En la manada de los guardianes de bronce.
Un joven alto y rubio, con los ojos azules y de una mirada amable y analítica, se pasea de un lado al otro en medio del salón de su hermosa casa, mientras su esposa lo observa con una expresión inquieta en su rostro.
— ¿Qué estás pensando hacer? — Pregunta su esposa intentando mostrarse segura.
Ella es una persona segura de sí misma y con un alto código de valores, que siempre ha creído en la justicia e intenta comportarse de manera coherente. Pero en este momento se siente sobrepasada por los últimos acontecimientos y por primera vez en su vida, no tiene la menor idea de lo que debe hacer.
— Van a asesi
Ella intenta comunicarse con su esposo de manera infructuosa.— Pierdes tu tiempo, no podrá escucharte — Luminara cruza sus brazos frente a su pecho y guiña un ojo con un aire despreocupado.— ¿A qué te refieres? — El cuerpo de Alondra se pone en alerta, la chica observa a su alrededor, algo no va bien.— A ese estúpido jueguito mental que tienes con Luciano y Ónix. Los tres amigos inseparables que pueden comunicarse mentalmente. — Su voz se vuele un poco más aguda mientras con claridad intenta imitar la voz de Alondra — No va a funcionar, no mientras yo esté cerca — Le dice acercándose a ella que es un poco más alta.— ¿Por qué? — Alondra vuelve a mirar a su alrededor, con Ónix solo puede comunicarse si se encuentra a su lado en forma de lobo y por lo que parece, Luminara lo sabe.— Porque puedo hacerlo, eso es todo lo que debes saber — Alondra parpadea y mientras su olfato y su
NalaUnas horas antesEl agua cae fuerte contra mi espalda y su peso me hace sentir mucho mejor, estoy cansada y mi mente no deja de darle vueltas a todo lo que ha sucedido, al hecho de que mi madre me odie tanto que haya intentado asesinarme en más de una ocasión y al hecho de llevar un bebé en mi vientre, mientras puedo verlo con catorce años a mi lado y debo protegerlo en doble partida.Inclino mi cabeza contra la pared y suspiro, nunca me imaginé casarme y pasar una luna de miel de esta manera y sobre todo, nunca pensé que me casaría con un hombre lobo y mucho menos que desarrollaría poderes increíbles.Escucho el sonido de la puerta de la ducha al deslizarse y continúo con los ojos cerrados y mis manos y frente apoyadas contra los azulejos. Puedo sentir su olor y también lo molesto que se encuentra.El calor de su cuerpo se apodera del mío c
Lo golpeo y me limpio antes de salir de la ducha y dejarlo en su interior. Me envuelvo en una toalla y sin pensarlo dos veces me tiro sobre la cama. Ónix ha estado particularmente brusco y me siento adolorida.Lo he dejado tomarme como él quería, porque después de saber que su madre y Homero estaban juntos, y que este último asesinó a su padre, Ónix se encerró en su estudio hasta el momento que entró en la ducha.Sé que debo hablar con él y preguntarle como se siente, pero por ahora, lo dejaré tranquilo, su madre al parecer ha quedado devastada al confirmar que Homero asesinó al alfa Orión, así que no ha sido un momento muy agradable, para ninguno de nosotros.Con tanto drama a mi alrededor, solo quisiera descansar y olvidarme de todo esto, aunque fuera por unos segundos, cierro los ojos, necesito dormir dos minutos ¡Estoy agotada!Abro los ojos y la oscuridad me sorprende ¿Qué hora es? ¡Maldición! E
El grito desesperado de Alondra me llenan de ansiedad, empiezo a sentirme agotada y no creo poder sostener la barrera por mucho tiempo y menos cuando el hombre se vuelve a mirarme, por alguna razón, sé qué va tiene el poder de acabar conmigo.Mi barrera empieza a decaer y Arcas continúa al otro lado de la puerta, necesito que se vaya.Reacciono cuando una sombra pasa por mi lado a gran velocidad y soy consciente del cuerpo de Ónix impactando con fuerza ante el hombre delgado y alto. Mi barrera se cae y las llamas continúan aumentando.— Arcas, Alondra y Luciano están en problemas, están en las celdas, ve a ayudarlos ahora, nosotros nos ocupamos de esto — grito desesperada mientras observo como Ónix vuelve a caer al suelo con una expresión de dolor.— Pero Madre, el fuego… — Escucho su voz inquieta y el grito de varias mujeres.¡Fuego! ¡Fuego!— Ve a ayudarlos
El grito desesperado de Alondra me llenan de ansiedad, empiezo a sentirme agotada y no creo poder sostener la barrera por mucho tiempo y menos cuando el hombre se vuelve a mirarme, por alguna razón, sé qué va tiene el poder de acabar conmigo.Mi barrera empieza a decaer y Arcas continúa al otro lado de la puerta, necesito que se vaya.Reacciono cuando una sombra pasa por mi lado a gran velocidad y soy consciente del cuerpo de Ónix impactando con fuerza ante el hombre delgado y alto. Mi barrera se cae y las llamas continúan aumentando.— Arcas, Alondra y Luciano están en problemas, están en las celdas, ve a ayudarlos ahora, nosotros nos ocupamos de esto — grito desesperada mientras observo como Ónix vuelve a caer al suelo con una expresión de dolor.— Pero Madre, el fuego… — Escucho su voz inquieta y el grito de varias mujeres.¡Fuego! ¡Fuego!— Ve a ayudarlos
ÓnixUnos minutos antesNo sé cómo sentirme, mi madre es la amante del hombre que ha asesinado a mi padre y traicionado a la manada, mientras que durante años se hizo pasar por el mejor amigo de mi padre y su beta fiel.No he podido controlar mi ira, mi durante todo el tiempo que pasé encerrado en el despacho de mi padre, ni luego cuando golpee hasta el cansancio el saco de boxeo en el gimnasio que instale hace años en el sótano de casa y pesar de que al tomar a Nala contra la pared de la ducha como si fuese un animal irracional logré sacar un poco de mi ira.Al salir de la ducha y verla dormida por el agotamiento en nuestra cama, me sentí peor, porque la usé para mi bienestar sin pensar en cómo ella se puede estar sintiendo con todo esto.Cierro los ojos y me recuesto contra el espaldar de la silla de mi padre, siento su olor y pienso en los cinco años que estuve alejado de todos y todo lo que me perdí por querer
— Pero Madre, el fuego… — Arcas habla con todo inquieto, mientras las llamas continúan apoderándose de todo y escucho el grito de las personas que se encontraban en casa.— Ve a ayudarlos, Arcas, ¡Ahora! — Nala grita mucho más fuerte en esta ocasión y yo logro golpear al hombre que de inmediato estrella mi cabeza contra el suelo.Tiene una fuera impresionante para ser un humano, algo que ya me esperaba por todo lo que hemos descubierto sobre él.— ¡Maldición! — El grito de Nala me hacen volver en sí y logro ver el momento en el que el hombre sin olor sale de la habitación.— ¡Vete! Protege a Arcas, yo me encargo — A pesar de que me siento un poco aturdido, logro convencer a Nala de que vaya detrás del hombre sin olor.Debo hacer lo mismo, pero antes debo asegurarme que nadie se encuentra en la casa.— Mi casa se está en fuego — Susurro, cuando los bomberos me responden y les doy la dirección, me dicen que varias unidades se dirigen aquí.
Necesito analizarlo todo de inmediato, nuestra posición en el claro del bosque nos beneficia, pero a pesar de que muchos de los centinelas han llegado, no puedo actuar de manera impulsiva cuando la vida de Arcas está en juego.— Señor, estoy seguro de que su Luna escogerá al señor Luciano y podremos capturar a esas personas — me susurra uno de los centinelas y me vuelvo a mirarlo.— ¿De qué estás hablando? — Pregunto sin dejar de mirar hacia el lugar, esperando la reacción de Nala.— El chico, alfa. Nadie lo conoce, ha llegado hace poco a la manada y además es solo un híbrido — Gruño y siento como mis garras presionan mi piel.&ld