brotaba por su nariz. Incluso su cabello era un asco salpicado de sudor y manchas carmines que se pegaba a su nuca y mejilla.Su torso desnudo tampoco estaba mejor, cubierto por varias heridas abiertas de latigazos, arañazos y mordidas incluso algunas habían terminado en sus muslos rasgando la tela del ligero pantalón de dormir. Aun así no había dicho una sola palabra desde de que había entrado en aquella celda. Ni tampoco se había convertido para desgarrar la garganta de aquellos que lo golpeaban. Las cadenas que lo tenían restringido estaban tan férreamente apretadas a sus muñecas que si se
Lawson fue llevado directo a la habitación de Raven y una vez en el interior sentado en la cama con la ayuda de los dos soldados y pudo jurar que cada músculo y herida de su cuerpo rugió como uno solo a la vez. Incluso su vista se volvió borrosa y casi pierde la conciencia. No se había percatado del daño hasta ese momento y era bastante serio. Era un lobo, no le demoraría mucho en cerrar pero aun así necesitaría algunos días para estar al cien por ciento de nuevo.Y esperaba, sobre todo que no le quedaran cicatrices porque juraba que le arrancaría el cuello a Hunter en cuanto tuviera la oportunidad. Si iba a tener cicatrices que fuera por sus victorias no porque un imbécil se las provocara.Tuvo que tomar algunas respiraciones profundas para enfocarse. Él era un soldado entrenado, un lobo de alta categoría con muy buena genética, fuerte, incluso más que la me
-Law…Lawson- la voz de ella tembló sin poder evitarlo.Se encontró sentada a horcajadas sobre el regazo del lobo a pesar de que sus muslos a cada lado de los de él rozaban sus heridas. El pecho fuerte, musculoso y desnudo se pegaba al cubierto de ella tan cerca que la loba pudo sentir los latidos de su corazón palpitar fuerte entre ellos.-Oye, reacciona- ella intentó soltarse de su agarre, estar en esa posición no le era nada agradable y se estremeció.Primero porque no le gustaba el contacto y menos así que insinuaba lo sexual por cada parte, segundo, demonios era Lawson, no era como si de la noche a la mañana fueran a ser una pareja feliz y contenta cuando apenas si podían intercambiar una palabra grosera en una conversación corta entre ellos. Y tercero… ¿por qué a pesar de que su mente dictaba que se apartara de él con urgencia, cada fibra de su cu
Raven tenía dos secretos en su vida. Dos muy grandes que protegía a capa y espada. Uno de ellos había sido descubierto y eso había llevado a que tuviera el segundo. Una de las razones por las que era sumamente cerrada con todos. No quería volver a ser lastimada como aquella vez.Se había encerrado en una férrea burbuja de espinas donde solo un círculo muy cerrado podía entrar. Y eso se limitaba al alfa. Después de todo, él era el que la había salvado y dado un sentido a su vida. Se había prometido que nunca amaría a nadie, que no se entregaría a nadie y que daría la vida por Demon si fuera necesario. Él era el único que le importaba. Los demás eran un cero a la izquierda que solo esperarían el momento para enterrarle el cuchillo por la espalda en pura traición.Pero ahora, todo se estaba yendo por la borda. El maldito lobo que la estaba mordiendo y tocando estaba haciendo que su cuerpo volviera a sentir cosas que había enterrado dentro de ella.Raven se mordió fuer
La toalla húmeda fue pasando por cada una de las heridas de su torso. Lawson podía decir que mientras no fastidiara a Raven ella podía ser… amable, al menos en esta tarea. Poco después de ella secarlas y dejándolas limpias se dirigió a aplicar un medicamente que picó al principio pero que después le dio alivio a Lawson. Dejó salir un gemido se satisfacción al disminuir considerablemente el dolor. Al parecer de haber sido bastante lesionado se recuperaría rápido.Entre las atenciones y la sangre de Raven que lo sentía recorrer su cuerpo se sentí bastante bien, tenía que reconocer. Aun podía sentir el sabor dulce de la esencia de la loba dentro de su boca y dios, estaba teniendo un autocontrol olímpico, porque entre eso, las manos sobre su cuerpo, y sabiendo que ella no se estaba acostando con el alfa, como que bajar su erección le estaba costando.Y…¿En qué momento empezó a desear sexualmente a Raven?La pregunta rondó su mente y realmente no pudo definir
Lawson se sentó en la cama. En algún momento había recuperado su forma humana y por suerte esto había ayudado a que las heridas cerraran mucho más rápido. En unos días estaría de seguro, recuperado.Un olor suave llegó a su nariz, acompañado de uno más fuerte y ambos los reconoció. Alzó la cabeza sabiendo que no estaba solo.Allí, junto a una ventana, sentada con las piernas recogidas y completamente dormida, sobre una butaca, estaba Raven. Había un libro antiguo a su lado todavía abierto, como si hiciera poco se hubiera quedado dormido a pesar de ser las 3:00 de la mañana como marcaba el reloj de pared. Se quedó mirándola durante varios minutos desde la cama. Había algo desagradable en su pecho que no se iba por más que quisiera. Por lo visto había ido corriendo junto al alfa porque el olor de este estaba sobre su piel. Pero no era eso premisamente lo que lo molestaba en ese momento.Sino lo que a ella le había ocurrido. Acaso era culpa. Lo más seguro.
Lawson caminó hacia la sala de entrenamiento esa tarde. Se sentía tan recuperado que estaba deseando mover su cuerpo después de dos días de descanso donde no fue molestado. Y en aquel lugar eso era una novedad.No había visto a Raven en todo el día, por su horario debía estar supervisando asuntos de la seguridad del palacio, o tal vez ignorándolo. Quizás era lo segundo. La atmósfera entre ellos ahora esa más pesada que antes. Al principio solo estaban las ansias de venganza, una venganza cruda y animal que lo cegaba, no dejando ver el verdadero caos de todo.En este momento no sabía qué hacer. La declaración de Raven resonaba tantas veces en su cabeza que después que había dejado la habitación dejándola apenas si había pegado ojo los días posteriores. Recordó cuando había visto su cuerpo desnudo bajo el agua de la regadera, todo lleno de heridas, muchas de ellas se imaginó que habían sido provocadas por esos hombres que habían profanado su cuerpo. Solo de pensarlo
Si había algo que Raven acababa de aprender era que no debía subestimar a Lawson.Habían pasado 6 meses desde primer encuentro en aquella sala de entrenamiento y no importaba cuantas veces lo derribara ni que tan fuerte lo golpeara, Lawson se levantaba una, y otra y otra vez. El lobo había tenido hematomas en varias partes de su cuerpo, así como que alguna fisura en sus huesos, pero de igual forma siempre estaba al otro día para otra sección de entrenamiento.La comandante había querido probar su resistencia y verdadera fortaleza llevándolo al límite y había alcanzado sus expectativas con creces, para su propia sorpresa. Y otro rasgo que había notado había sido el rápido desarrollo de él, tanto en sus habilidades como en su físico. Sus músculos habían ganado algunos gramos, y más definición en aquellos lugares en donde quedaba algo de grasa y que estaba estaba ubicada en el lugar correspondiente. En cuanto a sus habilidades, no se había equivocado cuand