Punto de vista de autor;3

Zeus entrecerró los ojos cuando supo por qué se estaba riendo. Agarrando su brazo, la hizo sentarse en la silla antes de atraparla en sus brazos acercando su rostro al de ella.

—Mujer, si te ríes o vuelves a hablar de esa mierda de rubor, te juro que te doblaré sobre esta mesa y te follaré tan fuerte que todos tus labios gritarán es mi nombre.

Tragó saliva sintiendo la humedad ahí abajo cuando de nuevo su dominio comenzó a hacerle cosas. ¿Por qué le gusta ser dominada por él?

Él sonrió mirando la lujuria llenando sus ojos inocentes: —Parece que alguien está ansioso por que lo haga —susurró trazando con su dedo la longitud de su mandíbula haciéndola respirar con dificultad. Él se inclinó más cerca y ella cerró los ojos esperando que sus labios chocaran con los de ella, pero en cambio, él se inclinó hacia atrás y tomó asiento en la mesa del comedor.

Esperó unos segundos antes de abrir un ojo solo para encontrarlo comiendo su tostada como si nada hubiera pasado