Un ruido asqueroso salió de mis labios mientras mis caderas bombeaban impotentes contra su cara, ansiosas de alivio. Sus dos manos inmovilizaron mis caderas contra su colchón y grité: "Te juro que si vuelves a parar, gritaré"."Lo dices como si gritar fuera algo malo", murmuró juguetón antes de cerr
El punto de vista de KitSera encajaba perfectamente en el pliegue de mi brazo, con la nariz pegada a mi clavícula. Sus estrechos brazos me rodeaban el cuello y me sujetaban con fuerza, como si en cualquier momento me fuera a arrebatar todo aquello. Yo sentía lo mismo. Su aliento resoplaba contra
Annika soltó una risita de placer, murmurando y pronunciando palabras sin sentido. Sus ojos brillaban de emoción, como los de su madre. Sentí que Sera me miraba, con una mirada cálida. Se me estrujó el corazón, disfrutando de sus ojos de zafiro. Me encantaba cómo me miraba. Se tiró de las mangas de
Podría decirme a mí misma que quería saber a quién me enfrentaba por si alguna vez volvía a por Sera o Annie, pero sería mentira.Mi lobo quería matarlo. Desgarrarle la garganta. Hacer que se arrepintiera de haber tocado a Sera mientras se desangraba en la tierra. "No me corresponde a mí decirlo".
Punto de vista de SeraphinaCuando se acercaba la hora de cenar, eché un vistazo al salón y vi a Kit en el suelo, boca abajo, coloreando con Annika. Ella soltó una risita e intentó meterse el lápiz en la boca antes de que él se lo quitara, diciéndole que los lápices de colores no se comen. La rediri
"No es para tanto", objeté, pero la visión de la sangre me produjo náuseas. Me parecía una tontería teniendo en cuenta la cantidad de sangre que había visto en mi vida, pero había algo en la mía que siempre me revolvía el estómago."Deja que le eche un vistazo", se ofreció Kit, y sus pasos me hacían
Pero Kit.Tenía las cejas fruncidas. Claramente pensativo. Apenas había tocado su cena, lo cual era extraño porque la mayor parte del tiempo comía como si no supiera cuándo tendría la oportunidad de volver a comer. O de dónde vendría su próxima comida.Se frotó la barba oscura, en otra parte.Los oj
Punto de vista de SeraphinaMe quedé mirando sus manos, con los dedos enroscados en las mías. El calor de sus manos me tranquilizó. Los callos ásperos me arañaban las palmas, pero eso sólo hacía que pareciera más real. Sentía el corazón apretado en el pecho y se me hacía un nudo en la garganta por l