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—Estás a prueba señorita Ryan, debes hacerlo bien, ¿entendido? —le dice su jefe mientras le entregaba su delantal.
Holly había conseguido trabajo como camarera en una cafetería de una empresa importante, tal vez no era escribir libros como a ella le gustaba, pero era un trabajo y no le importaba estar en él, pues se distraía para no pensar más en el pasado, solo pensaba en ella y este trabajo, hacer cosas nuevas, interactuar con el mundo la ayudaría a tener su mejor versión.
—Sí señor. —Toma el delantal y se lo coloca.
Era su primer día, pero estaba aprueba, la campanita de la cafetería suena, las personas ya comenzaban a llenar el lugar, sobre todo los trabajadores de la empresa.
—Recibe con una sonrisa, se educada con tus clientes. —Le sonríe el viejito canoso, tenía un aura demasiado amigable, pero eso sí, se sentía que en su trabajo era estricto.
—De acuerdo. —Se voltea y sale del mostrador para tomar la orden del cliente que había llegado—. Hola, buenas tardes, ¿en que lo puedo ayudar? —Se concentra en su libreta pues no quería que se le olvidará algo, no quería hacer las cosas mal en su primer día.
—Un mocachino y para la señorita un té frío. —Le sonríe y Holly toma su orden.
—¡Enseguida! —Levanta su mirada, le sonríe y se dirige al mostrador para servir su orden.
Una vez completado su orden, se dirige a la mesa y hace la entrega con toda amabilidad, nuevamente la campanita de la puerta suena y ella ve a los clientes nuevos a quien va a atender, queda atónita al ver a las personas.
—¡¿Holly?! —Él también estaba un poco impactado y feliz, aunque pasó tres meses, sentía que era una eternidad.
—Hola. —Da media sonrisa, se acerca a él y levanta en su libreta lista para apuntar—. ¿Puedo ayudarte en algo? —Lo mira a los ojos verdes que tanto extrañaba admirar.
—Deseo un capuchino express y para la señorita... —Holly está confundida.
Pasea su mirada detrás de él y había una chica pelirroja, era muy linda, la ve de arriba abajo y puede que fue mala idea, los vio agarrados de mano.
—Solo quiero jugo de naranja. —Tiene una voz dulce y tímida, le sonríe a Holly, parecía amable.
—De acuerdo. —Le devuelve la sonrisa y trata de estar bien con la escena—. Enseguida. —Se da media vuelta y tal vez quería tragarse su orden.
No podía creer que él estaba con otra chica, pero no era momento de pensar en ello, ella estaba trabajando. Holly sirve su orden y luego atiende a otras personas, pero la presencia de Ascher con la pelirroja en esa cafetería le distraía demasiado, no podía evitar no ignorarlos, la chica se reía cuántas veces se le diera la gana y Ascher estaba ahí sonriente, a veces viendo a Holly de reojo.
Holly le toca llevar varias órdenes a la vez y tiene los brazos ocupados, camina entre las mesas y solo reza para no cometer alguna torpeza, Ascher no le quita la mirada de encima y aunque la pelirroja le hablaba, él solo tenía ojos para Holly.
—Déjame ayudarte —interrumpe la charla de la pelirroja y se levanta al frente de Holly cuando va a pasar por su mesa.
—Yo puedo sola. —Rechaza su ayuda con gentileza.
—Necesitas ayuda, déjame hacerlo. —Trata de quitarle los platos y Holly retrocede un poco.
—Me despedirán Ascher, no me metas en problemas. —Se pone seria.
—Me aseguraré de que no te despidan —insiste.
—¡Holly! —Su jefe le grita desde el mostrador y ella entiende a lo que se refiere con ese grito, no podía perder el tiempo, estaba en su hora de trabajo.
—Lo siento Ascher. —Se hace a un lado y sirve sus órdenes, después de eso vuelve al mostrador a seguir sirviendo.
—No es tu hora de descanso señorita Ryan, estábamos claros de que respetaría su horario de trabajo —le sermonea cruzado de brazos.
—Lo siento señor. —Se pone cabizbaja.
—Señor Crow. —Ascher se acerca a la conversación y este descruza sus brazos rápido.
—¡Joven Basquin! —Hace una pequeña reverencia de respeto.
—Necesito hablar con la señorita Ryan, por favor. —Toma el brazo de ella y Holly lo ve, estaba autoritario.
—Pero aún no es su hora de descanso —explica tal vez lamentando la situación.
—Será rápido —exige y el señor cede, Holly no dice nada ante esa incómoda situación—. ¿Me prestas tu oficina? —le pregunta y asintió.
—Claro, claro, con gusto joven Basquin. —Se pone muy servicial y Ascher lo sigue tomando a Holly del brazo, llegan a la oficina, le abre la puerta y hace una reverencia cuando entran—. Con su permiso. —Cierra la puerta y se retira, Ascher suelta a Holly y está se cruza de brazos.
—¿Cómo te atreves a hablarle así a mi jefe? Me pueden despedir, ¿acaso crees que por tener dinero puedes tratar a cualquiera cómo si fuera tu empleado? —Estaba un poco confundida y de mal humor, Ascher sonríe un poco—. ¿Qué es gracioso? ¿por qué tratas así a mi jefe? Es obvio que lo conoces, ¿qué relación tienen? —Él se acerca a ella y la toma de la cintura juntándola a él, besa su mejilla y dirige un camino de besos hasta su oreja, muerde su lóbulo y susurra en su oído.
—Te extrañé señorita Ryan. —Inhala su aroma a coco—. No puedo creer que ha pasado meses y aun hueles igual de bien.
—Ni que me hubiese muerto —responde algo odiosa y hace reír a Ascher.
—Tampoco recordaba una Holly tan a la defensiva… no, espera un momento, es la misma Holly que conocí en la fiesta. —Mientras que él estaba divertido, ella estaba muy seria.
—Responde Ascher. —Suspira cansada, ella no tenía tiempo para eso, debía trabajar.
—Claro, responderé cuando dejes de creer que soy Tim, que por tener dinero puedo tener o tratar a cualquier persona como se dé la gana —dice enserio.
—Lo siento. —Se retracta.
—Tranquila —No le toma importancia—, respondiendo a tu pregunta, pues me sorprende que no te hayas dado cuenta que está es la cafetería de una de mis empresas. —Se pone algo cómico y comienza a besar su cuello, pero ella lo aparta.
—Vi unos carteles con tu foto, pero no creí que era tu empresa, más bien pensé que estabas en ellos por publicidad. —Realmente así lo creía.
—Bueno. —Lo acepta, solo porque tiene bastante sentido.
—¿Tuviste que ver algo en mi contratación? Digo, cómo eres el jefe de mis jefes. —Lo mira seria, no quería que él se involucrara en cosas que ella quería lograr por su cuenta.
—De hecho no, no sabía que estaban buscando personal, aparte que yo no me encargo de eso, yo estoy pendiente de otros asuntos. —Expresa con toda sinceridad del mundo y Holly le cree.
—Está bien... —Descruza sus brazos y se soba el brazo—. ¿Para que deseas hablar conmigo? Tu novia seguramente te debe estar esperando. —Mira a otro lado y está algo odiosa recordando a la pelirroja.
—¿Acaso estás celosa señorita Ryan? —Se muerde el labio con diversión.
—¡Puffs! ¡claro que no! —bufa—. A lo que me refiero es que hables rápido, yo debo trabajar y tú debes volver con tu chica. —Él se acerca nuevamente y le roba un pico en los labios.—Te ves hermosa cuando estás celosa, pero me gustaría más que confiaras en mí, esa chica es una amiga a quién le estoy haciendo una entrevista para trabajar conmigo, le tomé la mano para guiarla, pero no fue nada serio, también se reía porque por un momento recordamos los viejos tiempos. —Ella lo ignora, pues si estaba celosa—. Tienes que ver la manera en cómo nos agarramos la mano, fue amistosa, hay varios tipos de tomar la mano. —Besa su mejilla.—Siempre tienes una repuesta para todo. —Rueda sus ojos—. ¡Cómo sea! —No deja de estar odiosa—. ¿Qué deseas hablar conmigo? Dueño de todo esto. —Lo mira y tal vez no cambiaría su actitud.—Si quieres renuncia para no trabajar para mí, de igual forma, tú eres la que me quiere lejos de tu vida —responde por su actitud, también lo recuerda con un poco de dolor y se
Ella igual planeada entregarlo, no le beneficiaba para nada tener algo que solo fue un préstamo, algo que solo fue con una condición, eso no era un regalo.—Ah ok, entiendo. —No se sentía incómodo, pero tampoco quería recordar el pasado—. ¿Cómo te va con los libros? —Llegan a su auto y le abre la puerta del copiloto, ella entra y él la cierra para luego adentrarse por el lado del piloto.—Realmente he dejado de escribir porque me he mantenido muy ocupada. —Él asiente, enciende el auto y lo pone en marcha.—¿Piensas seguir escribiendo? Es que eres muy talentosa. —Sonríe para sí mismo cuando recuerda que los había leído sin permiso.—Claro, bueno, no lo sé, si me gusta y es mi sueño, pero realmente escribía para escapar de la realidad, prefería estar en una fantasía ya que mi vida no era del todo feliz. —Se sincera.Así lo pensaba y deseaba compartirlo, no había nada mejor que compartirlo con él, Ascher siempre la hacía sentir segura de sí misma y en confianza.—Está bien, pero nunca de
—Yo amo a su hijo y no me alejaré de él por su estúpida amenaza, además, no puedes tocar a mis hermanos, yo los estoy protegiendo muy bien, así que perro que ladra no muerde, al menos tengo la ventaja de tenerlos conmigo, si usted los tuviera y me estuviera amenazando entonces ahí si reaccionaría, pero no de la manera que usted desea, ya que por sus amenazas usted sería la principal sospechosa, no querrá que una mujer tan importante como usted vaya a la cárcel solo porque no desea que su hijo esté conmigo o ¿sí?, o ¿no querrá que su hijo la odie, cierto? O que su nombre esté en la lista negra, tiene suerte de que quiero tanto a su hijo que no le contaré de esto porque es lo menos que quiero conseguir, que odie a su madre por haberme alejado de él —finaliza y no espera respuestas para cortar la llamada, solo quería ser escuchada.Flashback—¿En dónde estabas jovencita? —Su madre la esperaba con las manos en la cadera, estaba muy preocupada por su llegada, ya era de noche.—¿Qué te impo
Holly se siente como una guerrera por haberle respondido de esa manera a la señora Elizabeth, quién desde hace tiempo la estaba amenazando, Elizabeth desde que se enteró por Tim que Ascher está enamorado de Holly, comenzó a amenazarla anónimamente, le enviaba correo en dónde le advertía que se le alejara de Ascher o pagaría las consecuencias, Holly nunca hizo caso hasta el día que alejo a Ascher de ella, el recuerdo de ese día lo piensa con tanta rabia, le sorprendió que esa señora llegará su casa aquel día, ese mismo día en la noche fue cuando llamó a Ascher con urgencia, para luego lastimarlo y alejarlo.***—¿Qué harán el fin de semana? —Mónica pregunta abriendo su casillero mientras que sus amigas la esperaban.—Yo saldré con Jack. —La rubia sonríe embobada.—Yo trabajaré. —Da media sonrisa y Mónica hace un gesto de desagrado.—Dile a Ascher que necesitas vacaciones, hay que salir cómo amigas. —Termina de colocar algunos libros en su casillero y luego lo cierra.—No le pediré eso,
—¡¿Ascher?! —lo llama y aunque su vista está pendiente de la carretera, ella siempre tendría su atención.—¿Si señorita Ryan? —Mira a los lados antes de cruzar el semáforo en verde.—Tienes permiso de faltarme el respeto. —Ella se siente tranquila al sacar este tema y aunque hace unos momentos Ascher tenía pensado hacerlo, queda confundido a lo que acaba de decir.—¿Cómo así señorita Ryan? —Que él le diga así le irrita un poco y le pone los ojos en blanco.—Me refiero a que me muestres todo de ti hasta tu lado más oscuro, quiero que si eres un chico atrevido, puedes serlo conmigo, te lo digo o te doy permiso por el hecho de que si vamos a ser pareja, no quiero que temas a tener un apetito sexual conmigo solo por mi pasado, créeme que necesito esto, no quiero seguir teniendo la idea que todos los momentos sexuales son en llanto y, contigo aquella vez que lo hicimos nunca me sentí mal, de hecho quise más, pensé que por mi pasado nunca viviría mi vida sexual, pero contigo quiero vivirla,
—Gracias. —Vuelve a besar su mano y la ve muy sonriente, por fin había encontrado a una chica que no le iba a exigir más de la cuenta, simplemente lo valoraba y eso le gustaba a Ascher.—Muy bien, comamos, en unos minutos tendré que trabajar nuevamente. —Toma sus palillos y Ascher asiente.—Tienes razón señorita Ryan. —Está de acuerdo con ella.—Entonces me parece que tú bebida no lo tomaremos hoy. —Lleva una rodaja a su boca.—Tal vez. —Alza sus hombros un poco inocente—. Podría guárdala para otra ocasión —sugiere.—Pues sí, además, se ve deliciosa, ¿qué es? —pregunta muy intrigada.—Es un vino llamado La Española, es espumante y muy deliciosa, tiene sabor a fresa. —Ella asiente lentamente.—Seguramente debe ser carísimo, no debes gastar tanto para poder disfrutar cosas conmigo Ascher. —Se siente un poco mal y él ríe levemente.—Esa botella sinceramente no cuesta nada, yo no compro cosas por lo caro que sean señorita Ryan, yo compro lo que quiero y porque me gusta —le aclara muy amab
—Gracias por tráeme a casa. —Le sonríe cuando estaciona su auto al frente de su oscuro hogar.—De nada, estoy a tus órdenes. —Le guiña el ojo siendo coqueto y ella se ruboriza.—¿Qué harás mañana? —Saca conversación, pues porque aún no quería entrar a su hogar.—Pues... Es sábado. —Se lo piensa y hace un gesto recordando—. Trevor estará de cumpleaños mañana, organizó una reunión y lo más probable es que vaya, ¿y tú? —Da media sonrisa.—En la mañana nada, pero tengo que trabajar en la tarde. —Aprieta sus labios con lamentación.Ella quería disfrutar su juventud saliendo con sus amigos, pero para Holly ser adulto le tocó desde que sus hermanos nacieron.—De acuerdo, entonces estaré pendiente para llevarte y buscarte. —Se acerca a ella y le deja un beso cerca de los labios.—No tienes por qué hacerlo, disfruta el cumpleaños de tu amigo. —Da una sonrisa penosa.—Voy a fingir que no escuché eso. —Él sonríe y ella le pone los ojos en blanco un poco divertida, él siempre tenía que mandar—. Q
Mientras devora sus labios, una mano traviesa toca su seno y juguetea con ella un poco, luego desplaza su mano, pasa su vientre, deja de mover sus caderas y acaricia sus labios vaginales con dos dedos, ella se asombra, pero no lo detiene, con el dedo medio comienza a jugar en la entrada de su vagina, dando leves golpecitos y con el pulgar hace fricción circularmente en su clítoris, los movimientos varían, de lado a lado, arriba abajo, y la velocidad era lenta al principio, pero poco a poco fue aumentando, a medida que se intensifica el movimiento, la respiración de Holly aceleraba, quería más y que mejor señal con un;—Mmm. —dice entre sus besos, muy deseosa.Ascher no detiene lo que hace con su mano, pero si deja sus labios y se hunde en su cuello, quería seguir escuchando, lame su cuello y su mente aún no entendía a qué se refería con lo del aseo personal, él creía que estaba deliciosa, podría ser que no estuviera lista, sin embargo, no era momento de pensar en eso.Ascher suspende