3. Nuevas rutinas

LOGAN

Por fin ha caído la noche y ya puedo disfrutar de un poco de tiempo con mamá después de la cena. Esta es la rutina, un aspecto bueno de estar en este lugar tan espantoso y soso es que mamá tiene horarios más gentiles con sus horas de sueño. Tiene un horario que va desde las siete de la mañana hasta las seis de la noche. Cosa que cuando estabamos en la ciudad, no pasaba, tenía un horario riguroso y cansado, tenía que pasar todo el día en el hospital y bueno, la paga no era tan buena como podría esperarse cuando trabajas tanto tiempo. Por eso es que antes no podíamos ni cenar juntas, a veces no la veía en semanas, a veces nunca llegaba a la casa para dormir.

A pesar de ese tipo de detalles que han cambiado para bien, sigo enfocandome en los detalles que han cambiado para mal, como por ejemplo, la forma de divertirme en este sitio. Lo que ha pasado esta tarde, debo de admitir qu e me ha dejado con la mente en blanco. No quiero pensar en lo que pasó en el río porque parece un desperdicio enfocarme en que no he podido pintar y que a parte de eso, he visto a un hombre semi desnudo.

Dejo a un lado el recuerdo de lo mal que me ha ido y mntengo la mirada en la televisión con la esperanza de que las imágenes aburridas que estoy viendo me ayuden a entretenerme aunque sea u n poco. Mientras que yo estoy en el sofá, s mamá lava los platos de la comida en el fregadero. Yo estaría lavandolos, pero hemos hecho una nueva regla de convivencia y esa es, un día ella los lava y al siguiente yo, hoy le tocan a ella lavarlos, mañana a mí.

Estoy en una posición muy incómoda y es que estoy sillones son bastante malos para la espalda, al igual que el colchón de mi cama. No hubo otra opción, tuvimos que dejar algunos muebles en nuestra cada de la ciudad. Al principio pensé que era una mala idea, pero ahora que sé que puedo regresar para las vacaciones de navidad, aunque solo sea un par de días me siento emocionada. Pues tener muebles en la casa solo facilitará todo, mamá no podrá poner excusas de porque estoy yéndome a una casa vacía, pues no lo está.

Tengo todo planeado... voy a trabajar, pero falta encontrar el lugar en donde hacerlo y que al menos me paguen 50 dólares diarios. Sé que suena mucho, pero es que necesito irme lo más antes posible. Ya estoy a nada de cumplir veintiuno y si, perdí dos años en la escuela gracias a los problemas de mi madre con mi padre. Fue bastante difícil para ella poder inscribirme en la escuela, así que perdí mucho tiempo gracias a eso. Por eso es que me gustaba mi antiguo instituto, nadie se asombraba por escuchar mi edad, ni preguntaban, pero aquí son distintos. La gente suele ser más chismosa y hoy justamente es lo que me pasó, dos niñas vineron y me preguntaron porqué tenía esa edad y aún seguía en el instituto. No quise ser grosera y contestar mal, así que respiré hondo y deje que hicieran sus preguntas. No les quise explicar la verdadera razón, así que inventé una historia que apartir de ahora es la oficial. Perdí dos años de escuela porque le rompí l a nariz a una compañera de mi antiguo instituto, así que me expulsaron y me tomé dos años. Esa fue la pequeña y falsa historia que les dediqué.

Las dos chicas sonrieron entre ellas, en sus rostros había una expresión de auténtica vergüenza y miedo, creo que pensaron que por preguntonas les rompería la cara igual que en mi historia ficticia. Ganas no me faltaban, de hecho son las más molestas de mi clase y por lo tanto ni siquiera mi nombre conocen, solo querían hacerme sentie mal y no las dejé.

Cae el último plato en la encimera, presagio de qué mamá ha terminado de lavar los platos y todo lo que se ensució cuando se hizo la comida —¿Cómo te fue en la escuela?— inquiere desde la cocina.

—¿En el instituto, mamá?— volteo la cabeza un poco para mirarla, ella pone los ojos en blanco por mi corrección, pero al final no dice nada.— Pues... como debería de ser un primer día de clases, mamá, no conseguí nuevos amigos y creo que le caigo mal a los maestros. —Me llevo la paleta d caramelo a la boca. — Ya sabes lo típico que le sucede a una chica nueva con pintas de no ser del pueblo... sabes.— Me quejo siendo sarcástica. No les diré que me preguntaron la razón de mi edad y ese tipo de cosas, ella no merece recriminarse más con ese tema que a ambas nos duele, pues fue una mala época.

—Lo siento Logan —mamá limpia la mesa con un paño sin mirarme. Se mantiene haciendo eso, mi comentario no le ha gustado nada y creo que la ha puesto triste.  —Vas a ver que pronto eso va a pasar y tendrás más de dos amigas, que digo dos, cientos, cariño.— Suspiro ante su comentario, en serio siente mucho tener que hacerme pasar por este cambio y lo entiendo, pero no me gusta mucho.

—Si mamá, confió en que eso pasara, eventualmente encontraré a alguien que no me mire raro... que tan al menos esté en la misma situación que yo, pero lo dudo. Nadie s e transfiere a otro instituto como yo.— Otra vez me quejo, pero es que en verdad yo no quería venir a este sitio.

—Logan, no seas tan dura— me advierte con tristeza. Deja caer el paño en la mesa y se queda quiera mirándome un poco mal.

Sé lo mucho que se esfuerza, pues es madre soltera... ella da todo de sí misma y a veces soy mala persona, mala hija. Me muevo incómoda en el sillón, ya no tengo nada más que decirle a mi padre sobre como me fue en la escuela. Pero sí de lo que pasó después...— Por cierto, fui al río — mamá se muestra interesada de nuevo en mí.

—¿Al río?— coloca las manos en su cintura con el trapo para limpiar entre su mano y su cintura. Es una escena, bastante chistosa, pero sé que no debo de reírme, porque se enfadara.

—Si, mamá, lo que has escuchado. Fui al río a dar un paseo, bueno, en realidad quería pintar, pero tuve algunos inconvenientes.— Y también me encontré con un chico bañándose en el río, que por cierto... no era feo. No, no, no, no debería de pensar eso, tengo novio.

Y en general no debería de pensar en él, pero mi mente me esta jugando mal, pues si no me enfoco en algo, me descubro pensando en ese hombre alto y musculoso. Ah y también pienso en su espalda de gallata.

—Hija, somos nuevas en esta ciudad, no deberías de ir sola a un sitio como ese. — Muevo la cabeza, este sitio es espantoso, no deberías  de pedirme siquiera que no frecuente lo único bueno que hay.— Hazlo cuando tengas con quien ir, puede pasarte algo, puede salirte... un lobo, un oso, o yo que voy a saber, Logan.

—No, mamá, por favor, no empecieses con tus preocupaciones en vano. El río es lo único atractivo de este lugar, no me quites lo único entretenido que tengo. Además, había más gente de mi edad en el río, no es como que este solitario... al contrario, había una chica y un chico.— ¿La chica será su novia? Otra vez pasó, otra vez estoy con eso en la mente y en srrio, no debería de estar pensando en ella ni él, ni siquiera hacerme preguntas tontas sobre su vida porque han sido un simple avistamiento de coincidencia. Puede que jamás vuelva a encontrarme con ellos o con él, hay posibilidad de que nunca pueda volver a ver esos ojos tan extraños y cautivadores al mismo tiempo, de nuevo.

—Cariño, estoy preocupada por ti. No te encierres en la soledad, ir al río sola no es una opción. Primero encárgate de hacer amigos, debe de haber sientos de chicas queriendo o deseando ser tus amigas... ya lo verás. Pronto vas a tener amigas con las que podrás salir al río, por ejemplo. También podrán venir a la casa y pintarse las uñas, un sueño, cariño.

—Ya tengo ese tipo de amigas mamá, solo que no están aquí para mi muy mala suerte. No necesito más si ya tengo a mis amigas, solo es cuestión de que regrese para que mi vida no sea tan solitaria, como dices tú.— Esta vez no quise sonar tan dura, solo estoy diciendole la verdad, pues me rehuso a conseguir nuevas amigas.

—No volvamos al tema cariño, deja atrás es a vida, al menos por un tiempo. Ya después podrás regresar a casa, ¿si?— asiento obligada, pues la verdad no quiero tener problemas con mamá. Ya suficiente tiene con ir muchas horas al trabajo, demasiadas.— Por cierto, cariño... este fin de semana voy a ir a una cita.

—¿Una cita?— me levanto del sillón asustada. —¡Una cita! ¡No!— grito, me rehuso que mamá tenga una cita con quien sabe quien diablos... no puede hacerme eso, carajo.— No mamá, no una cita por favor.— Soy una hija celosa y no me importa admitirlo y es que hay una razón para eso, mamá casi nunca tiene tiempo para mí, al tener un novio no podré ni verlosa.

—Hija... escucha, es un doctor —niego, me importa poco que sea quien sea.— Es muy amable conmigo y es guapo, Logan. No quiero perderme la oportunidad de ser feliz, puede que esta sea la oportunidad perfecta para rehacer mi vida.

Pongo los ojos en blanco, no tengo más que decirle— No lo sé —contesto sin ganas, no quierp un novio para mamá, pero si eso sucede, entonces puede que sea más fácil largarme de aquí. —Puedes hacer lo que creas que es bueno para ti mamá, no te preocupes por mí. —Responfo finalmente, ella asiente y sonríe levemente.

—Gracias cariño.

—De nada mamá.

 

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