—Ella, tiene sus ojos el color, pero es imposible— negó convenciéndose a si mismo de que tal vez ya estaba loco Maximiliano. Pero esto activo la curiosidad de Kelvin queriendo saber a quien se refería su amigo. —¿A quién te refieres?, tal vez te pueda ayudar— Tan pronto cuando esa pregunta surgió el ambiente se volvió pesado en aquella sala un silencio incómodo los invadió que solo se escuchaba las respiraciones de ambos hombres. Por un momento Kelvin pensó que no le respondería sin embargo fue simple. —Procura en mantener tu atención en el crecimiento de tu empresa, de mis problemas me encargo yo— Ese no fue tan claro y conciso que kelvin volvió a sonreír. — ¿Qué aras con Alison ahora que saco sus garras? — Preguntó casualmente cambiando de tema drásticamente. Desde que había llegado a la sala privada para charlar con su amigo había notado que Alison no se había aparecido en ningún momento y eso ya era sumamente raro, ya que la mujer siempre andaba más que pegada como chicle
Había pasado un mes, un largo mes — Susurro Tanying quien se había dedicado a huirle a Marc en todo momento, cuando quería arrástrala a que tomara voz y voto en los preparativos de la boda. Las invitaciones ya habían sido enviadas, tanto como el lugar que se llevaría a cabo la boda, el vestido de novia y los regalos. Estaban siendo manejados por ambas familias. En conjunto era la boda del año por lo que el mundo entero la clasificaba que iba a ser la mejor boda de todos los tiempos. Pues se trataba nada menos de las familias más prestigiosas las cuales manejaban la economía de todo el continente europeo por lo que no se podían esperan nada menos que lujos. Tanying se había mantenido absorda de cada cosa que tuviera que ver con la boda, más bien ni siquiera parecía una novia que está a pocos días de casarse. La joven chica se había dedicado a llevar su vida normal aparentemente parecía que había olvidado que estaba a punto de casarse dejado de quejarse con su padre para que cancelara l
Silencio un gran silencio fue lo que obtuvo de respuesta. Una hora atrás cuando todos los altos ejecutivos estaban reunidos con el Ceo discutiendo sobre el nuevo producto que iba a lanzar la empresa el sonido de todos los celulares de los que se encontraban en la gran sala hicieron ecos distrayéndolos del asunto principal cada uno miró sus celulares con cierto temor ante la fría mirada de su Ceo. Maximiliano al ver que ningunos se había molestado en dejar sus celulares y seguían mirando el aparato como si hubiera algo en especial en él. Frunció su entrecejo con la intención de regañar su poco profesionalismo; sin embargo, cuando de pronto su asistente personal dentro por la puerta principal urgentemente sin haberse tomado la molestia de anunciarse o tocar. Maximiliano sintió que últimamente había sido tan bueno que ahora los empleados estaban haciendo lo que quisieran.— Paul espero que tengas una buena razón para haber entrado de esa forma sin ser llamado— advirtió con voz severa. Q
— No importa lo que digan y pase nosotros siempre estaremos contigo Tang— declaró Jeremy sonriendo con confianza mientras le daba unas cuantas palmadita en el brazo a su amiga. Tanying les sonrió amigablemente a sus amigos y pudo sentir que sus amigos nunca la iban a abandonar así el mundo se cayera sobre ella. El vínculo que habían formado desde la adolescencia los había llevado a poner a prueba su amista una y otra vez. Sin embargo Emily, Karen, Jixon y Jeremy nunca había dejado a Tanying sin importar qué. Tanto que cada uno estaban dispuesto a dar sus vidas por alguno. —Lo sé, tengo fe en nuestra amistad— Concluyó Tanying con emoción. Pronto el mesero se acercó con el pedido, una vez que término de servir la mesa se alegó. —¿Creen que ya se dieron cuenta? — pregunto Jeremy al llevarse una papa a la boca mirando a sus amigos con malicia. Karen río imaginándose una escena en su cabeza. —Tienen que estar volviéndose locos— expreso Emily entre risas mientras cortaba un pedazo d
Minutos atrás la joven había ido a pedir ayuda a Jeremy para que le ayudara de pasar de nivel por lo que el chico le indicaba los niveles que tenía que destruir mientras le acariciaba su largo cabello a simple vista cualquiera confundiría su relación al verlos de esa manera tan cariñosa, por lo que los guardaespaldas no eran la exención todos miraron a la pareja desconcertados. —Srta. Tanying, el señor Cash no ha dado órdenes extremas de llevarla con el—hablo uno de ellos, intentando llamar la atención de los jóvenes que ignoraban sus presencias. En lugar de responder lo que dijeron Tanying siguió jugando con su celular como todos los demás fingiendo que no era a ella a quien le hablaba. “Bien aún no estoy casada con ese idiota por lo que no tenía que obedecerlo ¿Qué le pasaban a ese montón de idiotas?, pensó Tanying disgustada”. Desconcertados los guardaespaldas se miraron entre sí, y luego uno de ellos dijo; —Señorita Tanying, el señor Cash ha dicho que se niega a ir la sacáramos
El pecho de Tanying subía y bajaba precipitadamente debido a su respiración que trataba controlar debido a su furia. Nunca en su vida había sentido ganas de estrangular a una persona hasta satisfacerse, pero ahora quería estrangular y golpear aquel hombre que no hacía más que aprovecharse de ella una y otra vez. “Maldito espero que te pudras en el infierno”, maldigo Tanying internamente. — ¡Ahg! — Chilló Cuando otra fuerte palmada estalló nuevamente en su trasero sin piedad. —No te escucho, y mi paciencia se está agotando—advirtió y exigió—responde mi pregunta. —No eres loco, no lo eres—Grito Tanying mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Pero internamente lo maldecía silenciosamente.” Loco demente, maldito sicópata, juro que me la pagaras”. —Buena chica—Alabó Maximiliano abriendo la puerta de una habitación sin saber los pensamientos de la chica. —Suéltame ya— Exigió Tanying entre sollozos. De un momento a otro su cuerpo fue arrojado sobre una gran cama el colchón er
—Tal vez lo de gata callejera, lo cambiemos por salvaje mientras tenemos sexo, pero recuerda debes calmarte ahora tenemos público— Expreso Maximiliano, su voz era más fuerte de lo común. Por lo que fue imposible que los empleados que se encontraba afuera en los pasillos no pudieran escuchar. El rostro de Tanying se tornó de color rojo, podía sentir sus mejillas arde de nuevo. “Ese hombre se atrevía a ser tan descarado maldito seas hijo de p**a Maximiliano Cash”, maldijo en su mente Tanying nunca nadie se había atrevido a avergonzarla de tal manera en frente de personas. —¡Idiota! — Dijo con los dientes apretados, sintiendo su ira recorrer todo su cuerpo. La sonrisa traviesa del hombre desapareció lentamente frunciendo su ceño volviendo a poner su rostro sin emoción alguna. — Escúchame bien mi paciencia está a un hilo de romperse y créeme cuando te digo que no será nada bueno. Así que déjate de comportar como una chiquilla mocosa. Tienes una hora para vestirte decentemente y la m**
—¡Para ya!, quieres que me lastime animal salvaje— Grito furiosa cuando sus pies fallaron y casi cae al piso. Maximiliano reaccionó ante la actitud tan brusca que había tomado bajando la velocidad de sus pasos con la intención de soltarla, pero la voz molesta de su amigo hizo que volviera a perder la razón. —Maximiliano espera yo voy también con ustedes— Grito kelvin, sin entender lo que sucedía mientras corría detrás de ellos con la intención de alcanzarlos, por un momento se había quedado impactado por la reacción de su amigo ¿Desde cuándo Maximiliano Cash se había vuelto posesivo?, se preguntaba internamente que él recordará jamás lo había visto actuar de esa manera. Sin dejar que la chica protestara Maximiliano la cogió entre sus brazos y comenzó a caminar hacia su automóvil. “Bien no puede caminar rápido por los zapatos altos entonces yo la llevaré”, pensó internamente Maximiliano con la intención de evitar cualquier tipo de conversa entre su prometida y su amigo. Tanying