Contratada

¡¿Qué?! ¿A qué se refiere exactamente con mudarme? ¿Por qué me mudaría yo? No le encuentro sentido a nada de lo que dice este hombre. Su cabeza tiene que estar muy mal. Me tengo que obligar a unir mi mandíbula nuevamente, tenía la boca abierta de par en par por la sorpresa ante sus palabras.

 - ¿Cómo que mudarme? –le pregunto cuando al fin me recupero 

 - Conmigo y con los bebés

¿Por qué no me habla claro de una vez por todas? Está dando vueltas y vueltas desde el inicio de esta conversación. Ha estado preguntándome cosas sin sentido porque al final, no piensa contratarme para el puesto de recepcionista.

¿Para qué él quiere que me mude a su casa? Está completamente loco. Tanta fama y tanto trabajo han logrado que le explote la cabeza definitivamente. No pude ser posible que me esté hablando en serio. Necesito saber qué está pensando y si no piensa hablar claro, pues lo haré yo.

 - ¿Qué tipo de trabajo requeriría que me mude con usted?

 - Quisiera contratarme para que cuides de mis pequeños

¿Cómo? Yo no puedo haber escuchado bien. Le acabo de contar que me gradué de una especialidad de administración empresarial y que quería empezar en su empresa con el objetivo de crecer y viene y me suelta esto.

 - Está bromeando ¿no?

En cuanto escucha mis palabras, su expresión cambia. Ya no es el chico relajado. Creo que está verdaderamente molesto ante mi reacción, pero ¿qué esperaba que plantara una sonrisa de lado a lado? Pues no, lo que me está proponiendo no es exactamente el sueño de mi vida.

 - En verdad, no acostumbro a estar bromeando mucho señorita Jones y mucho menos cuando de mis hijos se trata

 - Lo lamento, en verdad, pero estoy segura de que puede encontrar a una persona que esté mucho más capacitada que yo en este aspecto –le digo con un tono molesto, se tiene que dar cuenta de alguna manera que me está colmando la paciencia

 - He tenido varias niñeras y de las mejores en su trabajo, créame y ninguna de ellas me ha funcionado. No quiero encargarle mis pequeños a cualquier desconocido. Hoy, cuando te vi con ellos en brazos no me pude creer que lograras dormirlos, ellos solo lo hacen conmigo

Su voz te ha tornado un poco amable, pero creo que es solo por un intento de calmarme. No sé si estar halagada por lo que me está diciendo, o seguir molesta por el hecho de que me esté proponiendo un trabajo de niñera.

En realidad no me molestaría el trabajo, no es que sienta que sea inferior, lo que me molesta es su descaro y la forma en la que ha jugado conmigo pretendiendo que me estaba realizando la entrevista él. si me lo hubiese pedido de forma directa desde el inicio, me lo hubiese tomado de maravilla.

 - ¿En serio es tan difícil lograr calmarlos?

 - La verdad es que sí, hasta a mí me cuesta trabajo en ocasiones. Son testarudos igual que su padre –hace una pausa y comienza a escribir rápidamente en un pedazo de papel para luego girarlo hacia mí y mostrármelo- este sería tu salario mensual, creo que cubre todas las molestias que te pueda traer este trabajo y gustos que quieras darte

Miro el papel y no me lo puedo creer ¡Dios mío! En toda mi vida nunca había visto un salario con tantos ceros en él. tengo que volver a mirarlo y repetir sus palabras en mi cabeza porque no puedo creer que en realidad me esté ofreciendo esa cantidad de dinero.

 - Entiendo que no estés completamente decidida y que esto no es lo que esperabas conseguir al venir hasta aquí, pero si lo deseas, podemos hacer un pequeño periodo de prueba para ver si funciona, si te sientes bien, si al concluir ese periodo sientes que no es el lugar adecuado para ti, te daré un puesto en la empresa

Todavía no puedo creer sus palabras aunque las estoy escuchando salir de su propia boca. Está hablando serio, creo que más serio que nunca. Está intentando con todas sus fuerzas que yo acepte su propuesta.

A decir verdad, no está nada mala la idea. Es algo perfecto para mí. Con esa cantidad de dinero que me está ofreciendo, me alcanza para reunir y conseguir un apartamento genial en la ciudad, cuando se cumpla el plazo, puedo decirle que no me siento bien y tendré mi puesto en la Corporación Black. Es el plan perfecto.

Le diré que lo haré, pero tengo que poner algunas condiciones si no quiero volverme loca con los pequeños.

 - Estoy de acuerdo, podemos probar, pero necesitaré mínimo una noche libre por cada semana y completa libertad para elegir las actividades con los gemelos 

 - Me parece algo muy razonable, es más, si te parece muy agotador, puedes tomarte hasta dos noches libres y los domingos serán tu día de descanso ¿qué te parece?

 - Me parece perfecto

 - Entonces ¿tenemos un trato? –me pregunta ansioso

 - Sí –le digo extendiendo mi mano para estrecharla con la suya como toda una profesional

Me siento como si acabara de cerrar uno de los tratos más importantes en el mundo y con ganancia para mi parte. Él tiene razón, no vine aquí buscando esto, pero resulta que me voy con algo mejor.

 - Al salir, mi secretaria te enviará mi dirección y un coche te recogerá mañana. Ten las maletas listas

 - ¿Tan pronto? Bueno, tengo que apresurarme y empacar. Nos vemos señor Black, estoy ansiosa por comenzar. Nos vemos mañana

Él asiente con su cabeza mientras me sigue con la vista a medida que me dirijo hacia la salida.

En mi camino de regreso caigo en la cuenta de que no he conocido a la madre de los bebés. Solo espero que no sea una de estas chicas pijas equivocadas y sumamente estricta con todo.

A la siguiente mañana estoy caminando con el señor Black por su casa mientras me muestra cada rincón de la mansión. Es enorme y preciosa. No puedo creer lo que mis ojos están viendo.

Al llegar al salón principal, me encuentro con los pequeños jugando en medio de la habitación. Son tan tiernos que no puedo evitar ir hasta ellos.

 - Hola pequeñajos ¿me extrañaron? –les digo acariciando sus cabecitas y con un tono de voz bastante ñoño

Ellos se acercan a mí gateando por el suelo a la misma vez que me hablan en su extraño idioma llenos de gorjeos. El señor Black carga a la hembra y yo tomo al varón en mis brazos.

 - Anoche estaba pensando en que no sé sus nombres –le digo

 - Esta de aquí es Aitana y el que tienes en brazos Aitor

 - Por lo que veo, en esta familia gustan los nombres que comienzan con “a” –le respondo sonriente- son unos nombres hermosos

Él los mira como si estuviese mirando a un gran tesoro. El amor es evidente, se desborda por sus ojos. Es tan tierno.

Él toma asiento en el gran sofá y yo le sigo. No puedo evitar fijarme en un pequeño cuadro que se encuentra en la mesita de centro. Es la foto de una mujer.

 - ¿Es esta la madre de los pequeños? –le pregunto señalando el cuadro

 - De esto mismo te quería hablar, esta mujer nunca, pero nunca puede acercarse a los gemelos. La quiero lo más alejada de ellos posible

 - ¿Por qué? –la pregunta sale de mis labios antes de que pueda pararla

 - Es un poco complicado de explicar

 - Señor Black, a partir de ahora voy a vivir con ustedes, vamos a estar juntos la mayoría del tiempo y mi trabajo es cuidar a sus hijos, para hacerlo tengo que conocer las cosas que pueden afectarlos y la razón ¿quién es esta mujer?

Él cambia su vista y me extiende los brazos indicándome que tome a la pequeña Aitana ¿Tanto le molesta hablar de este tema que no quiere ni que la niña esté cerca? Toma una bocanada de aire y comienza a explicarme.

 - Ayer te dije que no podía dejar que mis hijos estuvieran con un desconocido. Esta mujer de aquí es la razón por la que no puedo permitirlo, ella es su madre

Mi cabeza quiere explotar ¿Cómo me va a decir que la propia madre de los niños no puede estar cerca de ellos? Eso es un abuso hacia ella.

 - ¿Por qué?

Él mira a los bebés en mi regazo mientras juegan entre ellos. Su rostro está triste. Creo que hablar sobre este tema le hace bastante mal.

 - Debe confiar en mí, señor Black, seré la persona con la que más tiempo pase, sin mencionar que estaré las veinticuatro horas con sus bebés. Debemos comunicarnos entre nosotros para que esto funcione de la manera correcta. Estoy aquí para escucharlo cada vez que lo necesite

Después de una larga pausa, él comienza a hablar:

 - Se llama Vanessa Smith, era modelo

 - Creo que he leído algo sobre ella, estuvo un buen tiempo en los titulares ¿no?

 - Exacto, ya debes atar los cabos y saber por qué no quiero que esté cerca de los gemelos

 - Lo siento mucho, no tenía idea de que ella era su ex esposa

 - No lo fue, nunca nos casamos, ni siquiera estuvimos en una relación amorosa, fue una noche que se salió de control –dice mirando hacia el suelo

 - Bueno, dicen que de toda mala experiencia se saca algo bueno y mire, aquí tiene el claro ejemplo –le digo señalando a los niños

 - Tiene razón, gracias por escucharme –inmediatamente cambia el tema de conversación- Ya usted tiene mi número, cualquier cosa que necesite puede llamarme cuando sea, yo le atenderé

 - Perfecto, así lo haré

No dice una sola palabra más. Se inclina para darle un beso a cada uno de los bebés en la cabeza y sale caminando hacia la puerta hasta que se marcha. Estoy tratando de asimilar todo lo que se me ha venido encima el día de hoy. 

Tengo la responsabilidad de cuidar a dos bebés preciosos y no cualquieras bebés, nada más y nada menos que a los hijos de Alex Black, el temido CEO de los que todos hablan.

Como si fuera poco, acabo de enterarme la situación compleja por la que tendrán que atravesar estos pequeños cuando comiencen a preguntar por su madre. Sé que siempre ha sido alguien polémica, pero ¿qué habrá hecho tan grave como para que se le prohíba ver a sus propios hijos?

Supongo que, con el paso de tiempo lo averiguaré, por el momento pienso enfocarme en el cuidado de estos preciosos. Manos a la obra…

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