—Gabriel... ¿Qué estás...?Si ya no respiro, esto que acaba de hacer me ha hecho jadear debido a la impresión.Mueve sus labios desde mi clavícula hacia la barbilla, deposita una pequeña mordida sobre mi labio inferior y de inmediato se apodera de mi boca en un beso húmedo y tremendamente apasionado. Es imposible no seguirle el ritmo, besa muy bien, sin embargo, el rostro y los sentimientos por Kylian vienen a mi mente, así que logro reaccionar a tiempo y lo alejo de mí. —¿Acaso lo amas a él? —reclama—¿Lo amas? De nuevo toma mi rostro entre sus manos y clava sus ojos azules en los míos, con desesperación.—Lo nuestro va más allá de eso, es un lazo muy fuerte que no se puede romper y que nos une. No sé que sea, si lo amo o no, o si solo somos dos locos tóxicos y obsesivos, pero quiero estar con él, es más que una necesidad para poder vivir... No responde nada, solo me observa detenidamente por algunos segundos antes que el cielo se rompa en una tremenda tormenta y todo se oscurezca.
Bajo con prisa las escalinatas hacia la primera planta. Espero en medio del vacío y silencioso lugar que solo está iluminado por la tenue luz de las velas. Por suerte ya viene Gabriel, por lo que me dirijo hacia él. —Te tardaste. —Lo miro a los ojos, con algo de enojo. —¡Maldición! ¿Qué ha sido eso? —Se pone en guardia. Yo frunzo el ceño al no comprender su comportamiento. —¿Qué? —Me acerco de nuevo. —Deja de bromear, Opal. ¿Dónde estás? Sal ya, no te escondas... —Mira hacia todos los lugares posibles. —¡Pero si estoy frente a ti! ¡Bobo!—Le grito en su expresión de loco, la cual se transforma en una sonriente. —Increíble... Pues bien, ahí tienes tu habilidad principal, eres invisible. Te va a servir mucho de ahora en adelante. Anda, vuelve a la normalidad, tenemos que irnos ya. —Se cruza de brazos. Suspiro rendida. —No sé cómo hacerlo, ni siquiera sabía que me había vuelto invisible. ¿De verdad no me ves, no estarás bromeando? —No. Solo concéntrate, piensa que quieres que te
Los ojos de mi tío están sobre los míos, me mira con un odio y furia que jamás había visto en él.—¡¿Qué demonios haces en mi escritorio?! Creo que su mandíbula casi se desencaja.Necesito tener esa carpeta en mi manos, es lo único en lo que pienso ahora. Sus gritos no me amedrentan, porque ya sabía yo que él podría ser esto que veo frente a mí. —Solo curioseaba... —Me paseo por el lugar de manera cautelosa.—Mientes. —Su mirada se vuelve oscura, perversa. De repente se abalanza sobre mí, tratando de arañar mi rostro con sus filosas uñas de brujo. Pero antes que llegue a rozarme un poco la piel de los brazos, doy varios pasos hacia atrás y por accidente caigo de bruces contra el suelo. —¡Maldita mocosa! ¿A dónde se fue? ¡Vengan todos y búsquenla! —grita colérico a sus empleados. ¿Una maldita mocosa? Eso es lo que soy para mi tío. Pues bien, me importa poco si me quiere o no, por mí ahora que se vaya al diablo y se queme en las brazas del puto infierno. Aprovechando esta nueva ha
Dejo caer la nota y me levanto con una expresión aterrorizada en el rostro. Es la letra perfecta de mi padre y no recuerdo que alguna vez mi tío Mike haya cuidado de mí mientras mis papás estaban lejos. Además, papá era el único que me llamaba pequeña cereza, lo hacía cuando estábamos solos. Nadie más conocía ese apodo, excepto mamá. Jamás había leído esa carta que fue escrita antes de la muerte de mi padre. Mi tío nunca nos dijo nada, casi nunca nos visitaba y poco tiempo más tarde desapareció. Aquel día mis padres venían juntos, pero mamá no pudo subir al auto por su trabajo y papá viajó solo, horas más tarde quedamos incomunicados y luego apareció muerto dentro de su auto totalmente quemado producto de un accidente en circunstancias extrañas. Las autoridades lograron comprobar que se trató de un asesinato disfrazado de suicidio, pero nunca pudieron encontrar al asesino. Hace poco murió mi madre igualmente quemada dentro de nuestra casa, luego de que el incendio se iniciara sin causa
Su pregunta me toma por sorpresa. —¿Quién te lo dijo? —inquiero con interés. —Yo sé todo lo que ocurre aquí —responde dejando mi rostro y tomando asiento a mi lado. —Solo fui a buscar respuestas a casa de mi tío. Gabriel me llevó porque le insistí, prácticamente... lo obligué. —No lo miro, siento un poco de vergüenza. —¿Y encontraste esas respuestas? —musita en voz baja. Me llevo las manos hacia el rostro. —Sí. Me ha descubierto y ahora me están buscando... También... —Decido no continuar, no estoy segura. Observa mis ojos atento, sé que me pide respuestas. —¿También...? Opal, debes decirme todo lo que sucede. Antes de todo soy el rey, y eso deja mucha responsabilidad sobre mis hombros. Debo mantener el balance. No lo había visto de esa forma. —Lo que sucede es que... Mike es mitad brujo —Se levanta de inmediato—. ¡Espera! Tienes que creerme, lo he visto con mis propios ojos. También me atacó, pero resulta que me volví invisible y logré escapar. Mira, recuperé el collar...—E
—¿Reina? —suelto una rosita nerviosa. Él me mira serio. —Sí. Mañana hay una reunión y voy a presentarte como mi mujer y futura esposa, quiero que nos casemos lo más pronto posible.—¿Qué? Yo... No sé qué decir. —No digas nada. Esto que ha pasado ahora me confirma lo que tu terca boca no me dice. —Se muerde el labio inferior y clava sus ojos escarlatas en los míos—. Me amas, estás perdidamente enamorada.Debo admitir que me ha dejado hipnotizada aquel gesto tan sensual, pero ese no es el punto ahora.—N-no estoy segura —digo aquello poniéndome el vestido. Kylian también se viste rápidamente. Oh cielos... Creo que está muy enojado ahora. —Comprendo —responde con un tono de voz más grave de lo normal. —No, espera... Claro que quiero casarme contigo, pero no sé si sea el momento indicado. Solo, déjame pensarlo un poco mejor. Todo esto todavía es nuevo para mí... —Trato de tocar su mano, pero se aparta. Eso me ha dolido. —¿Es por él, verdad? ¡¿Por ese maldito lobo?! ¡Responde! Su
—Paren ya. —Velkan hace acto de presencia, tratando de poner orden. —No, mejor apártate. —Uno de los hombres responde con voz de trueno—. No vamos a permitir que tu hermano avergüence a nuestro Alfa. —Avergonzar... —De repente Kylian habla—. ¿Avergonzar dices? Tu Alfa ha estado cortejando y haciéndole sombra a mi mujer. Me alejo despacio de todos ellos. Hay un ambiente tan denso, hostil. —¿Todo esto es por culpa de esa mujer? —El hombre moreno me mira como si yo fuera algo pequeño e insignificante. Me siento insultada. Y como si Kylian pudiera saber lo que siento, me mira detenidamente y luego aparta la mirada endemoniada hacia el licántropo. —¡Te vas a arrepentir! —Deja el cuerpo de Gabriel a un lado, quien se golpea la cabeza al caer, y se abalanza sobre el moreno. —¡No! —Todos gritan, las voces se unen entre gritos y negaciones. Comienzan a golpearse, vampiros y lobos tratan de defender a los suyos, perdiendo así el control e iniciando una ruda pelea de bandos. Tomo a Gab
Tomo asiento al lado del pequeño con dificultad, ya que un fuerte mareo me deja aturdida y tambaleando. Pero por más que cierre los ojos no logro mejorar, sigue empeorando hasta hacerme desvanecer y perder la noción de todo lo que me rodea...—¿Hola? Me levanto del suelo, buscando alguien en este lugar desierto. Solo me acompaña el cielo azul, el viento y la arena. No sé donde me encuentro, ni cómo es que he llegado aquí, porque no lo recuerdo. —Puedo verte al fin... Me giro hacia atrás al escuchar mi propia voz. No, no es solo eso, soy yo misma, pero con un vestido de épocas antiguas y el cabello rojizo recogido en un moño. —Supongo que tú debes ser... la Opal que Kylian buscaba en mí, ¿no es así? —inquiero con un tono de voz demasiado hostil para mi gusto. —Lo soy —sonríe de la misma forma que yo—. Pero ya tuve mi tiempo y necesito descansar, encontrarme con mi familia. Frunzo el ceño ante su respuesta. Su expresión parece cansada. —¿Y por qué no lo haces? ¿Qué te detiene? —M