—¿Por qué dirías algo como eso? Indistintamente de si los tuvo o no de una forma deseada, tiene otros tres hijos mayores, unos que creo, unos que cuidó, unos que representan todo lo que es él como persona y la organización que maneja —especifiqué la realidad más grande todas.
—Y tienes toda la razón, pero estás olvidando un pequeño gran detalle, uno que desconoces por completo y que cambiará todas y cada una de las perspectivas que tienes respecto a tu padre y a la relación con Nyoko, unas que se verán muy diferentes —argumentó dejándome mucho más inquieta.
—A ver, ¿y eso que sería?
Me sonrió con ironía y no pude evitar pensar que ella y yo compartíamos demasiadas facciones, tantas que era un poco inquietante.
—El hecho de que nunc
AlessioSabía que algo estaba molestando mucho a mi esposa, no sabía el qué o por qué, pero lo podía relacionar a lo que sea que le comentó su tía Katsumi en privado. Fue como si la hubiese desestabilizado, como si la hubiese puesto en una situación que la dejó hecha pedazos, así que mi plan de aliviar las penas con helado no sirvió, ni siquiera le estaba prestando atención al hecho de que le había comprado helado de pistacho como una mala broma porque a ella no le gustaba.Era como si hubiese quedado en una especie de modo automático que no sabía ni cómo diablos entender, solo la apoyé con cariño, diciéndole que estaba ahí para ella, con todo la buena vibra del mundo y luego la llevé a casa para que descansase. Lo mejor era que durmiese para poder reposar el cerebro que no paraba de pensar, lo que sea que estab
AlessioLuego de eso, las dejé solas, pero con la misión amplia de investigarla a fondo, al igual que con Hiroshi, quien no se iría liso de nada. Con eso serían varios frentes abiertos: los rusos, la camorra movilizándose en ese clan absurdo, los chechenos, las rutas usadas en favor de alguien que se burló, mi venganza, la Yakuza, la esposa de mi suegro… Tenía demasiado por canalizar, por cuestionar, tanto que no vi las cosas claras, las luces de neón que se anclaban directamente al resto.Fui a terminar de cotejar uno de los registros financieros del puerto deportivo cuando mi mejor amigo me llamó.—Te tengo noticias —dijo sin más—. Pero necesito que vengas a casa con urgencia para poder ponerte en el contexto completo de todo ello.—¿Es algo bueno o malo? —pregunté yendo directo al grano.—Dependi
AmayaNo esperé que pasar el día con mi tía resultaste ser algo divertido, después de todo, y al mismo tiempo algo clarificador. Ellatuvo la paciencia de contarme historias sobre mi padre,sobre los sueños que él tenía antes de ser quien es hoy en día,unos que iban más allá de ser el simple Oyabun de la Yakuza,sino de aquellos que estaban basados en ayudar a las demás personas de múltiples formas,en crear fuentes de empleos que ayudasen y en hacer qué el pueblo donde creció se volviese un lugar cómodo, un lugar seguro para los pobladores.Sonaba tan bien, tan bonito que era extraño de asimilar.Tanto, que una parte de mi cerebro no podía procesar del todo dicho detalle ciertamente impactante,era como si no computase del todo con la imagen que tenía de mi padre, de Hiroshi
Amaya—Pero, aunque no lo creas, no te lo dijo en ese plan, puedo asegurarlo —enfatizó sin problemas y supe que sería una fiel defensora del hombre—, te lo dijo para que fueras consciente de que siempre podía haber un momento de necesidad, no porque eras una muñeca que pudiese usar a su conveniencia.Esa última frase me alteró mucho más de lo que podía admitir.—Pero fue lo que hizo tía Katsumi, me uso a su conveniencia cuando se vio entre la espada y la pared, no titubeó para nada y aunque entiendo que, para él, el que yo terminase casada con Alessio significaba protección de esas organizaciones que parecen temerle a mi marido,el hecho es que las formas en las que manejó todo para conmigo y lo manipuló sin titubeos como si fuera otra pieza del ajedrez, fueron un completo desastre.Suspiramos como si es
AlessioNo esperé que ver a mi esposa caminar por el pasillo demarcado en la arena en que antorchas luminosas lo delimitaban de una forma muy bonita y vistosa, me tocaría el corazón de una manera tan profundo. Para mí costó mucho tener que escupirle mi visión a Hani, así como consultarle rituales adecuados para desarrollar lo que quería desarrollar después de todo y así fue como terminamos ahí.Con mi esposa con lágrimas de felicidad, ante unos desconocidos que iban a ser testigos de una ceremonia de promesa en la que le daría mi alma, en la que le daría una parte de mí en privado, sin testigos mayores que se burlasen de nosotros, sino con gente que creyese en el ciclo del amor, de los enamorados, de la magia increíble que significaba el romance.Un romance en el que yo no creía, uno en el que terminé envuelto hasta la m&
AlessioEstábamos en medio de la nada cuando saqué los anillos y se los coloqué en los dedos, ella los miró esta vez con plena felicidad, fue como miles de fuegos artificiales estallando en lo alto del todo y tuve que explicarle la situación.—Según la antigua tradición huna de la polinesia, la boda debía celebrarse la undécima noche del mes, para comer, cantar, bailar y celebrar hasta la madrugada y llegaba a su fin cuando amanecía, con la salida del sol —le dije y me vio como si me hubiesen salidos tres cabezas—. No te estoy dando la boda más tradicional, pero sí te estoy dando mi compromiso de amor, de matrimonio.—Lo sé, y es espectacular… No imaginé que fueses tan detallista, tan romántico…Sonreí con una sonrisa mezquina.—El agradecimiento debe ser para Hani que fue el creador de prácticamente todo, si él no hubiese podido hacer esto —admití y la vi con algo de dolor—. Pero lastimosamente, luego de que cene
AmayaLa sorpresa que me dio mi marido fue todo lo que esperaba y más, fue como estar dentro de un cuento de hadas, fue como volar con la mejor vista de todas. Y cuando me desperté, no pude hacer más que ver el mundo a través de los lentes del amor, por lo que disfruté mucho de la playa, del azul infinito del pacífico, del calor sabroso de una temperatura agradable como la de Hawái.Me puse un pareo y un traje de baño para ir a dar una ducha, así que disfruté del mar tanto como pude, de la libertad de estar sola, de lo dulce que era saber que tenía la libertad de hacer aquello. Era sumamente paradójico, por no decir irónico el hecho de que luego de casarme con un mafioso pudiese hacer lo que estaba haciendo.Sonreí feliz de la vida, de la oportunidad y cuando salí dispuesta a desayunar, Hani me tenía una bandeja lista como un desayuno
Amaya—¿Mi padre quiere ser político?—Sí —expuso y mi boca se abrió con sorpresa, con muchísimo shock—. Fue una visión que se fijó para poder lograr todos los cometidos del clan y llevarse bien con todos no solo hará la diferencia, sino que conseguirá patrocinadores, gente dispuesta a montarlo en el poder para que pueda tener acceso directo.No lo podía creer, pero tenía su base, tenía coherencia y hasta lo podía ver en el podio en debates interminables en los que aplastaría a sus oponentes.Negué con el impacto golpeándome con fuerza.—No voy a negar que es la noticia más sorprendente e impactante que me han dicho desde que llegué a aquí… —admití desconcertada—, pero es algo que ni en sueños vi venir, nunca escuché q