De mala gana me despierto muy temprano en la mañana del domingo para ir al aeropuerto de la ciudad, mi madre y la señora Lana vinieron a dejarme al aeropuerto para mi “importante viaje”. No me sentía muy animada, pero intentando dejarme llevar pensando solo en el trabajo, me despedí de mi madre intentando verme feliz, y me subí en el avión que pagó la compañía para mí.

La reunión será en uno de los resorts que forman parte de los bienes de la familia Casady, un bonito recinto cerca a la playa pero apartado de la ciudad, que era un famoso centro vacacional con pequeñas cabañas al aire libre y muchas actividades divertidas, como juegos de agua o una discoteca. Es triste que no vaya a disfrutar de nada de esto, porque vine a trabajar.

Tuve un día entero para acomodarme en la pequeña cabaña que me dieron, no salí a divertirme porque tengo un par de documentos que revisar antes de las reuniones de la mañana, así que me quede encerrada toda la tarde y la noche, preparándome para el trabajo