—Creo que esta vez si te has equivocado.— dijo Zia, muy nerviosa, trabando de ocultar el leve temblor en su brazo.— por más que tú te lo creas, no siempre sabes la verdad. Zia abría la puerta para irse, Francesco ya la estaba esperando y quería huir de esta conversación con su padre, ella se reusaba a aceptar que estaba embarazada. Seguía bebiendo alcohol y fumando cigarrillos, alejando cualquier pensamiento que tuviera que ver con un hijo. —Cierra la puerta.— le ordenó Vito a su hija, levantándose del sofá donde estaba sentado y acercándose a Zia.—Francesco está esperando, ¿No eres tú el que quiere más está boda?— Zia trató evitar lo que venía , pero fue inútil, Vito tenía algo que decir y lo diría.—Sabes, aún tu nombre está en mi testamento, espero, que anuncies tu embarazo pronto y que si es posible, adelantes la boda.— decía Vito, muy cerca de su hija, quien percibía el fétido aliento de su padre.— es más, tendrás un premio, volverás a tener tu tarjeta de crédito ili
Francesco y Alice, jugaban con su hija, juntos, por primera vez en los dos años de vida de la niña, era una imagen realmente hermosa. Ambos olvidaron todo lo que ocurrió entre ellos por un momento, Francesco olvidó que Alice lo privó dos años de estar con su hija y ella, que él prometió quitarle a Caroline. Ante esta imagen, Aron se encendía de celos desde la distancia, ver a Alice interactuar plácidamente con el hombre que seguramente aún no había dejado de amar era algo que no le agradaba para nada. Mas de dos años estuvo él detrás de ella y en un instante, Francesco estaba tan cerca de ella como en el pasado. —Señorita Smith, creo que este es un buen momento para que se lo diga.— le dijo Penélope a Alice, quien volvió a estar invadida por los nervios, que habían desaparecido al ver a su hija disfrutar plácidamente de su padre, sin saberlo.—Ok.— respondió Alice, haciéndole una seña a Francesco, que entendió el momento y también cambió el semblante. Caroline tenía un po
Esto era lo peor que le podía pasar a Zia, ahora Aron sabía su secreto y ella no tenía la más mínima intención de decírselo a nadie, menos a Francesco.¡Que mala suerte desmayarse en ese momento!Ella seguía muy débil, extremadamente débil, la noche anterior apenas y probó alguna comida, en cambio, dedico la mayor parte de ella para revolcarse con su amante, repitiendo las distintas posiciones una y otra vez, como si no hubiera un mañana. Después, se saltó el desayuno, llegó muy cansada y con mucho sueño como para pensar en ello, optó por dormir varias horas, hasta después de pasado el almuerzo, cuando por fin llenaba su estómago, pero a este no le importaba y expulsó hasta el último bocado, definitivamente no sería el mejor día para Zia. —Doctor Walker, el paciente de la habitación ocho está convulsionando, venga rápido.— Aron salió corriendo de la habitación de Zia, debía auxiliar al otro sujeto.Todo esto antes de que Zia reuniera la fuerza necesaria para decirle al apuesto
—Perdóname, de verdad estoy emocionado por esta noticia, por eso estoy siendo algo egoísta contigo, recién sales del hospital y ya estoy organizando una fiesta para anunciar tu embarazo. — se disculpó Francesco, Zia no había puesto muy buena cara luego de que él le anunciaba emocionado que organizaría una cena con todos presentes. —Realmente me siento mal, pero podemos esperar un par de días y lo hacemos.— dijo Zia, derrotada, sin saber qué hacer ahora, esto no estaba en sus planes más próximos, y quizás, ni en sus planes futuros.Zia apenas podía cuidar de ella, incluso, necesitaba miles de dólares para poder hacerlo medianamente bien o feliz, ¿Cómo podría hacerse cargo de un bebé?Por ahora solo le quedaba mantener la calma, algo encontraría qué hacer y encaminar su vida a como ella quería, vengarse de su padre, huir con su títere y vivir llena de lujos lejos de todos los que no la comprendían.—Perfecto, esperaré un par de días para anunciarlo entonces, espero que sea una
Dicen que una mentira, repetida por lo menos mil veces puede convertirse en verdad, pero lamentablemente esta no era, ni sería el caso de Alice Smith, nuestra querida protagonista, que no tenía más remedio que seguir sufriendo. Ella lo tenía claro desde que lo volvió a ver.Su vida pudo haber tomado un curso totalmente distinto si aquella noche ella no asistía a aquella fiesta, convirtiendo el darle una nueva oportunidad al amor en una nueva pesadilla. Por otro lado, Francesco, quien se había confundido enormemente al estar tan cerca de Alice, se vio obligado a dejar todo eso de lado, él estaba comprometido y, además de eso, su futura esposa estaba esperando un bebé. ¡No hay lugar para la duda!Estos eran los pensamientos del padre de Caroline, quien sentía cada latido de su corazón al estar al lado de su ex amor, amor que él no recordaba, pero que había sido de los más intensos que hubiesen existido jamás.Luego de que Francesco dejara a Zia en casa de sus padres, se fue a l
Aun no terminaba esta cena detestable y Zia ya tenía que pensar en la boda, en cinco días sería ese gran evento, la pieza en el rompecabezas que Vito Berlusconi necesitaba, arruinando los planes de Zia para siempre. Ella prefería arriesgar gran parte de su estabilidad y seguridad económica, con tal de ver a su padre furioso luego de perder tanto tiempo planeando su venganza y que esta no se pueda llevar a cabo. Además, Zia también sentía algo por John, verlo entrar en el comedor, sentir su intensa mirada, evidentemente molesto por su embarazo y que ella no haya sido capaz de decírselo la tenían en una encrucijada. John era el hombre perfecto para Zia, sumiso, atento y un loco en la cama, el único y gran problema era el dinero, él no podría cubrir los gastos diarios que Zia necesitaría por el resto de su vida, por eso su plan, secuestrar a Caroline para pedir una gran suma de dinero, suficiente para vivir muchos años como reyes en un país del tercer mundo.—Iré al baño.— le sus
Con el amor a flor de piel, Francesco seguía aguantando, sorprendentemente el alcohol no terminaba de tumbarlo, dado que hacía varios minutos que no podía sostenerse en pie prácticamente.Luke y Mike apenas y se bebían un trago de vez en cuando, solo escuchar a su hermano, hablar de esta manera de la madre de su hija era suficiente para hacerlos sentir verdaderamente mal, si ellos hubiesen dicho la verdad, hace algún tiempo, por lo menos Francesco sabría que lo que sentía por Alice era porque verdaderamente la amaba y su corazón revelaba todos sus secretos así su mente no recordara nada. —Bien, hermano, ya celebramos suficiente, vamos a dormir ya.— dijo Mike, tratando de persuadir a Francesco. —En lo absoluto, aún queda mucho licor aquí, deberíamos ir a visitar a mi hija, así aprovecho para decirle a Alice que estoy enamorado de ella.— respondió Francesco, con la lengua enredada en su boca, ya debía parar de beber o algo malo ocurriría.— si, vayamos, aquí están las llaves de mi
Lo que parecía serían unas deliciosas pizzas, una cena tranquila, donde un hombre enamorado aprovecharía todo el tiempo posible al lado de una madre soltera con un pasado difícil en el amor, ahora se convertía en un tormento para Aron, estar obligado a ver la imagen de lo que pudo ser una familia realmente feliz, pero que por cosas del destino no pudo ser, o no por ahora esperaba Francesco.“Todo está bien, solo se trata del compartir de un padre con su hija, no hay nada de qué preocuparse, Alice está clara con respecto de lo que siente”.Esto se repetía Aron en la mente, mientras devoraba otra rebanada de pizza, por lo generar dos pedazos eran suficientes, pero solo por esta noche no le importaba comerse tres y hasta cuatro rebanadas. —Y, Francesco, ¿Estuvo buena la fiesta ayer?— rompió el silencio Aron, provocando una mirada retadora del otro. —Si, se extendió algo más de lo que se suponía.— respondió Francesco sin importancia, luchando por comer un poco sin que le dieran ga