Me quedé de pie mirando a Daniel; sus ojos parecían extraños y algo confundidos. Karla se movió para bloquear su vista, así que dejé de mirarlo.

Pasaron unos minutos antes de que Daniel se recuperara lentamente, y su rostro se volvió más frío.

—Dani, ¿estás bien? —Karla le presionaba suavemente las sienes, y él no la rechazaba en absoluto.

Me di la vuelta para irme, pero Karla volvió a hablar.

—En realidad, el divorcio también tiene sus ventajas. Si Camila ya no es la señora Castillo ni una empleada del Grupo Castillo, sus acciones no afectarán a la empresa. Así, la empresa no se verá perjudicada y todos estarán contentos. Dani, con los problemas que enfrenta la empresa, es necesario pensar en una solución.

Dijo, mirándome desafiante de vez en cuando, con una sonrisa en los labios. Parecía olvidar que los problemas de la empresa eran en parte por su culpa.

Al ver a Daniel asentir obedientemente, no pude evitar reírme.

—Todo lo que haga no tiene nada que ver con la empresa, ¿verdad? Ent