Una vez más, Marcela tuvo que declarar frente al jurado todo lo que le hicieron y contó lo que pasó días atrás, explicó las marcas que tenía en sus muñecas y los moretones que Andrew le había hecho antes de esa agresión. No las tenía en el cuerpo porque se borraron, pero Hernán fue muy inteligente al grabarla antes de ser internada en el hospital.La familia de Andrew miraba con odio a Marcela y a Robert Smith, se habían enterado, todos se enteraron de su compromiso y por supuesto, acusaron a Marcela de ser una cualquiera y rompe hogares, cosa que divirtió un poco a Amanda, pero por respeto a su exesposo, no lo apoyó. Al contrario, se puso de pie y gritó que fue decisión de ella divorciarse de Robert. Amanda iba a irse a EEUU a estudiar una licenciatura en turismo, pues siempre deseó salir del país y viajar por el mundo. Quizá era eso lo que siempre deseó. Estar encerrada siempre en ese pueblo estaba enfermándola.El juicio tardó aproximadamente un mes en que reunían pruebas, interrog
—Por Dios, Marcela. ¿En dónde estabas?Robert la abrazó con ansiedad y la besó. Pero Marcela se separó de él.—Quisiera ir a ver a mi hijo y luego a descansar.Robert la miró y asintió. No tenía idea de que había hecho Marcela, pero era mejor dejarla sola.Por dos noches, la pareja se mantuvo distante, sobre todo Marcela. Robert no sabía qué hacer. No habían hecho el amor desde que Robert la dejara aquella tarde en el lago hace 2 años y Robert sabía que no podía obligarla a entregarse. El abuso la dejó muy lastimada, física y emocionalmente. Robert estaba que se moría por ella, con un simple beso se ponía romántico y evitaba tocarle más el cuerpo, ya que no se resistiría.Cierta noche, ambos cenaban solos, el niño dormía y los sirvientes se habían ido a dormir.—Marcela… hay algo que aún no me dices.—¿Qué cosa?—El mismo día que me reclamaste creyendo que fui yo quien destruyó tu huerto, lloraste.Marcela se puso de lado para no ver a Robert. El joven no la obligó a verlo esta vez, s
La familia estaba más que completa, todo estaba en orden, los malos estaban lejos y encerrados, los niños jugando, la servidumbre dispuesta a cuidar a los niños por la familia, pero solo faltaba un pequeño detalle.—Se llevarán muy bien. —Marcela los miraba.—Claro que sí, lo harán.Los dos vieron a el ama de llaves y a las dos sirvientas de pie ante la puerta.—Es hora de ir. —Robert sonrió de lado—. Vamos a hacer el amor cariño.Marcela se puso roja y tosió.—No tienes que ser tan obvio Robert.—Lo siento, pero he esperado por esto por casi 3 años.Robert esperó a que Marcela se recuperara y hubieran pasado al menos 3 meses para que ella estuviera bien.Robert le besó su mano izquierda, como era de costumbre, y le sonrió.—No puedo seguir esperando.—Pero me duele la cabeza.Ambos se carcajearon. De prisa, la pareja caminó a su nido de amor para dar rienda suelta a su pasión. Robert recordó la última vez que tuvieron relaciones sexuales. Como había gemido Marcela, como había disfrut
Zoe, la más chiquita de todos, lucia exactamente como su padre, tenía los ojos grises tal y como Alexander los tenía. Su cabello era rojo oscuro y algunas pecas adornaban sus mejillas. Eran los dos únicos hijos de ambos, ya que los otros dos, eran de diferente madre y padre. Su temperamento era una mezcla entre Marcela y Robert y no se tenía conocimiento de su preferencia a algún familiar. Por el momento, el ama de llaves tenía toda su atención.La familia Smith estaba encantada con los pequeños, aunque todos diferentes por algo, eran angelitos. El ama de llaves jamás fue tan feliz como hasta ahora. Siempre quiso que Robert tuviera muchos hijos, ya que ella jamás se casó, Robert era como su hijo y las niñas y niños los sentía como de su sangre. Era una feliz abuela. No se podía decir lo mismo del padre de Robert, el hombre solo le hablaba para hablar de negocios y para preguntar cómo iban las cosas por allá, ojalá se acercara un día a la ciudad para conocer a sus nietos. Él ya no seg
Zoe quizá por ser la más pequeña o por tener el mismo color de cabello que su padre, la familia Smith estaba más cercana a ella, porque lucía como su padre, era casi su copia, excepto por el carácter, ya que era voluntariosa como su madre. Zoe era como una pequeña llamita que iluminaba la habitación en la que se encontraba.Marlon, por supuesto, era más querido por los Robinson por su gran parecido a su madre. Sus ojos azules y cabello rubio lo hacían parecerse a un angelito.Por suerte Marcelita era la copia exacta de su madre, así estuvo a salvo de los Collins.Y finalmente Alexander, que era una mezcla entre su madre y padre, era el que estaba por encima de todos. El niño al fin tuvo todo lo que siempre quiso, una familia amorosa y una mesa llena de comida.Pero en las calles del pueblo, las cosas estaban bastante peligrosas.Las personas que conocían a Andrew y sabían que era un criminal, hicieron todo lo posible por cerrar las carreteras y vigilar las 24 horas, pero su familia lo
Así pasaron los años, una temporada estaba Marlon en EEUU y otra en Suiza. Hasta que llegaron al presente, la noticia del escape de Andrew la asustó.—¿Qué pasó cariño? —Harry se levantó de la cama cuando la escuchó sollozar.—Andrew…—¿Qué pasó con él? ¿Por qué lo nombras?También conocía su historia con ese hombre. De él sí sintió celos, debido a que a Amanda sí le gustaba.—Escapó de la cárcel.Ella abrazó a Harry y comenzó a llorar.—Escapó y quizá nos haga daño. ¡Yo declaré en su contra!—No lo hará, nosotros estamos muy lejos.—Pero podría venir.—Si lo hace, no podemos huir cariño.Se acercaba la graduación, los dos no podían faltar a la ceremonia.Amanda pensó en algo mejor y en eso, recibió la llamada de Robert. No pudo creerlo, ellos venían a pasar unas vacaciones allá, no dijeron nada sobre Andrew, pero sabía que era por eso.Un par de días después, toda la familia estaba reunida, incluso el ama de llaves, Hernán y su esposa, vinieron.—Vaya, estoy sorprendida de que hayan
Marcela exhaló y lo llevó a la cama.—Creo que necesitas una sesión de relajación.Robert alzó una ceja. Ambos sabían a qué se refería.Marcela tuvo éxito, Robert se quedó dormido, pero ya eran las 4 am, le tocaba a ella dormirse sola.Días después, llegó el día de la graduación. Todos los estudiantes se preparaban para la ceremonia, pero ninguno estaba preparado para despedirse de sus compañeros. Amanda estaba triste, porque en esa universidad creció demasiado, antes no se quería, tenía autoestima baja, pero pasando los días comenzó a cambiar de ánimos, logró hacer amigas y encontró el amor. Ese lugar significaba mucho para ella.—¿Qué haces Amanda? Deberías estar arreglada ya.La madre de la mujer llegó un día antes, su padre estaba apenas llegando. Amanda tuvo una fuerte discusión con su familia luego del divorcio con Robert, ambas familias se llevaban muy bien y al separarse tuvieron que romper lazos con los Smith, tenían ciertos convenios gracias al matrimonio. Duraron un par de
Marcela no entendía la lógica, pero igual bebió. Se sentía bien. Veía a otros estudiantes ya borrachos y actuando chistoso y pensó que sería divertido celebrar como ellos, después de todo a ella no le dieron la oportunidad de estudiar.Al poco rato, Marcela estaba borracha.—Robert, ¡Te quiero muchooo! —dijo cantando.—Yo también cariño... Deja la lata.—¡No!Marcela se apartó, Robert fue tras ella para intentar quitarle su sexta lata de cerveza. Amanda los miró y se acercó a ellos, había estado atendiendo a los invitados.—Como lo siento Robert, no sabía que se pondría así.Robert solo suspiró. Marcela jamás había probado cerveza, justo hoy se ponía así. Robert, si conocía el licor y otras bebidas, era normal para él.—Tenemos que subir a la habitación antes que comiences a vomitar.—¡No! ¡Déjame!Amanda comenzó a reír, la testaruda y rencorosa Marcela estaba borracha y peleando por su lata de cerveza. ¡Cómo habían cambiado todos! Esa noche, pidió un deseo, que todo siguiera como est