Capítulo 4

Ella igual planeada entregarlo, no le beneficiaba para nada tener algo que solo fue un préstamo, algo que solo fue con una condición, eso no era un regalo.

—Ah ok, entiendo. —No se sentía incómodo, pero tampoco quería recordar el pasado—. ¿Cómo te va con los libros? —Llegan a su auto y le abre la puerta del copiloto, ella entra y él la cierra para luego adentrarse por el lado del piloto.

—Realmente he dejado de escribir porque me he mantenido muy ocupada. —Él asiente, enciende el auto y lo pone en marcha.

—¿Piensas seguir escribiendo? Es que eres muy talentosa. —Sonríe para sí mismo cuando recuerda que los había leído sin permiso.

—Claro, bueno, no lo sé, si me gusta y es mi sueño, pero realmente escribía para escapar de la realidad, prefería estar en una fantasía ya que mi vida no era del todo feliz. —Se sincera.

Así lo pensaba y deseaba compartirlo, no había nada mejor que compartirlo con él, Ascher siempre la hacía sentir segura de sí misma y en confianza.

—Está bien, pero nunca dejes lo que te gusta hacer, a veces ese tipo de cosas lo necesitamos en nuestras vidas para recordar lo que somos, gracias a ti yo sigo tocando música, sigo cocinando y sigo pintando, no recordaba lo mucho que me hacía feliz hacer ese tipo de cosas, gracias. —Le sonríe y luego sigue mirando su camino, ella se sonroja un poco y tiene suerte que es de noche para que no notará sus mejillas encantadas por él.

—Lo siento por haberte alejado de mí. —Logra decir después de un rato.

—No te preocupes, lo entiendo, pasaste por mucho y créeme que estoy aquí cómo tú amigo, a menos que tú desees otra cosa porque ten en cuenta que yo te quiero para algo realmente serio. —También estaba siendo sincero.

—Discúlpame de verdad Ascher. —Ella se voltea para verlo, estaba muy arrepentida por lo que había hecho.

—Tranquila señorita Ryan, seguramente tenías tus razones, las cuales no sé, pero debía y debo entenderte. —Se ríe un poco para tranquilizarla, tal vez no era una broma, pero quería que supiera que estaba bien y por eso se había reído.

—Eres tan comprensivo conmigo. —Tiene ternura en sus ojos, no se lo puede creer—. ¿Por qué? —Aún no lo entiende, Holly está siendo realmente estúpida en este momento, se supone que no iba a perder el tiempo con él.

—Porque te amo. —La ve y hay tanta verdad en su mirada, realmente estaba enamorado de ella, Holly sonríe ante este momento tan lindo.

—Yo también te amo —dice con tanta emoción.

Ascher se alegra no solo porque sabía que tenía razón, sino porque era realmente sensacional escucharlo de ella. Ascher tenía ese presentimiento de que ella lo amara, pero que lo había alejado para poder recuperarse de su ruptura, aunque igual no tenía sentido, eso ya no importaba, ella ya le había aclarado sus dudas y no le importa el por qué la alejó, solo le importa el resultado del porque lo había hecho, no importa el pasado, antes dolía, pero ahora ya no, porque se aman.

—Quiero que comencemos de nuevo, tú y yo —propone Holly y él está de acuerdo con eso.

—Sería perfecto, ya no hay nadie que nos impida estar juntos. —Estaba muy alegre con la idea de estar juntos—. Por fin Holly, llegó nuestro momento. —Toma la mano de Holly y la besa.

—Pero será paso por paso, ¿sí? —Quería hacer las cosas bien esta vez.

—Me parece bien. —Vuelve a besar su mano, luego anhela el aroma de su piel que tanto extrañaba.

—Dicen que uno siempre vuelve al lugar donde fue feliz y tú eres el mío. —Cierra sus ojos, sonríe y suspira con tanto amor.

—Y tú también eres el mío. —Besa una vez más su mano y se la devuelve con delicadeza—. Mañana te daré un teléfono, necesito que estemos comunicados, te aviso para que no te lleves una sorpresa de disgusto mañana —le informa mirando su camino.

—¿Qué? ¡No! —Estaba horrorizada por lo que había escuchado—. No quiero que me regales un teléfono Ascher. —Se cruza de brazos y lo mira mal.

—Mi amor no te lo voy a regalar, te lo voy a prestar, necesito estar comunicado contigo, yo sé que tú puedes comprártelo, ahora tienes trabajo y sé que puedes lograrlo. —Trata de tranquilizarla pues sabía que le temía a volver a ser la misma chica con quién fue con Tim.

—Bueno, está bien, pero te lo devolveré cuando yo me compre el mío —aclara para que no haya mal entendidos cuando llegue ese día.

—No hay problema. —Detiene el auto en su casa—. Solo necesito hablar contigo de vez en cuando así sea por llamada, habrá momentos en lo que estaré ocupado y estresado, y sé que con escuchar tu voz se resolvería todo en mí, eres mi paz. —Le sonríe.

—Está bien. —Baja la guardia y ve su casa, la mira con tanto desánimo, no quería que su momento juntos acabara—. Adiós. —Se acerca a él y besa su mejilla.

—Buenas noches señorita Ryan. —Sonríe para molestarla un poco, sabía que no le agradaba que le dijeran así.

—No me digas así. —Le pone los ojos en blanco.

—De acuerdo. —Sonríe mordiéndose el labio, ella abre la puerta, toma su mochila y no se va hasta que logra escuchar—. Buenas noches señora Basquin. —Ella lo mira divertida y niega su cabeza cómo si él estuviera loco—. ¿No te gusta? —Muerde su labio tratando de aguantar su felicidad.

—Me encanta. —Expresa con tanto deseo hacía ese posible sueño de ser su esposa, pero no se adelantaría, sería maravilloso, aunque no sabemos lo que pasará en el futuro.

Finalmente Holly cierra la puerta y Ascher no se va hasta que ella esté adentro de su casa, él saca su celular y llama mientras maneja.

—Charlie, quiero para mañana el mejor celular de este año por favor —da sus órdenes y ella asiente del otro lado de la llamada.

Cada uno estaba feliz por este nuevo comienzo que se darían al fin, Holly cierra la puerta principal y se recuesta en ella con tanta felicidad, se muerde el labio sonriente negando su cabeza, no podía creer que al fin sería feliz con la persona que ama, sube a su habitación toda emocionada como una pequeña, se encierra en su habitación y comienza a bailar como hubiese ganado un grandioso premio, bueno, realmente si lo había ganado.

Tocan la puerta de su habitación y Holly se extraña, todos deberían estar durmiendo, ella se dirige hacia la puerta y la abre, era su madre, Martha aprieta sus labios lamentando la molestia y le muestra el teléfono de la casa.

—Alguien estuvo llamándote todo el día. —Se lo ofrece y Holly ya sabía quién era.

—De acuerdo, gracias. —Recibe el teléfono y no le muestra ninguna expresión a su madre, aún necesitaba poder perdonarlos, cierra la puerta y coloca el teléfono en su oreja—. ¡Aló! —contesta para que sepa que ya está disponible.

—Te dije que te le alejaras de mi hijo y así tus hermanos no saldrán lastimados. —Elizabeth estaba más que furiosa.

—¡Pues haga lo que se le dé la gana! No tengo miedo y si algo le llega a pasar a mis hermanos, Ascher será el primero en descubrirlo y no porque yo se lo vaya a decir, sino porque él siempre sabe todo y él quiere demasiado a mis hermanos, así que ¡no más amenazas señora Basquin! —dice Holly muy firme.

Al fin tenía el valor de enfrentar a esa mujer tan cruel, pero era lo bastante crédula como para creer que Holly sigue siendo la misma chica que se deja manipular como antes.

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