Emma y Leonardo volvieron a la casa de la manada tres días después de su partida, Sophie desde su habitación sentada junto a la ventana mientras trabajaba en su laptop pudo divisar a la pareja salir de entre los árboles, durante unos segundos solamente se dedicó a contemplar la felicidad de su amiga, Emma se merecía eso y más, Leonardo la hacía sonreír de una forma que no había visto en ella en muchos años, he incluso junto a Adriano no estaba segura de haberla visto tan plena.
Había podido notar que el Lobo no trataba de contener a su amiga en una pequeña caja de cristal, no, por el contrario adoraba su fortaleza y había mostrado un genuino respeto hacia sus decisiones. Aquello generaba un propio tipo de respeto hacia la pareja de su adorada amiga.
Sus pensamientos quedaron apagados cuando nuevamente sintió aquella maldita sensación de ser observ
Emma bajó las escaleras junto Sophia a su lado, Sophie venía contándole todo el lío que había tenido que pasar para poder importar las piezas faltantes para reparar su rifle favorito, ya que lo quería operativo lo antes posible y no estaba dispuesta a esperar a que fueran traídas con el próximo cargamento, este tardaría un poco menos de dos meses y eso era inaceptable para un objeto tan importante…-¡Emma! ¡Tienes que detenerlo!- Charlotte llegó a su lado y tomó por la muñeca a Emma para tirar de ella - ¡Leo la va a matar!- se quejó, Sophie miró a Emma mientras sacaba una pistola de su espalda y echaban a correr, atravesaron el pasillo posterior de la casa hacia el extenso jardín trasero que colindaba con el bosque, Ahí, Leonardo sostenía por la garganta el cuello de una mujer pelirroja de cab
Pasaron algunos días y Emma comenzó a conocer a los integrantes de la manada y aunque todos ya sabían que su alpha tenía Luna al fin, el rumor de que había vencido a Kylla la había vuelto extrañamente popular entre los integrantes de la manada y aquello ponía extrañamente incómoda a Emma, quien había sido saludada y presentada por varias personas durante las mañanas siguientes cuando salía a correr junto a Sophie y eran interceptados por alguien en su camino, aquel mismo día cuando venían de vuelta Leo, Roy y Lucas ya estaban desayunando cuando ambas entraron, la mirada de Lucas cayó de forma instantánea sobre Sophie y está hizo una mueca.-aagghh...Perdí el apetito. Comeré algo luego, nos vemos.- dijo rápidamente antes de darse media vuelta y subir rápidamente las escaleras. Emma se quedó perpleja y al cabo de
Emma iba en el asiento del copiloto mientras Leo conducía con tranquilidad entre los árboles en el todo terreno, la morena, nerviosa hacía pequeñas muecas mientras miraba por la ventana el paisaje que poco a poco comenzaba a notar el próximo invierno en Brigus. Leo quien podía sentir y casi palpar las emociones de su fuerte mujer a su lado, tomó una de sus manos y se la llevó a sus labios depositando un pequeño mordisco, Emma se giró ante la inofensiva agresión. -Basta, ellos te adoraran. -No es solo eso, siento que tal vez podrían esperar mucho más de lo que soy capaz de dar y eso me preocupa-confesó- Charlotte me dijo que de repente podrían venir alguna que otra loba en busca de consejo y no se si lo notaste, pero no soy material de psicóloga. -Hola.- dijo ella luchando por mantener los ojos en el rostro del lobo.Lucas miró a su hermosa y orgullosa Mate, casi podía sentir el deseo manar de la testaruda mujer. pero con una personalidad tan peligrosa e impredecible, jamás se atrevería a dar algo por sentado.-Hola- dio un paso al lado dejándole pasar, Sophie dio un paso adentro y se obligó a sí misma a concentrarse en los veinte años de su entrenamiento en vez del aroma masculino de recién bañado del lobo- ¿En que te puedo ayudar?.- preguntó pasando una mano por su cabello con el fin de dejar los mechones húmedos hacia atrás fuera de su rostro. Ella desvió la mirada de la fascinante línea de la musculatura que se reflexionaba ante el movimiento.-Un paquete… - su voz sonó extrañamente débil y64- Juego y Caza
Lucas vio salir corriendo a su bella Mate, aquella mujer despiadada y dominante que lo estaba volviendo loco, soñaba con ella todas las malditas noches, despertaba con la polla dura como piedra y durante todo el jodido día buscaba su aroma de forma casi inconsciente, más de alguna patrulla se había desviado siguiendo su aroma por las mañanas. Cítrico, suave, casi imperceptible, fascinante, aquel era el adjetivo que describía a la mujer que había salido corriendo de su cabaña Fascinante, a pesar de su imagen dura e imperturbable él podía reconocer su fuego y su pasión, aquella mujer ardía en la provocación y Él deseaba fundirse en el calor de sus brazos. Su lobo ya casi al borde de la desesperación le exigía al hombre que reclamará aquel fuego como suyo, había escuchado más de algún compañero de manada hablando de su fascinante mujer luego de que una tarde le enseñara a disparar a algunas lobas Centinelas, aquello habría atraído a más de algún dominante de la manada, tuvo que asegurar
Él chocó su nariz suavemente con la de ella, una tentativa, ella no retrocedió, a su vez cerró sus ojos, y él entendió, había ganado, este era su premio, sin esperar más, reclamó sus labios, el choque de la sensación exigente y posesiva hizo que la castaña soltara un suave gemido contra su boca, sus uñas se enterraron suavemente en la piel blanquecina del lobo, un gruñido gustoso retumbó en su torso, aquel sonido no deberia poder salir de un humano, mucho menos enviar un latigazo directamente a su sexo, Sophie sintió el impulso de cerrar los muslos, solo su increible y competente entrenamiento se lo impidió, sus uñas se deslizaron desde sus hombros rasguñando la piel, pasando por su nuca y perdiendose en su cuero cabelludo donde jalo de las blanquesidas hebras en una demanda exigente mientras se apegaba más al depredador sintiendo todas sus defenzas temblar ante la exquisitez de su lengua contra la propia, el lobo por su lado no esperaba aquella caria exigente y abrio sus ojos solta
Sophie despertó primero antes de abrir los ojos, su nuca tenía un dolor ardiente y algo más, si se concentraba podía sentir una especie de cuerda que la tiraba, la hacía conectar con algo… alguien, se dió cuenta ella, una ola de emociones venían desde ese nuevo núcleo conectado a ella…. NO… Ella no había decidido eso, no había forma que la obligasen y a pesar del exquisito calor que irradiaba, una fuerte de seguridad y fuerza que no creía posible… a base de pura voluntad y … miedo, aún que no fuese capaz de admitirlo, puso un par de puertas psíquicas en su lado de la conexión, y cuando se sintió sola y el vacío otra vez, abrió los ojos, por la puerta de la habitación entraba Lucas, gruñendo cual animal, a torso desnudo y solo con un par de jeans rasgados y viejos, colgado pecaminosamente bajos por los oblicuos marcados del hombre, en los ojos la bestia mirándola con irá, en la mano llevaba una espátula. En cualquier otra situación la imagen del hombre habría despertado algo nuevo en e
Leonardo siguió el rastro de su general por el bosque en forma del enorme lobo negro que tenia, Lucas era su general por una razón, no solo era el más fuerte fisica y mentalmente despues de él y Roy, ademas de ello, era el mejor escondiendo su rastro y buscando el de otros. una capacidad indispensable para su cargo como general, esto debido a que Lucas era el encargado de mantener todo intruso que no perteneciera a la manada, fuera del territorio de SolTerra, pero Leo era un alpha y como alpha conocía el aroma de cada uno de los miembros de su clan, desde los más ancianos hasta los pequeños cachorros nacidos en la manada, era normal que los cachorros se colaran en la casa de la manada o en los jardines de la misma, Leo conocía cada problema, cada meta, cada pareja y conflicto que pudieran tener todos ellos, eran su gente y él era el encargado de protegerlos, incluso de ellos mismos de ser necesario. Encontró a Lucas tres minutos más tarde, el enorme lobo blanco casi del mismo tamaño