Punto de vista del autor.

Aurora lo miró a la cara viéndolo quedarse dormido de inmediato abrazándola como si su vida dependiera de ella. Una lágrima solitaria escapó de sus ojos cayendo sobre su cabeza. Miró la pared frente a ella con los ojos en blanco.

A pesar de que no la lastimó físicamente, le dio un castigo mental. Sus palabras, su tono y la forma en que dijo que no la dejaría ir la aseguraron de que su destino estaba sellado. No había manera de que pudiera escapar de este hombre. No solo era poderoso, también estaba loco. Sabía que no le había dejado forma de escapar de él. Estaba esclavizada en esta jaula dorada suya.

¿Debería simplemente aceptarlo y comprometerse con su destino? Ella se rió mentalmente, era fácil de decir que de hacer. ¿Cómo puede aceptar a este hombre? El hombre que no hizo más que atormentarla. Quizá tenga razón en lo de la infidelidad y todo eso. ¿Pero cambiará algo? ¿El siendo fiel a ella cambiará algo?

No, no puede. El tormento que él le infligió fu