Lawson regresaba su habitación esa noche. En su cabeza rondaba que ella saldría de misión sola, completamente sola. Y como que eso no le gustaba. Ella podía ser letal y todo lo que quisiese pero algo no le olía bien. Y él tenía muy buen instinto para saber cuándo algo estaba mal.
Se detuvo delante de su puerta, con la mano en la manigueta pero no tiró de esta. Y si… le pidiera al alfa acompañarla no estaría nada mal. Era verdad que podía quedarse en la mansión con unas breves vacaciones dado que ella no estaría. Aunque conociéndola de seguro le dejaba una montaña de papeles.
Pero…
A pesar de que el hijo del alfa Hunter había estado tranquilo últimamente, eso no quitaba que pudiera atacar de nuevo. Después de la invasión a su habitación, de la tortura a su cuerpo, un pajarito le había contado al alfa lo ocurrido. Lawson no sabía que le había hecho pero todo indicaba que nada bueno. Las miradas de Hunter eran asesinas cada vez que lo miraba pero mantenía
Lawson esperaba tranquilo en la entrada del motel junto a la moto. Se ajustaba los guantes blancos que hacían juego con el traje del mismo color que se ceñía a su cuerpo como segunda piel marcando los músculos que había ganado en los últimos meses y no eran pocos. Omega. Omega, Omega, Omega, Omega… La palabra se repetía una y otra vez en su mente y Lawson no sabía como sacársela de la cabeza. Realmente lo había tomado por sorpresa. Como si ya no hubiera bastantes cosas de Raven que lo sorprendieran, pues no, había otra. Demonios, se estaba volviendo loco. Y vaya paquete tenía. No solo la loba era su mate, era además una loba omega y una de pelaje negro completo igual que el mismo alfa. Vaya datos para procesar en solo momentos. Demon o había tenido misericordia para soltarle todo de pronto. Pero a la vez se preocupó aún más. Que ella fuera un omega era un peligro para la loba. Con razón tenía que cernirse a lo que decía Kenny. Los omegas estab
Lawson manejó lo más lento que pudo para no desaliñar la imagen de la loba detrás de él. Podía sentir el pecho de ella contra su espalda donde esta vez no estaba aplanado por sus duras ropas y tenía que decir que se sentían realmente suaves. La idea de poder tocarlos y chupar los duros pezones excitados por él le vino a la mente y tuvo que apretar sus manos para no perder el control de la moto. Y si eso no fuera suficiente tenía los muslos de ella contra los de él, dejando bien a la vista uno de ellos, y eran tan blancos como recordaba, al menos el que estaba expuesto que era el que no presentaba cicatrices. El vestido había sido diseñado especialmente para esconder aquello que ella odiaba. Y él también.La sintió estremecerse ligeramente detrás de él y pensó que era por el viento. La temperatura era agradable, pero él era un macho, su te
Si el lugar era hermoso por fuera por dentro la palabra se quedaba corta. La mansión estaba decorada extravagantemente en colores donde predominaba el dorado. Por lo visto con el objetivo de mostrar la riqueza de aquel lugar porque de seguro es dorado era oro sólido. Las grandes cortinas eran de terciopelo, las alfombras finamente tejidas y desde ellos estaban que era la sala principal se podían ver un descenso a un nivel inferior por un balcón, donde realmente estaba la acción. Casi todos los lobos invitados se agrupan en esa zona. Pero lo que más llamó la atención de Lawson era que algunos estaban en su forma animal, al lado de otro en su forma humana. Extraño.-Oye Raven, esto no va a ser tan fácil- señaló además de eso a los cientos de guardias y lobos convertidos que vigilaban cada paso de los invitadosPero la Comandante parecía realmente tranquila con aquella situación. Giró su rostro con una leve sonrisa en sus labios rojos.-Por eso es que todavía eres un
Lawson mantuvo los ojos cerrados. Enfocándose en el olor de la mano de su mate sobre su rostro. Y solo podía decir una cosa. Ella olía endemoniadamente bien. Desde la primera vez que la había visto y olido había sabido que sería su olor preferido aun si no quería reconocerlo. Pero ahora que sus sentimientos eran como un maldito volcán con vida propia la idea solo retumbó en su cabeza.No pudo evitar alzar su mano y entrelazar desde atrás sus dedos con los de ella y en vez de seguir oliendo, besó su palma. Sintió un leve tirón por parte de ella más no la dejaría escapar. Olía tan rico que quería más, Y era un olor agradable que lo calmaba y a la vez lo incitaba, no el desagradable a feromonas del ambiente que lo obligaba a excitarse.-Suéltame si ya estás consiente, que por lo que veo ya es así- la escuchó decir aunque el lobo no le prestó mucha atención.Más bien…-No quiero- soltó Lawson abriendo sus ojos de una tonalidad dorada dando a entender que su
Raven se sentía extraña. Acostumbra a ir sola a las misiones y depender de ella misma, la palabra compañero le resultaba… incómoda. Y más cuando ese mismo compañero tenía doble connotación. Dios, se estaba volviendo loca.Se enderezó en sus piernas intentando mantener la distancia del cuerpo cálido de Lawson que a pesar de su repulsión a ser tocada, era como si no le hiciera el mismo rechazo. Ya no temblaba como antes. Era como había ocurrido con el alfa… se había acostumbrado a su toque. Y no sabía si eso era bueno.Aun así el brazo alrededor de su cintura y que la mantenía estable contra él no la soltó. Más bien se puso tenso cuando las manos de ella se posaron en su pecho para empujarlo sin mucho resultado.-¿Crees que puedas soltarme?- la voz de ella era menos agresiva que otras veces.Lawson inclin&
Demonios. Sí. Raven iba a hacer seguramente lo que él estaba pensando y como que no le gustaba la idea. Así que la agarró de la muñeca fuertemente. Pero unos pasos detrás de él le hicieron mirar por encima del hombro y notar a un guardia que se acercaba hacia ellos- Mierda, deben haber notado algo raro- frunció el ceño.Por eso a Raven le hubiera gustado haber ido sola, perdía los estribos con Lawson al lado. Pero antes de que pudiera pensar en una solución ya se encontraba nuevamente con la espalda pegada a la pared y su boca llena de la lengua del lobo más grande. Intentó quitárselo de arriba, pero se dio cuenta que el guardia parecía dudoso. Por lo que se mantuvo quieta y dejó que Lawson maniobrara hasta que se percató que el guardia dio media vuelta para volver a su posición. Eso había sido un descuido peligroso. Tenían que tener más cuidado.Los había confundido con una pareja que tenían una discusión. Esperaba que fuera así. Si eran descubiertos eran carne para gan
Otro lobo pudiera haberse sentido ofendido con aquel insulto más no Lawson. Sus ojos se suavizaron y sonrió reposando su frente contra la de la Comandante.-Me aceptaste como tu perro- dijo orgulloso. Llevaba meses esperando que eso acabara de ocurrirRaven en cambio arrugó su ceño.-Solo te salvas debido a que estamos aquí, sino te hubiera lanzado directo al suelo y quebrados uno de tus brazos- le gruñó con disimulo para no llamar la atención de nuevo.Lawson sonrió más abiertamente son prestarle caso a las amenazas de ella sabiendo que si podían ser verdad.-Acaso no te das cuenta que me he acostumbrado a tu lengua venenosa durante todo este tiempo que llevamos juntos. Ya soy inmune a ti cariño ¿Cómo crees que puedo ser un perro tan fiel?- subió un poco su pierna presionando la entrepierna de Raven ganándose otro gruñido de la menor que se tuvo que llevar una mano a la boca para reprimir el gemido que amenazaba a salir de sus labios - Pero a este perr
Raven había visto que aquel lobo con el diamante se había levantado. Por lo visto ya tenía lo que quería y no parecía tener ganas de participar en la segunda parte de la noche donde la temperatura de la mansión solía subir varios grados más. Eso había que solucionarlo después de todo el éxito de la misión incluía que él se quedara más tiempo.Se recostó a una pared y esperó a que el saliera ajustando su vestido para que su torneada pierna fuera más visible y arqueando la espalda sensualmente. Ella sabía que se veía bien, y que el lobo se había interesado en ella, así que había grandes posibilidades de que se le acercara. Las luces de aquel largo pasillo habían sido apagadas por lo que solo estaba iluminada por el reflejo de la luna que entraba por los grandes vitrales. Tuvo que ajustar su vista al ambiente para no dejar pasar ningún detalles, después de todo, un paso en falso y todo se iría por la borda. Y no tenía intenciones de poner la misión en riesgo.No pasó