Abrí los ojos y noté que ya era de día. Me levanté y fui al baño, observando mi apariencia deteriorada. Tenía enormes ojeras debido al llanto y mi rostro estaba completamente pálido. Además, me percaté de que había perdido mucho peso; supongo que mi enfermedad poco a poco me estaba consumiendo. Cepillé mis dientes rápidamente y me di una ducha. Me vestí, bajé las escaleras y, de inmediato, los recuerdos de la noche anterior invadieron mi mente. La enorme mancha de sangre en el suelo había desaparecido; las mucamas habían hecho un trabajo impecable al limpiar, pues no quedaba ni rastro de la tragedia ocurrida. Me dirigí al comedor y noté que el desayuno estaba servido elegantemente. Me senté a comer sin mucho ánimo. Al terminar, intenté ponerme de pie, pero un alboroto proveniente del exterior captó mi atención. —Señora, espere, no puede pasar así. El señor Líbano me ha ordenado que no deje entrar a nadie en su ausencia— escuché decir a los guardias. —¡Quítate de mi camino, imbécil!
Abrí los ojos y, al darme cuenta de que estaba en un lugar desconocido, me sobresalté de inmediato. —Señora, por favor, cálmese. Está en el hospital. Ha vomitado mucha sangre y su estado es delicado. Le recomiendo que trate de relajarse —escuché decir a la enfermera. Sin embargo, no le presté atención en absoluto. Lo único que invadía mi mente era el temor de que Alexander intentara obligarme a donar mi médula ósea para salvar a Arlette. Miré a mi alrededor, buscando su figura en cada rincón de la habitación, pero él no estaba. De repente, escuché pasos firmes acercándose rápidamente hasta que la puerta se abrió de golpe, revelando el frío y severo rostro de Alexander. —Salga de aquí ahora —ordenó a la enfermera. Ella palideció de terror y comenzó a temblar antes de salir precipitadamente, dejándonos solos. —No puedo creer que tengas el descaro de montar una escena como esa frente al hospital —espetó con furia. —¿A qué te refieres, Alexander?— pregunté, confundida. —¡No finjas!
En un imponente y lujoso chalet en la cima de una montaña, se encontraba un hombre frente al espejo , mientras unos 10 sirvientes le ayudaban a colocarse su traje de 3 piezas - Señor Carttal hemos encontrado a la dama misteriosa de aquella noche del encanto nocturno y debo decirle que es peor de lo que había imaginado - dice el asistente y el hombre en el espejo frunce el ceño de inmediato- ¿A qué te refieres con eso?- pregunta el hombre mientras detenía a los sirvientes - Señora esa señorita es la esposa del señor Alexander Líbano - dijo el asistente mientras se colocaba los lentes temblorosamente . - ¿ Qué dices?- pregunta Carttal es la esposa de nuestro nuevo socio - A si como lo escucha señor de hecho e investigado más a la señora a fondo, he descubierto que desde pequeña ha sido entrenada para ser la joven señora de la familia Líbano, pero al parecer este matrimonio es un mero teatro, ya que la hermana menor de la señora Aslin es la pareja del señor Alexander - dice el asistente
No salgo de mi habitación en todo el dia , para nada quería encontrarme con Alexander ni Arlette , al ser las 5 de la tarde Mary entro en mi habitación y me dijo que debía de irme preparando que los invitados pronto vendrían , así que sin tener opción me dirijo al armario para buscar que ponerme no tenía demasiada ropa en realidad , Un vestido rojo con tirantes llama mi atención y decido ponerme ese claro usaría una chaqueta del mismo color para tapar mis moretones dejó en vestido sobre la cama y me voy directo al baño me doy una ducha rápidamente y salgo Me coloco el vestido unos segundos después y lo combino con unos zapatos altos plateados , tomo mi bolsa de maquillaje y tapo mis moretones lo mejor que puedo hasta que veo en el espejo que no se me veía nada extraño quedando satisfecha con el resultado . Veo la hora en mi teléfono y palidezco de inmediato al ver que ya eran casi las 8 - Tanto me había demorado - pienso para mis adentros así que sin más salgo de la habitación n
Con esto aprenderás de ahora en adelante a no jugar conmigo Aslin y por supuesto a no andar de Zorra con todo aquel que entre en mi casa - me dijo mientras soltaba mis manos y me daba un beso en los labios , luego se levantó de encima de mí y salió por la puerta y escuché el clic de la puerta al el cerrarla desde afuera . - aaaaaa) gritaba de dolor al ver mis dedos rotos , trato de incorporarme de la cama y como puedo voy hacia la puerta y trato de abrirla, pero esta no cedía el muy maldito me había dejado encerrada - Alexander abre la puerta , me duelen los dedos debo de ir al hospital, abre la puerta por favor - le suplicaba, pero nadie respondía del otro lado . Era obvio que tenía planeado dejarme aquí encerrada durante toda la noche o quien sabe quizás días , mi corazón se quebró al pensar en eso no quería volver a sufrir el mismo calvario que había pasado la última vez . Me encamino hacia el baño , busco el botiquín de inmediato , lo abro y tomo dos pinzas y una cinta , v
Eres tú - Digo mientras mis ojos se dilataban con asombro , veo cómo Carttal pone una sonrisa de medio lado mientras disfrutaba de mi asombro - Así es palomita te dije que iría por ti , o esperabas a alguien más - dijo mientras hacía énfasis en esto último. - No para nada es solo que me sorprende que te hayas tomado el tiempo de rescatarme sinceramente no esperaba que lo hicieras - le digo mientras mis ojos brillaban bajo las luces , yo veo como él cierra la puerta tras de sí y se aproxima a mí a paso lento , al llegar veo como sube una de sus manos y empieza a acariciar mi rostro - te dije Palomita que tú eres solo mía de ahora en adelante no permitiré que te alejes de mí - me decía con un deje de posesividad y autoridad en su tono lo que me hizo tragar grueso y que mis mejillas se calentarán . No sabía por qué este hombre causaba este tipo de sentimientos en mí , sentía como con tan solo escuchar su voz varonil mi corazón brincara de la emoción , este sentimiento que sentía no
Me quedo en completo Chok una vez que Carttal sale por la puerta emanando de su cuerpo un Aura asesina , sin duda el hombre era mil veces más aterrador que Alexander cuando se enojaba. Me doy la vuelta y voy directo hacia la cama sentándome y me quedo perdida en mis pensamientos tanto que no vi entrar a una chica que parecía de mi misma edad la cual llevaba una bandeja en su mano que contenían gasas y medicamentos.Veo como la chica me mira de arriba hasta abajo con una mirada fría y llena de odio , pero había algo más que proyectaban los ojos de esta chica , yo conocía perfectamente este sentimiento , era la misma emoción que sentía cada vez que veía a Alexander y a Arlette interactuar tan amorosamente en frente de mi - CELOS - eso era lo que veía en la chica , pero ¿ por que ? - ¿ Por que se sentía celosa de mi ? , si yo ni siquiera la conocía . Ella viene hacia a mi volteando los ojos - Señorita e venido a curar sus dedos son órdenes del señor - me dice sintiendo como su tono sub
Aslin Me quedo parada en mi lugar durante unos minutos mientras las palabras de Carttal se repetían en mi cabeza una y otra vez como una grabadora , tenía temor sobre todo por Alexander no deseaba para nada que él me encontrara si me atrapara sería difícil escapar de él . Pero debía hacer algo para comprar mis medicamentos lo menos que quería era que Carttal se enterara de mi enfermedad , él deseaba que me quedara para siempre con él pero eso era algo que no podría suceder por más que deseara , sabía perfectamente por lo que estaba atravesando , debía de ir poco a poco planeando mi escape . Dejando mis pensamientos de lado me aproximo a la cama y me acuesto viendo el bosque que se alzaba a través de la ventana con esa visión me voy quedando dormida poco a poco . * Abro los ojos sintiéndome un poco soñolienta, observo todo a mi alrededor viendo que ya había amanecido y sin más trato de levantarme con prisa de la cama resultándome imposible de inmediato.Pues tenía un brazo alrede