“Es verdad, un exiliado no puede ser alfa”
“¿Puede hacer eso? ¿Puede serlo mi padre? Está herido”
La voz angustiada de Alondra se mezcla con las preguntas de Luciano.
“Cállate Luciano, intento pensar en algo”
“Cállense los dos”
Les digo mientras me acerco a Kaya.
“Hay una opción, eres un lobo solitario, puedes retarlo y recuperar la manada”
Me dice Alondra.
— Homero y Luciano siguen con vida — Le digo mientras sigo observando al anciano, estoy seguro de que qu
Salgo de la cabaña y los ánimos se encuentran encendidos, los hombres gritan y aúllan y los hombres de la manada de los Rangers rígidos tratan de provocar a mis hombres. Luciano y Alondra me esperan en el centro de la plaza de nuestro pueblo. — ¿Estás bien? — Me pregunta Alondra y en realidad no sé lo que siento. Mi padre y mi hermano han muerto y no tengo la menor idea de donde se encuentra Nala en este momento y solo deseo dejarlo todo e ir a buscarla. — Nala está cerca, lo siento — Le digo a Luciano mientras este me entrega una bebida energética. — Pondré a varios deltas a buscarla, no te preocupes. La encontraremos — Me dice — Concéntrate en ganarle a Kaya, no puedo
Nala — Tiene que irse ¿Qué hace en nuestro pueblo? Eres el nuevo alfa de la manada y no deberías estar perdiendo el tiempo con una humana, debes encontrar a la hechicera — Parpadeo y siento la cálida humedad de las lágrimas descendiendo por mis mejillas. La cabeza me duele un poco y me siento muy cansada después de todo lo que pasé para volver al pueblo de la familia de Ónix. No reconozco la voz de la mujer que está hablando, pero puedo identificar su cólera, su enojo y de inmediato sé que está hablando de mí. — Madre, no te permito hablar de esa manera de Nala. Está enferma — Observo el techo de madera de la cabaña, uno que no reconozco. No estoy en la casa de los amigos de Ónix, de eso estoy se
— Escuche voces, en mi cabeza y era como si me encontrase en otra época y no fuera consciente de mis acciones — Me siento sobre el borde de la cama, mientras Ónix continúa de pie frente a mí, con los brazos cruzados y las piernas abiertas.— ¿Y qué sucedió? — Me pregunta.— No lo sé. Creo que caminé durante horas, perdí la noción del tiempo y luego me encontraba cerca a donde mi hermana fue asesinada, pero después de los pasadizos llegué a un claro, donde al parecer alguna vez existió un pueblo, no lo sé, pero volví a sentir el dolor en mi cabeza, las pulsaciones y sentí como me quemaban en carne viva y yo … — Las lágrimas se deslizan por mis mejillas y al recordar lo que sentí el calor se apodera de mi cuerpo y el ardor se vuelve insoportable — ¡Duele! — Susurro.Ónix se acerca a mi lado y me abraza, dejo mi cabeza contra mi pecho continuo llorando.— Me estoy volviendo loca, ¿verdad? — Le pregunto
Ónix — Me estás empezando a marear, ¿Puedes calmarte? — Alondra se levanta de la silla en la que se encuentra, mientras que yo no puedo dejar de moverme de un lado para el otro. — ¿Cuánto tiempo va a tardar Luciano? — Se supone que nos veríamos aquí y que él se encargaría de traer al anciano sabio y luego visitaríamos al joven con el que llegó Nala, pero llevamos casi quince minutos esperando. — Hola, perdona, pero el sabio anciano no encontraba sus medicinas — Dice Luciano entrando en la habitación. El sabio toma asiento y Alondra le prepara una tizana, le ofrece biscochos y le pregunta sobre su familia y sus nietos y bisnietos, mientras yo estoy a punto de explot
No he tenido tiempo de preguntarle su apellido, solo sé que se llama Nala. Punto final.— Lo tengo, lo vi en el buzón de su casa, espera recuerdo bien — Luciano susurra y todos guardamos silencio — Mantegna — grita triunfal.— ¿Mantegna? — Susurra el anciano sabio — ¿Será posible?— ¿Qué sucede? — Le pregunta Alondra intrigada.— Es el apellido de …— De Amara Mantegna, la madre de Nala, quien c
— ¿Ónix? ¿Te sientes mejor? — abro los ojos y observo todo a mi alrededor, para luego posar mi mirada en la oscura y preocupada mirada de Nala. — ¿Qué ha pasado? — Me siento bien, pero tengo la sensación de que llevo varios días durmiendo. — No lo sé, se te subió la temperatura de un momento a otro y no podías respirar, creo que te estaban dando convulsiones y solo te bajó con agua fría — Me dice y toca mi frente. — ¿Dónde está el chico? — Tengo que hablar con ese joven. Intento levantarme, pero de inmediato Nala me bloquea con su cuerpo, con mucha facilidad podría moverla hacia un lado, pero su olor ha estremecido todo mi ser, como lo hace siempre, y solo deseo tenerla cerca.
Nala se divierte mientras me toma como una principiante, y a pesar de sus dudas y su falta de experiencia, es tan única que me encanta.Llevo mi mano libre hasta su cuello y guio sus movimientos. Aprende deprisa y en segundos se encuentra tomando mi erección con firmeza.— Preciosa, es mi turno — La detengo porque no estoy seguro de poder contenerme y necesito estar en su interior cuando por fin pueda liberarme. Me inclino y vuelvo a besarla, sentir mi sabor en su boca me encanta y empieza a descontrolarme al escuchar a mi lobo gruñir en mi interior. — No muevas tus manos — Le ordeno y ella asiente con la cabeza y sonrío. — Quiero escucharte, preciosa — Vuelve a contorsionar su cuerpo buscando contacto y me alejo — Dilo — Susu
Nala No sé cuánto tiempo llevo acostada sobre esta cama, observando la sencilla lámpara que se encuentra sobre el techo. He elaborado mil y una teorías y al final me he dado cuenta de que podría morir en este preciso momento, si la sencilla, pero al parecer, pesada lámpara cayera sobre mi cuerpo. — Soy una idiota — Susurro y cierro los ojos y respiro con fuerza. Todavía siento su olor y lo peor de todo es que la sensación de su pene en mi interior sigue fresca, como si Ónix no hubiese partido hace más de una hora, sin explicarme nada en lo absoluto. Ha oscurecido con mucha rapidez y la habitación se encuentra en penumbras. Además, pareciera que no