Escuchar las palabras de Amaya fueron como un golpe en todo el plexo solar, fueron duras, fueron crueles, pero fueron muy ciertas. Y eso me tenía muy conflictuado conmigo mismo ya que si Ulises resultaba ser hijo de mi hermano, no lo vería igual que antes, no lo vería de la misma forma por dos hechos concretos: parte de lo que dijo Paola era cierto, cabía la remota posibilidad de que la mentira tuviera patas cortas y si hubiese estado involucrado con el sitio donde estaba Gemma los primeros días de su secuestro.
Eso me hacía dudar mucho, algo como lo que mi hermana tenía muchos problemas, más que todo porque era todo un caos, todo un compendio de situaciones abstractas en las que quedaba como el malo. A mí lo que realmente me molestaba de todo este enredo, era que ella salió lastimada y si eso significa que nuestro hermano estuvo involucrado, p
AlessioNueva York era una ciudad que me gustaba, el clima era de mis preferidos y era tan grande, que te podías perder sin problemas, lo que para mí servía porque de vez en cuando me perdía en sus calles, sin escoltas, sin nadie más que yo mismo contra el mundo, sumergido en un mal de canto, en un mar de paz que el bullicio me daría siempre.Era otro mundo, era otro camino, era algo que no podía hacer luego de mi movimiento militar osado. Pero válido que gracias a Dios Dante no cuestionó, sino que ayudó a controlar para ser un supervisor directo de todas las situaciones. Era un poco cansado, mucho, para ser honesto, sim embargo era lo que era y no podía desaprovechar la oportunidad, una de otro que no podía tirar de lado.—¿Habías venido antes? —le pregunté a Amaya que aún seguía seria.—No —a
AmayaLuego de esa entrada toda emblemática del capo del clan de la camorra del este, entramos a la espléndida casa que para mí era un sueño. Estaba ubicada como en un bosquecillo, en un sitio privado, privilegiado y tenía todo lo que pudiese imaginar, sin embargo, la calidez que ahí habitaba era increíble, sobre todo porque el capo de la Cosa Nostra era todo un caballero que atendía a su mujer con mucho cariño, era muy atento y no dejaba nada por sentado. Era hermoso verlos en pleno estado natural.—Parece que le gusta más la máscara dorada —dijo Dante, el capo de la Cosa Nostra.Me di cuenta de que la niña veía a mi marido con el ceño fruncido, entonces recordé una conversación que tuve con él, una en donde le aconsejaba simplemente ser él, quitarse la máscara y mostrarse al mundo cual era. Él
Amaya—Dijo que no estaba hecha para ti distracción, hombre —comentó y luego me miró con una sonrisa—. Hablas japonés como una nativa.—Bueno, es una de las cosas que podría agradecerle a mi padre, que pagara las escuelas de idiomas —dije con calma y de forma muy, pero muy sincera.—Tendría algo de lógica, después de todo, te tuvo oculta, lo mínimo que podría hacer era enseñarte algo de sus costumbres más sagradas —apostó el y me puse tensa, pero decidí tomarlo por lo que era—. Aunque entiendo por qué lo hizo, porque nos privó de pedir tu mano en matrimonio, mientras que embaucó a este tonto.—Giorflavio —le regañó Alissa—. No seas más imprudente, por favor.—No es ninguna imprudencia —les dije como sím
AlessioLa cena había ido excelente, tan bien que supe que uno de los mejores fines para viajar a Nueva York había sido cumplido con éxitos. Ver que Amaya se había integrado con naturalidad con Alissa era como ver algo bueno pasar, lo que era bonito en más de un sentido. Sin embargo, me di cuenta que al final, cuando presioné con fuerza para que ellas tuvieran el bendito día de chicas, a mi esposa no le gustó tanto.—¿Qué sucede? —le pregunté al despertar—. ¿te molestó que las comprometiera así con la esposa del capo de la Cosa Nostra?Ella detuvo su peinado de cabello y suspiró.—No me molesta, sé que la oferta fue hecha desde el buen tino y Alissa me parece una mujer de lo más amigable e interesante de conocer, sin embargo, quería repasar un poco antes de ir a la gala —me dijo su
Alessio—Creo que a mi hermana lo desaparecieron porque era un punto culminante, tengo la sensación de que algo descubrió y algo decirle a mi padre para pedir ayuda, estos iban a hacer grandes cambios y decidieron matarnos a todos, pero por suerte ni yo ni Gemma estuvimos ahí —apunté a decir con cansancio—. Nos querían eliminar, y como soy una molestia, se están metiendo con todo, lo que no me calza del todo es cómo se relacionaron esas mafias que antes eran amigas nuestras con la Yakuza luego de esa historia tan pintoresca del hombre y de la mujer… Es demasiado.—Por lo que descubrió tu hermano, algo pesado, algo por completo grande que causó revuelto con todo —expuso Dante—. Y… Creo que tengo una idea de cómo pudo suceder.Fruncí el ceño, luego sacó muchas carpetas que le proporcionó el maldito FBI
Amaya—La mujer del ruso es muy cálida, en cambio, las hijas de los chechenos son problemáticas —nos dijo Alissa y Gemma y yo asentimos—. Los hombres son mucho más cuidados, más respetuosos, sin embargo, la cuestión aquí es que si piensan que les estás dando el brazo van a querer probar suerte. Eso hizo que Dante le quebrara la mano a uno de los chechenos y desde ahí están prohibidos acercarse a mí a menos de cinco metros.—Eso no suena nada bien —dije con algo de conflicto—. Pero, me haré la desubicada a ver qué puedo pescar, la gente suele hablar mucho cuando piensan que lo los entienden.Y era una verdad que lastimosamente había probado con creces, una verdad que había hecho que las cosas se pusieran un poco extrañas en algunos momentos de mi vida, como la vez que atrapé a la maestra de cast
Amaya—Todo marchará bien —dijo mi hermano y no lo creí, ni por un mísero segundo.Las cosas ya no serían igual, el mundo jamás sería igual, terminaría tragada, dolida, desesperada y con el corazón a flor de piel, con el puño aguantando mi ira perenne. La traición sabía ácida, la traición sabía mal y todo estaba en un punto tan patético que solo quería ocultarme para siempre y no regresar jamás, no volver a ver a nadie, no volver a sentir nada.*****Estaba en una casa en Long Island para cuando llegó la noche. Sorprendentemente, mi hermano era muy bueno ocultando personas, información y demás, no dijo mucho cuando le conté lo que escuché, el hecho de que mi esposo me había usado como ganado para reproducción, que mi Dai insinuó que me padre me mand&o
Alessio—No te va a salir bien la jugada, haz hecho lo peor para mantenerla a salvo y las has expuesto de la peor manera de todas —espetó con rabia—. Pero tendrás que lidiar con ello, tendrás que pagar con las malditas consecuencias de tus actos.—Yo no seré el único, haré que pagues por todo, por absolutamente todo y no quedarán resto de ti por enterrar —la amenacé y ella con facilidad se soltó de mí.Me empujó y se acomodó para salir de ahí como si no hubiese pasado nada.Cuando salí, minutos después, estaban los mafiosos reunidos para hacer un brindis, toda la maldita crema y nata del submundo, gente mala que hacía cosas muy malas para beneficios propios, gente a la que se le recordarían las reglas para que no fuesen tan osados como para ir en contra de una base que nos daba ciertas ve