En mi corazón, Daniel siempre había sido un caballero. Aunque después de casarnos hizo muchas cosas desagradables, creí que, aparte de eso, él también era muy justo.Pero realmente me equivoqué; al parecer, no era nada justo. Tiene moralidad cuando no se trata de sus intereses o los de su amante. Pero cuando entra en juego su beneficio, otros son los chivos expiatorios, y él incluso cree que todo esto es justo.Parecía ver algo extraño en los ojos de Daniel, pero ya no me importaba.—Daniel, Karla, realmente me dan asco.Incluso si estaba confundido con la memoria, realmente no podía seguir con él. Solo verlo me causaba náuseas.Después de vomitar un poco, Daniel finalmente habló.—Camila, no digas tonterías; ni siquiera sabía que tenía una casa aquí. No sé de qué archivos hablas, creo que simplemente estás buscando problemas. El Grupo Castillo ya tiene una mala reputación, ¿no puedes dejar de causar conflictos? —Su tono estaba lleno de reproches, como si fuera mi culpa que él no quisi
Estela y Valentina habían estado muy ocupadas con mi situación.Estela había movilizado todos los recursos disponibles y había comenzado a solicitar los videos de vigilancia uno por uno para demostrar que Karla había estado en mi casa. Incluso había llegado a amenazar al personal de la propiedad para que entregaran parte de los videos.No sé cómo Daniel recordó la contraseña de la puerta principal, pero fue Karla quien la usó para entrar. Estuvo buscando en mi casa durante más de una hora antes de irse con un grupo de personas, llevando un archivador en la mano.Por su parte, Valentina estaba buscando testigos que pudieran probar que ya no estaba a cargo de esos proyectos. Muchos archivos electrónicos de los proyectos estaban dispersos entre los empleados, y el sistema tenía registros.Karla no tenía mi computadora portátil, y finalmente fue Daniel quien le abrió una nueva cuenta de la empresa para manejar el trabajo. Si la policía investiga, podrán encontrarla.En cuanto a que ya no e
Al ver la actitud de Fernando, ¿qué más podía no entender?Daniel sabía todo lo que había hecho. Era un hombre de negocios completo, y si el Grupo Castillo estaba afectado, por supuesto que quería minimizar el impacto. Ya no era el momento de buscar responsables, sino de considerar cómo resolver el problema.—Abuelo, esto no tiene nada que ver con Valentina —dije, inhalando profundamente.—Por supuesto.—Tampoco tiene nada que ver conmigo.—Entonces, ¿qué? —Fernando seguía mirando su taza de té sin prestarme atención.—No deberíamos ser responsables de esto.Fernando no dijo nada, simplemente se dedicó a saborear el té, como si nada le importara.Pasaron cinco minutos antes de que finalmente bajara la taza.—Camila, siempre te he apreciado, y también conozco lo que pasó con Daniel en la universidad. Pero deberías entender la situación actual; a veces es necesario sacrificar algo para salvar lo importante —Levantó la mirada y me miró con intensidad.—Pero si Daniel ahora quiere proteger
—Marcos, cambiar el diseño de un proyecto importante es un delito —dijo Fernando, dirigiéndose a Marcos, pero mirándome a mí.—Tu cuñada es la directora del departamento de diseño, todos los proyectos llevan su firma, así que es su responsabilidad. He oído que te han quitado todos los archivos, así que no tienes pruebas, ¿verdad?—Pero... —Marcos quería decir algo más, pero lo interrumpí.—Marcos, agradezco tu buena intención, pero tu propuesta no sirve. Estoy dispuesta a divorciarme de Daniel, puedo devolver las acciones y no necesito dividir bienes —Eso ya lo había pensado antes de venir.Lo que Daniel quería era que Karla estuviera a salvo, pero si yo no cargaba con la culpa, él tendría que hacerlo. Sin embargo, si me alejaba completamente de la empresa y me divorciaba de él, parte de la atención del público se desviaría.Los rumores familiares, la historia sensacionalista... todo eso realmente genera mucho revuelo en Internet.Entonces, el Grupo Castillo podría negociar lentamente
En el tercer aniversario de bodas, Daniel Castillo estaba con Sofía Moreno lanzando fuegos artificiales en una playa, mientras yo, acurrucada en el sofá, lo llamaba por teléfono insistentemente.El repetitivo mensaje de la operadora telefónica se me fue haciendo cada vez más lejano: —El suscriptor no responde... —y, mientras veía la pantalla, todo a mi alrededor se fue desvaneciendo. Cuando volví a abrir los ojos, estaba en la cama de un hospital. El médico, pensativo, me miraba fijamente. —¿Cuánto tiempo me queda? —pregunté con calma.—Si te operas ahora y sigues un tratamiento de quimioterapia, aún puedes sobrevivir —respondió.Miré el techo sin expresión. Un fuerte dolor punzante atravesó mi pecho y la frente se me cubrió de sudor frío. —Es la segunda vez que recaigo.—Señorita Álvarez, actualmente hay un tratamiento con un nuevo medicamento que puede acabar con las células cancerosas, solo que la dosis es muy costosa, unos cincuenta mil dólares, y tendría que tomarla durant
Aquel día, me encontraba realmente en un estado lamentable. Hacía tres meses que el cáncer había reaparecido y ahora estaba tan delgada que parecía que sólo me quedaba la piel y los huesos.Al mirar a Sofía, me recordó como era yo en la universidad. Su rostro redondeado y ojos grandes e inocentes. Vi claramente lo poco atractiva que me veía ahora ante ella, pero que podía hacer, yo sentía mi final cerca. Un compañero de trabajo susurró a Sofía: —El señor Castillo ama mucho a su esposa, así que no te metas en problemas, no vaya a ser que lo pagues caro.Todos pensaban que Daniel realmente me amaba, ni siquiera imaginaban que él solo deseaba que yo muriera. Sofía, sopló fastidiada y después sonrió espléndida.—Camila, el señor Castillo está en una videoconferencia muy importante y no quiere que lo distraigan.—Si es importante, dime de que se trata, yo puedo entrar y decirle al señor Castillo. Era evidente que estaba presumiendo de su acceso privilegiado a la oficina de Daniel. Su so
Daniel estaba convencido de que yo era una interesada, ya que lo había dejado para irme al extranjero con un multimillonario. Él aún no sabía quién era el supuesto multimillonario. Esta era la segunda vez que le pedía dinero, pues la única vez que lo había hecho fue cuando murió mi madre y, en ese momento, él me dio un millón y medio sin siquiera pensarlo. Ahora, motivado a lo costoso de los medicamentos y los exámenes continuos, necesitaban más dinero y eso era indispensable para acabar el cáncer de mi cuerpo. Pero esta vez, simplemente bajó la mirada, enredando con suavidad el cabello de Sofía, consolándole con dulzura, como si no me hubiera escuchado. Sofía dejó de llorar, y entonces me miró fríamente. —Quieres dinero, ¿eh? Entonces arrodíllate y pide disculpas. ¡Has herido a Sofía, así que debes disculparte con ella!Sofía, altiva, tiró del brazo de Daniel.—Daniel, no importa, tal vez no lo hizo a propósito.—No importa si fue intencional o no, ella debe disculparse contigo,
Daniel esa noche no regresó a casa, se quedó con Sofía. Vi los chismes en el grupo de la empresa:[El señor Castillo es demasiado protector. Mira que llevar a Sofía al hospital por ese pequeñez][¿No saben que es su amorcito? ¡Está preocupado por su tesoro!]Cerré WhatsApp en silencio, esbozando una sonrisa burlona. Que la esposa del presidente fuera considerada lamentable. Realmente ridículo.Despertada por el escándalo, ya no pude volver a dormir, así que comencé a organizar mis cosas. Esa no era la primera vez que me sometí a una operación, así que manejaba con soltura la preparación de mis cosas personales. Las cosas de la casa eran de la mejor calidad, Daniel era exigente con el estilo de vida, las sábanas, las fundas, e incluso los pañuelos de papel eran los más caros.Metí todo lo necesario, ya que en el hospital todo era costoso y no podía derrochar dinero, aunque ahora lo tenía no sabía que podría pasar en la operación, así que era mejor estar preparada por si acaso. Tenía m