Capítulo 212: El Niño de Sangre
—Daniel, ¿estás loco? ¿Sabes lo que estás diciendo? —Lina intentó retenerlo, pero él la desoyó de un manotazo.

Fernando estaba tan enfurecido que solo podía ver el forcejeo de su pecho, sin poder pronunciar una sola palabra.

La mirada de Daniel pasó sobre nosotros y, finalmente, se dirigió a la puerta, tomando de nuevo la mano de Karla.

—He dicho que solo la amo a ella y debo divorciarme. Haré que mi abogado te envíe el acuerdo de divorcio; es mejor que nos separemos amablemente —Con esas palabras, se marchó con Karla sin mirar atrás.

Me acerqué en silencio a la puerta y la cerré, y luego me senté de nuevo. Era como si mi corazón ya hubiera sufrido tanto que no sintiera más dolor por el futuro.

—No tomes en serio lo que dice, espera a que recuerde... —Lina intentó consolarme, pero solo pudo decir unas pocas palabras después de un tiempo.

—¿Pero cuándo va a recordar? —pregunté con la cabeza gacha y sin emoción.

El doctor dijo que aproximadamente en un mes, pero ya casi había pasado ese
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