Me quedo en silencio mirando hacia la nada en medio de la noche, han pasado solo un par de minutos desde que Jonah y los miembros de su manada se marcharon, y aunque ha pasado tan poco tiempo, no puedo evitar que ese mal presentimiento que siento abandone mi cuerpo, ¿Por qué estoy tan nerviosa?

Apoyada en el suelo, mirando hacia el horizonte en dirección a esa vieja mansión donde se supone que esta mi familia, secretamente espero ver a Jonah y su gran grupo de lobos pronto, apareciendo en medio de la obscuridad y entrando al lugar. Pero por ahora nada, ¿En verdad tengo que estar tan preocupada?

Me distraigo por un momento de mi atenta observación cuando siento a alguien a mi lado, muy cerca de mí. Y cuando me giro veo a Anthony, quien se acostó a mi lado en el césped y de forma extraña acercó su rostro al mío.

—¿Qué haces? —pregunto separándome de golpe.

—¿Por qué hueles así? —cuestiona él, volviendo a intentar acercarse a mí.

—¿Oler de qué forma?

—A lobo, no eres un humano normal.

¿L