Capítulo 2

***

—Estás a prueba señorita Ryan, debes hacerlo bien, ¿entendido? —le dice su jefe mientras le entregaba su delantal.

Holly había conseguido trabajo como camarera en una cafetería de una empresa importante, tal vez no era escribir libros como a ella le gustaba, pero era un trabajo y no le importaba estar en él, pues se distraía para no pensar más en el pasado, solo pensaba en ella y este trabajo, hacer cosas nuevas, interactuar con el mundo la ayudaría a tener su mejor versión.

—Sí señor. —Toma el delantal y se lo coloca.

Era su primer día, pero estaba aprueba, la campanita de la cafetería suena, las personas ya comenzaban a llenar el lugar, sobre todo los trabajadores de la empresa.

—Recibe con una sonrisa, se educada con tus clientes. —Le sonríe el viejito canoso, tenía un aura demasiado amigable, pero eso sí, se sentía que en su trabajo era estricto.

—De acuerdo. —Se voltea y sale del mostrador para tomar la orden del cliente que había llegado—. Hola, buenas tardes, ¿en que lo puedo ayudar? —Se concentra en su libreta pues no quería que se le olvidará algo, no quería hacer las cosas mal en su primer día.

—Un mocachino y para la señorita un té frío. —Le sonríe y Holly toma su orden.

—¡Enseguida! —Levanta su mirada, le sonríe y se dirige al mostrador para servir su orden.

Una vez completado su orden, se dirige a la mesa y hace la entrega con toda amabilidad, nuevamente la campanita de la puerta suena y ella ve a los clientes nuevos a quien va a atender, queda atónita al ver a las personas.

—¡¿Holly?! —Él también estaba un poco impactado y feliz, aunque pasó tres meses, sentía que era una eternidad.

—Hola. —Da media sonrisa, se acerca a él y levanta en su libreta lista para apuntar—. ¿Puedo ayudarte en algo? —Lo mira a los ojos verdes que tanto extrañaba admirar.

—Deseo un capuchino express y para la señorita... —Holly está confundida.

Pasea su mirada detrás de él y había una chica pelirroja, era muy linda, la ve de arriba abajo y puede que fue mala idea, los vio agarrados de mano.

—Solo quiero jugo de naranja. —Tiene una voz dulce y tímida, le sonríe a Holly, parecía amable.

—De acuerdo. —Le devuelve la sonrisa y trata de estar bien con la escena—. Enseguida. —Se da media vuelta y tal vez quería tragarse su orden.

No podía creer que él estaba con otra chica, pero no era momento de pensar en ello, ella estaba trabajando. Holly sirve su orden y luego atiende a otras personas, pero la presencia de Ascher con la pelirroja en esa cafetería le distraía demasiado, no podía evitar no ignorarlos, la chica se reía cuántas veces se le diera la gana y Ascher estaba ahí sonriente, a veces viendo a Holly de reojo.

Holly le toca llevar varias órdenes a la vez y tiene los brazos ocupados, camina entre las mesas y solo reza para no cometer alguna torpeza, Ascher no le quita la mirada de encima y aunque la pelirroja le hablaba, él solo tenía ojos para Holly.

—Déjame ayudarte —interrumpe la charla de la pelirroja y se levanta al frente de Holly cuando va a pasar por su mesa.

—Yo puedo sola. —Rechaza su ayuda con gentileza.

—Necesitas ayuda, déjame hacerlo. —Trata de quitarle los platos y Holly retrocede un poco.

—Me despedirán Ascher, no me metas en problemas. —Se pone seria.

—Me aseguraré de que no te despidan —insiste.

—¡Holly! —Su jefe le grita desde el mostrador y ella entiende a lo que se refiere con ese grito, no podía perder el tiempo, estaba en su hora de trabajo.

—Lo siento Ascher. —Se hace a un lado y sirve sus órdenes, después de eso vuelve al mostrador a seguir sirviendo.

—No es tu hora de descanso señorita Ryan, estábamos claros de que respetaría su horario de trabajo —le sermonea cruzado de brazos.

—Lo siento señor. —Se pone cabizbaja.

—Señor Crow. —Ascher se acerca a la conversación y este descruza sus brazos rápido.

—¡Joven Basquin! —Hace una pequeña reverencia de respeto.

—Necesito hablar con la señorita Ryan, por favor. —Toma el brazo de ella y Holly lo ve, estaba autoritario.

—Pero aún no es su hora de descanso —explica tal vez lamentando la situación.

—Será rápido —exige y el señor cede, Holly no dice nada ante esa incómoda situación—. ¿Me prestas tu oficina? —le pregunta y asintió.

—Claro, claro, con gusto joven Basquin. —Se pone muy servicial y Ascher lo sigue tomando a Holly del brazo, llegan a la oficina, le abre la puerta y hace una reverencia cuando entran—. Con su permiso. —Cierra la puerta y se retira, Ascher suelta a Holly y está se cruza de brazos.

—¿Cómo te atreves a hablarle así a mi jefe? Me pueden despedir, ¿acaso crees que por tener dinero puedes tratar a cualquiera cómo si fuera tu empleado? —Estaba un poco confundida y de mal humor, Ascher sonríe un poco—. ¿Qué es gracioso? ¿por qué tratas así a mi jefe? Es obvio que lo conoces, ¿qué relación tienen? —Él se acerca a ella y la toma de la cintura juntándola a él, besa su mejilla y dirige un camino de besos hasta su oreja, muerde su lóbulo y susurra en su oído.

—Te extrañé señorita Ryan. —Inhala su aroma a coco—. No puedo creer que ha pasado meses y aun hueles igual de bien.

—Ni que me hubiese muerto —responde algo odiosa y hace reír a Ascher.

—Tampoco recordaba una Holly tan a la defensiva… no, espera un momento, es la misma Holly que conocí en la fiesta. —Mientras que él estaba divertido, ella estaba muy seria.

—Responde Ascher. —Suspira cansada, ella no tenía tiempo para eso, debía trabajar.

—Claro, responderé cuando dejes de creer que soy Tim, que por tener dinero puedo tener o tratar a cualquier persona como se dé la gana —dice enserio.

—Lo siento. —Se retracta.

—Tranquila —No le toma importancia—, respondiendo a tu pregunta, pues me sorprende que no te hayas dado cuenta que está es la cafetería de una de mis empresas. —Se pone algo cómico y comienza a besar su cuello, pero ella lo aparta.

—Vi unos carteles con tu foto, pero no creí que era tu empresa, más bien pensé que estabas en ellos por publicidad. —Realmente así lo creía.

—Bueno. —Lo acepta, solo porque tiene bastante sentido.

—¿Tuviste que ver algo en mi contratación? Digo, cómo eres el jefe de mis jefes. —Lo mira seria, no quería que él se involucrara en cosas que ella quería lograr por su cuenta.

—De hecho no, no sabía que estaban buscando personal, aparte que yo no me encargo de eso, yo estoy pendiente de otros asuntos. —Expresa con toda sinceridad del mundo y Holly le cree.

—Está bien... —Descruza sus brazos y se soba el brazo—. ¿Para que deseas hablar conmigo? Tu novia seguramente te debe estar esperando. —Mira a otro lado y está algo odiosa recordando a la pelirroja.

—¿Acaso estás celosa señorita Ryan? —Se muerde el labio con diversión.

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