La rubia escuchó el pesado suspiro que expulsó la jovencita cuando se estacionaron ante el edificio. Ninguna de las dos ha dormido demasiado bien y en aquel momento las voces le indicaban que lo mejor era buscar como dejar todo, que ella se fuera de esa ciudad y olvidará por siempre a la poderosa familia dueña de la empresa donde las dos se encontraban buscando la fuerza para que Verónica pudiera bajar.El corazón le ha latido incómodo, y esperó por ella hasta que llegó bastante entrada la madrugada. En su mente Ava consideraba que quizás Preston no era la mejor persona para estar viviendo aquella situación al lado de Verónica y de alguna manera sentía que en realidad el caballero la podría poner en mayor peligro del que ella por su cuenta y con menos aliados correría si hace todo como lo han planeado.Jamás se imaginó verse tan involucrada en lo que ahora tildan del panal, una red de personas sin escrúpulos que se ha válido por estos meses, aunque Verónica dice que son años, para cau
La madura mujer se acercó a ella y solo pudo elevarle el rostro para analizar el mismo. Ha vomitado lo que desayunó en la casa de su amiga con ella y su padre, siente unos mareos profundos y todo eso que ha pasado en esos minutos la mantiene con una incomodidad que se afianza a su pecho porque si lo que esa mujer ha llevado y prácticamente la obligó a hacerse era real, sin duda no sabía cómo lo manejaría.Odiaba estar rodeada de esas personas, odiaba en ese momento que fueran ellas dos, Adele y Judy, las que estaban con ella en el baño donde no han dejado a Jessica ingresar porque le indicaron que ellas se encargarían. En ese punto donde los malestares de su cuerpo, mismos que llevaba ya varias semanas sintiendo y no son nada nuevos en ella, ni han nacido de lo que ahora estaba viviendo, le daban una respuesta mucho más clara y rápida que las mismas pruebas que yacían en el lavabo.Aquello no podía ser cierto, ella no pidió estar embarazada y menos de un hombre como Ashton Harrington.
En el momento que su rostro fue acunado por las manos del chico ella solo pudo cerrar los ojos y desviar su boca de ese beso que claramente iban a darle, terminándolo de recibir en su mejilla. Pasó saliva porque no sabía bien que hacer con esas náuseas que no se han ido, que no vienen siendo nada buenas en ese punto de caos y poco control de su vida.No ha visto a nadie, no quiere ver a nadie, no quiere hacerse esa revisión con esas personas ahí y aun cuando ha salido corriendo a recibir a Ashton su perfume, su voz, su mirada la hacen sentir tan incómoda que alteran todos esos achaques que ahora no puede ignorar como pensaba.Se sentía una cruel persona por lo que ha decidido, sabe bien que en el momento que pregunte sobre la posibilidad de un aborto será más que juzgada, que incluso en su familia podría existir la presión o el señalamiento por querer hacerlo y hasta pueden querer convencerla de que tome otra decisión, pero ella estaba segura de que no quería continuar con eso, pero s
Ava no ha llegado con las manos vacías y aunque Edwin no tenía mucha información sobre lo que estaba pasando no era de necesitar respuestas cuando de su novia se trataba, si Ava le decía mi amor llévame a enterrar este cuerpo el cargaba primero las palas para luego hacer las preguntas, por eso mismo solo conducía hacia el hospital donde han dejado a Jessica, una amiga que no le conocía a su rubia, y va viendo por el espejo retrovisor como Ava atiende a Verónica, que ya dejó de llorar y toma ahora de la bebida fría que Ava le compró.Los dos han escuchado lo que fue el predicamento que Verónica vivió. Que les causó náuseas como no la dejaron salir del cubículo hasta que se hizo las pruebas, pero sobre todo como esas dos mujeres parecían ignorar por completo esas emociones en ella, unas que en ningún momento fueron de felicidad, porque en ese punto era lo que menos sentía.Ava le ha amarrado el cabello, le llevó una camiseta para que se cambiará antes de entrar al hospital y hasta un pa
Elevó su mirada hacia donde sus amigas que se han quedado con ella mientras estaba en observación para ver el efecto de la inyección que ha recibido. Si bien la doctora le indicó que podía ser una dosis doble, en el día uno y día cuatro, ella prefirió que fuera una sola y por lo mismo le han recomendado un reposo de dos horas para vigilar algún tipo de reacción adversa al pesado y hasta un poco mortal componente.Tenía un poco de náuseas, según la doctora eso era común, además de que podría experimentar distención abdominal y hasta diarrea, ya luego de varios días las hormonas de su embarazo irán disminuyendo y es posible que tenga un nuevo sangrado similar a la menstruación. Se le ha advertido a las tres sobre las contradicciones de la inyección, pero al final Verónica ha tenido la última palabra y tomó el riesgo de la misma.Afortunadamente no tenía ningún historial con enfermedades crónicas, no tomaba multivitamínicos o algún tipo de a antiinflamatorio. La doctora le indicó que los
Suspiró de manera pesada cuando llegaron a la preciosa mansión en uno de los barrios más exclusivos de Londres. Posó su mirada en Ava mientras Edwin se encargaba de bajar las dos maletas que ha llevado de la joven, mismas que solo pudo pasar saliva cuando la puerta de aquel lugar se abrió y la elegante mujer madura salió con una comitiva de empleados que se encargó de llevar sus cosas al interior del precioso lugar.Ava fue completamente ignorada, de hecho, cuando Judy se acercó a Verónica, esta la alejó de su amiga rubia para abrazarla de manera apretada, las dos se vieron unos segundos cuando la mujer en su mejor papel de futura abuela emocionada colocó la mano en el vientre de la joven de castaño cabello que sigue con mareos y un poco de náuseas, aunque en ese punto no sabía si por el asqueroso actuar de la mujer ante ella o bien por lo que la medicina podría continuar causando en ella.—Bienvenida, bienvenida querida, que emocionante, por favor pasemos—cuando la intentó mover haci
Cerró los ojos cuando la ola de aplausos cubrió a la pareja de jóvenes que apareció en esa cena donde él no quería estar, entre personas que no puede tolerar más y pretendiendo que no estaba hirviendo en celos, en dudas, en miedo y sobre todo en una confusión que no le dejaba pensar con claridad.Quiere creer que ella está fingiendo, después de todo si estaba consciente de lo que le ha dicho, de la forma que le abrió los ojos a las personas que estaban reunidas con ellos. De la imagen que presentó de esa mujer madura que fue la primera en salir a recibir a la joven pareja, de la joven que dice que es su hija quien fue la segunda en abrazarlos, pero él no puede en ese momento dejar de ver a quien tilda de su hijo, a quien ha visto de esa forma por casi veinte años, llevar de la mano a la mujer que él quiere.No sabe como controlar sus celos, no los quiere, ni pensarlos, ni vivirlos, comprende que explotar en ese punto de la historia, en ese momento donde el entorno era tan volátil como
Cerró los ojos cuando las manos grandes y masculinas bajaron por sus brazos, desde la cintura la pegó más a su cuerpo elevándola en puntillas cuando cruzó uno de los brazos por la misma, pero el cuerpo femenino tirito de alguna manera en el momento que la otra mano comenzó a subir despacio su delicado vestido.La piel reaccionaba, lo hacía erizándose, pero el corazón agitado lanzaba una señal de alerta. La música del evento parecía ser perfecta para camuflar cualquier gemido que pueda escaparse de sus labios, pero comprendía bien que el peligro que rondaban no le dejaba perderse en lo que estaba sintiendo. Clavó sus ojos en el hombre ante ella, ese maduro que la ha seguido hasta la habitación, el que puede echar a perder todo lo que ha hecho con un solo roce de su cuerpo y en el momento que los dedos pasaron sobre su braga lo empujó del pecho.—No me hagas eso—pidió Preston—no nos hagas esto—ella solo pasó saliva.—No puede pasar nada entre nosotros y no, no es que haya olvidado el ri