-Law…Lawson- la voz de ella tembló sin poder evitarlo.
Se encontró sentada a horcajadas sobre el regazo del lobo a pesar de que sus muslos a cada lado de los de él rozaban sus heridas. El pecho fuerte, musculoso y desnudo se pegaba al cubierto de ella tan cerca que la loba pudo sentir los latidos de su corazón palpitar fuerte entre ellos.
-Oye, reacciona- ella intentó soltarse de su agarre, estar en esa posición no le era nada agradable y se estremeció.
Primero porque no le gustaba el contacto y menos así que insinuaba lo sexual por cada parte, segundo, demonios era Lawson, no era como si de la noche a la mañana fueran a ser una pareja feliz y contenta cuando apenas si podían intercambiar una palabra grosera en una conversación corta entre ellos. Y tercero… ¿por qué a pesar de que su mente dictaba que se apartara de él con urgencia, cada fibra de su cu
Raven tenía dos secretos en su vida. Dos muy grandes que protegía a capa y espada. Uno de ellos había sido descubierto y eso había llevado a que tuviera el segundo. Una de las razones por las que era sumamente cerrada con todos. No quería volver a ser lastimada como aquella vez.Se había encerrado en una férrea burbuja de espinas donde solo un círculo muy cerrado podía entrar. Y eso se limitaba al alfa. Después de todo, él era el que la había salvado y dado un sentido a su vida. Se había prometido que nunca amaría a nadie, que no se entregaría a nadie y que daría la vida por Demon si fuera necesario. Él era el único que le importaba. Los demás eran un cero a la izquierda que solo esperarían el momento para enterrarle el cuchillo por la espalda en pura traición.Pero ahora, todo se estaba yendo por la borda. El maldito lobo que la estaba mordiendo y tocando estaba haciendo que su cuerpo volviera a sentir cosas que había enterrado dentro de ella.Raven se mordió fuer
La toalla húmeda fue pasando por cada una de las heridas de su torso. Lawson podía decir que mientras no fastidiara a Raven ella podía ser… amable, al menos en esta tarea. Poco después de ella secarlas y dejándolas limpias se dirigió a aplicar un medicamente que picó al principio pero que después le dio alivio a Lawson. Dejó salir un gemido se satisfacción al disminuir considerablemente el dolor. Al parecer de haber sido bastante lesionado se recuperaría rápido.Entre las atenciones y la sangre de Raven que lo sentía recorrer su cuerpo se sentí bastante bien, tenía que reconocer. Aun podía sentir el sabor dulce de la esencia de la loba dentro de su boca y dios, estaba teniendo un autocontrol olímpico, porque entre eso, las manos sobre su cuerpo, y sabiendo que ella no se estaba acostando con el alfa, como que bajar su erección le estaba costando.Y…¿En qué momento empezó a desear sexualmente a Raven?La pregunta rondó su mente y realmente no pudo definir
Lawson se sentó en la cama. En algún momento había recuperado su forma humana y por suerte esto había ayudado a que las heridas cerraran mucho más rápido. En unos días estaría de seguro, recuperado.Un olor suave llegó a su nariz, acompañado de uno más fuerte y ambos los reconoció. Alzó la cabeza sabiendo que no estaba solo.Allí, junto a una ventana, sentada con las piernas recogidas y completamente dormida, sobre una butaca, estaba Raven. Había un libro antiguo a su lado todavía abierto, como si hiciera poco se hubiera quedado dormido a pesar de ser las 3:00 de la mañana como marcaba el reloj de pared. Se quedó mirándola durante varios minutos desde la cama. Había algo desagradable en su pecho que no se iba por más que quisiera. Por lo visto había ido corriendo junto al alfa porque el olor de este estaba sobre su piel. Pero no era eso premisamente lo que lo molestaba en ese momento.Sino lo que a ella le había ocurrido. Acaso era culpa. Lo más seguro.
Lawson caminó hacia la sala de entrenamiento esa tarde. Se sentía tan recuperado que estaba deseando mover su cuerpo después de dos días de descanso donde no fue molestado. Y en aquel lugar eso era una novedad.No había visto a Raven en todo el día, por su horario debía estar supervisando asuntos de la seguridad del palacio, o tal vez ignorándolo. Quizás era lo segundo. La atmósfera entre ellos ahora esa más pesada que antes. Al principio solo estaban las ansias de venganza, una venganza cruda y animal que lo cegaba, no dejando ver el verdadero caos de todo.En este momento no sabía qué hacer. La declaración de Raven resonaba tantas veces en su cabeza que después que había dejado la habitación dejándola apenas si había pegado ojo los días posteriores. Recordó cuando había visto su cuerpo desnudo bajo el agua de la regadera, todo lleno de heridas, muchas de ellas se imaginó que habían sido provocadas por esos hombres que habían profanado su cuerpo. Solo de pensarlo
Si había algo que Raven acababa de aprender era que no debía subestimar a Lawson.Habían pasado 6 meses desde primer encuentro en aquella sala de entrenamiento y no importaba cuantas veces lo derribara ni que tan fuerte lo golpeara, Lawson se levantaba una, y otra y otra vez. El lobo había tenido hematomas en varias partes de su cuerpo, así como que alguna fisura en sus huesos, pero de igual forma siempre estaba al otro día para otra sección de entrenamiento.La comandante había querido probar su resistencia y verdadera fortaleza llevándolo al límite y había alcanzado sus expectativas con creces, para su propia sorpresa. Y otro rasgo que había notado había sido el rápido desarrollo de él, tanto en sus habilidades como en su físico. Sus músculos habían ganado algunos gramos, y más definición en aquellos lugares en donde quedaba algo de grasa y que estaba estaba ubicada en el lugar correspondiente. En cuanto a sus habilidades, no se había equivocado cuand
Lawson regresaba su habitación esa noche. En su cabeza rondaba que ella saldría de misión sola, completamente sola. Y como que eso no le gustaba. Ella podía ser letal y todo lo que quisiese pero algo no le olía bien. Y él tenía muy buen instinto para saber cuándo algo estaba mal. Se detuvo delante de su puerta, con la mano en la manigueta pero no tiró de esta. Y si… le pidiera al alfa acompañarla no estaría nada mal. Era verdad que podía quedarse en la mansión con unas breves vacaciones dado que ella no estaría. Aunque conociéndola de seguro le dejaba una montaña de papeles. Pero… A pesar de que el hijo del alfa Hunter había estado tranquilo últimamente, eso no quitaba que pudiera atacar de nuevo. Después de la invasión a su habitación, de la tortura a su cuerpo, un pajarito le había contado al alfa lo ocurrido. Lawson no sabía que le había hecho pero todo indicaba que nada bueno. Las miradas de Hunter eran asesinas cada vez que lo miraba pero mantenía
Lawson esperaba tranquilo en la entrada del motel junto a la moto. Se ajustaba los guantes blancos que hacían juego con el traje del mismo color que se ceñía a su cuerpo como segunda piel marcando los músculos que había ganado en los últimos meses y no eran pocos. Omega. Omega, Omega, Omega, Omega… La palabra se repetía una y otra vez en su mente y Lawson no sabía como sacársela de la cabeza. Realmente lo había tomado por sorpresa. Como si ya no hubiera bastantes cosas de Raven que lo sorprendieran, pues no, había otra. Demonios, se estaba volviendo loco. Y vaya paquete tenía. No solo la loba era su mate, era además una loba omega y una de pelaje negro completo igual que el mismo alfa. Vaya datos para procesar en solo momentos. Demon o había tenido misericordia para soltarle todo de pronto. Pero a la vez se preocupó aún más. Que ella fuera un omega era un peligro para la loba. Con razón tenía que cernirse a lo que decía Kenny. Los omegas estab
Lawson manejó lo más lento que pudo para no desaliñar la imagen de la loba detrás de él. Podía sentir el pecho de ella contra su espalda donde esta vez no estaba aplanado por sus duras ropas y tenía que decir que se sentían realmente suaves. La idea de poder tocarlos y chupar los duros pezones excitados por él le vino a la mente y tuvo que apretar sus manos para no perder el control de la moto. Y si eso no fuera suficiente tenía los muslos de ella contra los de él, dejando bien a la vista uno de ellos, y eran tan blancos como recordaba, al menos el que estaba expuesto que era el que no presentaba cicatrices. El vestido había sido diseñado especialmente para esconder aquello que ella odiaba. Y él también.La sintió estremecerse ligeramente detrás de él y pensó que era por el viento. La temperatura era agradable, pero él era un macho, su te