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La novia falsa del Alfa
La novia falsa del Alfa
Por: Paola Martínez
1.Mi padre quiere que me case

CID

Cierro la puerta del despacho de mi padre con fuerza, tanta fuerza que esta acción hace que las paredes tiemblen, pero ni el temblor de esas paredes es comparado con la rabia que siento ahora mismo. Papá es un hombre muy decidido, siempre juega sus cartas y siempre me había mantenido muy orgulloso de eso y su legítimo poder. Solo que hoy me siento ofendido que por segunda vez en esta familia haya un matrimonio arreglado.

Mi hermana menor fue la primera que tuvo que casarse con un alfa solo para asegurar una alianza casi ridícula, pero esta vez... soy yo el que debe de casarse con una mujer que aparte de poco simpática es poco inteligente. Andrea Williams es la hija menor de André Williams, por supuesto, un alfa con más poder que el sueño de mi hermana. Ahora entiendo porque papá me usará como la carnada perfecta para que el alfa de la manada Luna Menguante se una a nuestra familia con un lazo tan fuerte como el matrimonio.

Mi pensamiento machista me ha salido bastante caro, pues cuando mi hermana tuvo que casarse agradecí no ser una mujer... ahora estoy en la misma situación y parece que no podrá escaparme de ella. Camino por los pasillos como una bestia enojada y es que básicamente es lo que soy, un lobo con el linaje del rango más alto de todos. Soy el hijo de un alfa, hijo de una mujer proveniente de alfas... tengo una sangre poderosa que estará siendo desperdiciada si me caso con Andrea... quiero tener hijos, eventualmente. Nunca he descartado la idea de una familia numerosa... claro, quiero cinco hijos y quiero formar un hogar con una mujer que ame y claro que Andrea no es esa mujer para hacer mi familia. Es para mi gusto, fea... es rubia... estoy chocado de las rubias chillonas que acaparan todo. Tiene los ojos azules... son demasiado típicos y además de eso tiene los labios más finos que él conoce en toda la tierra. Simplemente, Andrea no es mi tipo y parece que a mi papá no le interesan mis gustos. A él solo le interesa utulizar a sus hijos para ser más poderoso, para imponer miedo y ser el alfa con mejores relaciones. Pues al casarme con Andrea mi manada estará conectada automáticamente con dos de las cinco manadas más poderosas que hay en todo el territorio.

Subo a mi habitación como un niño encolerizado por que no le han comprado un dulce o un juguete, pero es que además de que me dio una noticia bastante desagradable, también me interrumpieron. Antes de que mi padre decidiera informarme sobre su macabro plan de arreglar un matrimonio con los Williams yo estaba muy bien acompañando en mi habitación.

Kira Michael es mi mejor amiga... bueno, mi mejor amiga y mi amante. Tanto ella como yo sabemos que encontrar el amor ahora es bastante difícil y que a veces te distrae de todo lo que deseas cumplir. Por eso es que de vez en cuando —bueno, casi todo el tiempo— nos reunimos únicamente para follar y disfrutar de nuestros cuerpos. Los dos tenemos incrustado el mismo chip que dice que podemos follar sin enamorarnos y eso no tiene porque ser un problema. Y solo por eso es que llevamos ya un año de sostener relaciones sexuales que siempre empiezan con un paseo por el bosque a unos besos desenfrenados y muy, pero muy necesitados.

Kira ya no está desnuda sobre mi cama de dos plazas, ahora lleva su ajustado suéter azul de lana... idóneo para un día en el que el frío te cala los huesos y te obliga a querer convertirte en lobo y dejar de ser la mayoría del tiempo un humano. —¿Qué quería tu padre?— susurra mientras en su bolso busca... labial. Le quita la tapa y se levanta hacia donde está el espejo, se pone enfrente y frunce los labios antes de aplicar el brillo color vino. Un buen color que acentúa el rosa pálido de sus mejillas blanquecinas.

—Mi padre ha querido jugarme una broma de mal gusto —cierro la puerta y me apoyo en ella mirando hacia el techo. Mi habitación huele a sexo interrumpido y eso me frustra más que la noticia del casamiento.

—¿Un broma? Entonces ríete tonto y deja de actuar como si te fueras a casar o peor, como si fueses a ser padre.— Se carcajea alegremente y con un tono de burla. Lo que ella no sabe es que sus palabras burlonas no están muy lejos de la realidad, claro, en excepción de lo último.

—Creo que no hay nadie embarazada... ¿lo estás tú y esa es tu forma de decirme que seré padre?— Kira se asusta notoriamente, se pone incomoda, pero al final se rie.

—Cariño... debes de ser mejor para llegar a ser el padre de mis hijos... tienes bonitos ojos, pero no tanto como para querer verlos en mis pequeños niños.— Kira y yo estuvimos en la misma escuela desde el preescolar hasta el instituto, somos mejores desde siempre. Tenemos la misma edad y de repente también las mismas ambiciones.

A pesar del sabor amargo que tengo en la boca, estoy muy contento de que ella siga aquí. Dejando de follarnos y que nos besamos, sigue siendo Kira mi mejor y única amiga. Es chistosa, tiene una risa melódica que endulzaría el oído de cualquiera.—Ya, hablando en serio...— comienzo a decir. —Papá me ha jugado mal— camino hasta donde está y el abrazo por atrás.

Kira huele a sexo, vainilla ya naranja, es una combinación que pudiera sonar ridícula y extraña, pero su combinación es buena, diría que hasta exquisita.— ¿Necesitas un abrazo, Cid?— coloca una mano en mi mejilla. Ambos nos miramos a través del espejo, admito que nos vemos bien juntos. Seríamos una bonita pareja, pero me temo que ahora pensar eso es imposible.

—Necesito un abrazo, un beso y un consejo— admito derrotado. Casarme con Andrea no solo sería una tortura, sino que probablemente esto que tengo con Kira se tendrá que acabar. No estoy listo para dejar de tener un buen sexo cada que los dos queremos, voy a extrañar eso y sus besos.

— ¿Por qué presiento que pasa algo malo?— pongo los ojos en blanco, llevo quince minutos intentando demostrar que hay una mala noticia y que estoy molesto.

—Claro que pasa algo malo, Kira...— susurro cerca de su oído —por qué estás vestida?— hay un problema, pero el hecho de que mi mejor amiga tenga la ropa puesta es un peor problema que necesita ser solucionado antes que el que ha iniciado mi padre.

—¿Querías que me quedara desnuda? Amigo, tardaste casi una hora con el guapo de tu padre—de nuevo pongo los ojos en blanco. Me ofende que Kira piense que mi padre es guapo... yo lo veo normal, guapo estoy yo, no mi padre. —No podría quedarme en esta habitación sin la ropa puesta... alguien podría venir y verme... sería un chisme grande, llegaría a los oídos de mis padres.

Kira es hija de una familia de betas de mi manada, una familia muy curiosa que por una extraña razón me odia. No soportaron que Kira y yo seamos mejores amigos, obviamente si tan solo supieran que tenemos sexo casual, la señora Michael se arrancaría los cabellos. Esa señora es demasiado conservadora, espera que su pequeña hija llegue al matrimonio virgen... lo que no sabe es que su hija de virgen ya no tiene nada.

—Nadie entra a mi habitación sin antes perder el permiso, tonta. Además, ya es bastante alarmante que pases horas conmigo a solas en mi habitación... creo que tus padre tendrían que ser muy tontos para no sospechar que lo que hacemos aquí no es nada sano. —Kira me abraza y me regala un beso en la mejilla.

—Eres mi mejor amigo, que tengamos sexo de vez en cuando no quiere decir que lo hacemos siempre. Solo de vez en cuando, cariño.

—Cariño, tu mejor amigo se va a casar —le informo demasiado serio para que note que no estoy bromeando. Esto es demasiado en serio, tanto que me molesta pensar en que eso va a pasar.

—¿Qué?— me toma de los hombros y me sacude varias veces hasta que por fin capta lo que he dicho. -¿What? ¿En serio es de verdad?— inquiere alarmada, pero no quita esa expresión de burla, en serio piensa que estoy mintiendo.

—Cariño... estoy hablando en serio, me caso en dos meses con Andrea...

-¡No! No me digas que con Andrea Williams... no me digas eso— Kira y Andrea han sido enemigas desde la secundaria, no es una buena idea que me case con ella, pero es lo que hay.

—Exactamente, con Andrea Williams, Kira. Con ella me voy a casar y al parecer a papá le emociona la idea solo porque el papá de Andrea es poderoso... sabes como le encanta relacionarse con buenas manadas. El claro ejemplo de que no le interesa lo que queremos es mi hermana, ella... tuve que casarse.

—Lo sé, fui tu acompañante en su boda, por si ya se te ha olvidado — comenta molesta por haber olvidado ese detalle.— Pero a diferencia de tu hermana, ella se casó con el hombre perfecto... hasta yo me casaría con él y está feliz por eso. Es guapo, musculoso... caballeroso y por como es, siento que debe de follar bastante bien. Es un bombón.

—Basta, no quiero escuchar como deseas a mi cuñado. Es el esposo de mi hermana y que le haya salido las cosas bien a ella no quiere decir que a mí también.

—Como decía, Andrea no es nada de eso, ni siquiera es ardiente... es sosa y aburrida. Aunque no hay que dar por hecho que no te puedes enamorar de ella por lo que es.

—Kira, no me voy a enamorar de nadie porque... no creo que tenga corazón — tengo veintinueve años, estoy a unos meses de cumplir los treinta y no he encontrado a esa mujer que me haga sentir que despertarme por las mañanas vale la peña. Tampoco he tenido una relación que dure más de cinco meses... una lástima, por eso es que Kira y yo estamos juntos como amigos y sexualmente. A ninguno de los dos nos va bien en el amor, lo único que te queda a veces es esperar que tu padre o tu madre te arregle un matrimonio que te haga resolver tu vida, pero este no es mi casa.

Como dije, tengo veintinueve años y estoy pasándolo muy bien... puedo ir y beber todo un fin de semana y puedo ir a correr en la motocicleta, sin preocuparme si mi novia está enojada conmigo y carajo, que difícil es tener una novia que sea ​​loba.— Debo de buscar una forma de que el matrimonio no se efectúe —una esposa loba debe de ser dos veces peor.— Si tan solo...

—¡Tengo una idea!— miro expectante a Kira, tiene los brazos alzados— cásate conmigo, Cid— me rompo a reír, es la segunda cosa más tonta que he escuchado en el día, la primera fue la de mi casamiento.

—Kira, créeme que eso no funcionará. No quiero casarme, sea con quien sea, no quiero casarme — explico irritado.

—Déjame pensar mejor, tonto...— se da varias vueltas buscando una respuesta a mis problemas. —Creo que lo tengo, si, ¡lo tengo! Tengo una buena forma para evitar que te casos.

—Te escucho— la presiono para que hable, Kira es una mujer muy inteligente. Ella debe de tener una buena idea, al menos si mejor que la anterior. —Habla.

—Bien, escucha. Todos sabemos que tenemos un par de códigos y reglas para nuestra sana convivencia entre lobos y entre humanos y lobos.— Ladeo la cabeza intentando entender hasta donde quiere llegar con lo que dice.— ¿Cuál es la regla número uno del reglamento de licántropos?

—El hombre lobo y un humano no pueden formar lazos sentimentales, sexuales o de sangre?— pienso y pienso, quiero entender porque ha sacado eso en la conversación. Esa regla no me ayuda en nada.

—¿Y eso qué Kira? No me sirve de nada saber eso...

—Tonto... dime cual es el castigo de infringir esa regla —parpadeo confundido... carajo, tiene razón.

—"El que ose de romper la regla número uno, no podrá relacionarse con un lobo nunca más. Su castigo será solo con humanos una vez se haya roto el pacto de no corromper la sangre pura de lobos."— Recito en voz alta ... es verdad, esto podría funcionar.

—¡Exacto! ¡Necesitas una humana que te ayude con esto!

—Pero alto... ¿y que pasará si si quiero tener algo con una loba más adelante?— Kira pone los ojos en blanco, ella pasa mucho tiempo leyendo. Mi mejor amiga es un ratón de biblioteca y por eso es que ssbe más que yo.

Coloca una mano en mi hombro de manera reconfortante —Escucha, cariño, también está una segunda cláusula... que dice "solo si es verdadero amor, el que haya roto la regla podrá ser eximido de su castigo". Solo necesitamos que la humana y tú finjan que realmente se aman, déjamos que pasen unos meses y después rompen... diremos que ella te usó y te engañó. Todos te tendrán lástima y podremos regresar a la normalidad, no humanas, no casamientos.

—Kira... eres un genio— la tomo entre mis brazos y la alzo, doy una vuelta con ella. Menos mal que mi mejor amiga me ha ayudado a resolver algo que ni yo podría.

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