Respira. Respira. Joder, odio las tormentas."¿Kit?" preguntó Sera en voz baja.Me lo sacudí, fingiendo que estaba bien mientras la miraba por encima del hombro. "¿Sí?""¿Estás... estás bien?". Sus ojos azules brillaron con preocupación, haciendo que mi corazón casi diera un vuelco. "Sí, estoy bie
Todo lo que podía ver era a Sera, mirándome a través de sus pestañas con esa mirada suave y empática. Su boca llamaba a la mía y lo único que quería era besarla. Estrecharla contra mí y sentir cómo se estremecía entre mis brazos. Separó los labios y su lengua rosada salió instintivamente para humed
Punto de vista de Seraphina"Espera", dije de repente cuando sentí las callosas manos de Kit arañando deliciosamente mi cintura desnuda. Al instante, se detuvo y apartó las manos de mi piel, a pesar de las ganas que tenía de tocarme. Mis muslos se estremecieron a su alrededor, sintiendo lo fuerte q
"S-Sí", respondí, asintiendo mientras él presionaba sus labios a lo largo de la marca. Otro grito ahogado salió de mi boca, los párpados se agitaron cuando su lengua caliente se hundió en la piel, deslizándose hacia arriba, lamiéndola con atención. Debería ponerme nerviosa tener a otro cambiaformas
Sentí un hormigueo en la parte inferior de la columna vertebral y se me apretó el corazón. Mi cuerpo se balanceó contra él, gimiendo en voz baja. Cada terminación nerviosa palpitaba de deseo. "Te deseo".Un quejido agudo se le atascó en la garganta. "Maldita sea", maldijo. "Yo... no tengo condones.
Un ruido asqueroso salió de mis labios mientras mis caderas bombeaban impotentes contra su cara, ansiosas de alivio. Sus dos manos inmovilizaron mis caderas contra su colchón y grité: "Te juro que si vuelves a parar, gritaré"."Lo dices como si gritar fuera algo malo", murmuró juguetón antes de cerr
El punto de vista de KitSera encajaba perfectamente en el pliegue de mi brazo, con la nariz pegada a mi clavícula. Sus estrechos brazos me rodeaban el cuello y me sujetaban con fuerza, como si en cualquier momento me fuera a arrebatar todo aquello. Yo sentía lo mismo. Su aliento resoplaba contra
Annika soltó una risita de placer, murmurando y pronunciando palabras sin sentido. Sus ojos brillaban de emoción, como los de su madre. Sentí que Sera me miraba, con una mirada cálida. Se me estrujó el corazón, disfrutando de sus ojos de zafiro. Me encantaba cómo me miraba. Se tiró de las mangas de