Al ver que los médicos que iban a hacer la consulta eran expertos reconocidos tanto a nivel nacional como internacional, me sentí un poco más tranquila. Solo pensar que Daniel podría recuperarse después de la consulta mejoró mi estado de ánimo considerablemente.

Al regresar esa noche a la familia Castillo, ya estaba preparada para convencer a Fernando.

Pero no esperaba encontrar no solo a Daniel en la casa, sino también a Karla. Ella llevaba puesta ropa de casa y parecía que ya había estado allí un tiempo. Cuando me vio, se sorprendió un poco, pero rápidamente volvió a la normalidad.

—¿Qué haces aquí?

No entendía bien la situación actual.

De repente, Daniel corrió hacia mí y se puso frente a Karla, protegiéndola.

—¡Ella es mi novia, así que puede estar donde quiera! ¡Esta es mi casa, tú vete!

—Camila puede tener asuntos, está embarazada; déjala entrar —Karla tomó el brazo de Daniel y le habló suavemente.

—¡No es mi hijo! —Daniel murmuró con descontento, pero aun así se apartó.

Su compo