Federico

En este momento me encuentro en mi oficina realizando una llamada muy importante.

—Entendido, señor— Afirma la recepcionista

—¿Solamente hay mujeres en esa área de la empresa?

—No, también hay un hombre, pero él tiene cuarenta años.

Reí fuerte—No me interesa su edad. Despídalo o trasládelo a otra área, solamente debe haber mujeres en esa área de la empresa y llamé a la mujer que le pedí para la entrevista laboral.

—¿Usted desea realizar la entrevista?

Negué con la cabeza lo cual es estúpido porque ella no puede verme.

—No y no se le ocurra mencionar mi nombre.—Es todo lo que formulo antes de cortar la llamada

Cuando Isabel sé percate de que también soy dueño de esa empresa ya será demasiado tarde.

Debo preparar el contrato muy bien para impedir que renuncie en menos de un año. En ese tiempo podré convencerla de que me vuelva a aceptar en su vida.

No tendrá opción porque me encargaré de estar muy cerca de ella todo el tiempo y puedo ser muy insistente cuando algo me interesa.