ROJO PROFUNDO

Era mi madre; ella se encontraba ahí, yo la vi, era ella; ¡no puedo estar equivocada! - decía trece, comenzó a mirar por todos lados de la habitación como si buscara a un ser invisible que no estuviera presente en ese momento- ¿me crees?, papá, ¿me crees? - la chica tomo la mano de su padre con desesperación.

Cálmate, hija; por supuesto que te creo, te dije que siempre lo haré, ahora más que nunca- el hombre atrajo a su hija hacia su pecho con sus brazos para atraerla hacia su pecho, el hombre miraba por encima del hombro de su hija, en la mirada se podía

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