— ¿Cccero tresss? ¿Qué essstasss haccciendo aquí? — preguntó Yo con desconfianza.— Vengo a unirme a la manada, cccero ssseisss.—Me llamo Yo.— Veo que sssiguesss con esssa tontería.— No esss ninguna tontería. ¿Cómo hasss huido, cccero tresss?— Aprovechando una misssión. No volvissste y no sssabían sssi habíasss muerto o desssertado porque nadie podía essspiar a la manada. Cuando inffformaron de una sssombra en el ataque de Brisssa Plateada, me enviaron.— No me fffío de ti.— Esss normal. Yo tampoco lo haría en tu lugar."¿Qué sucede, Yo?""Esss una de lasss sssombrasss masss lealesss a lasss brujasss. No confffío en ella.""Pero si hace el juramento no podrá hacernos nada, ¿no?""No lo sssé. Lasss brujasss sssaben demasssiado de magia y el juramento esss magia. Quizzzásss sssepan contrarressstarlo de alguna manera.""Entiendo. Pero si no la acepto, nada nos asegura que no cumpla su misión.""Lo ssse. Podría ssser sssu sssombra. Ssser la sssombra de una sssombra." — y comenzó a re
No me atreví a mover el cuerpo pero Isa llegó rápidamente.—¡Reina! ¿Estáis tú y la princesa bien?— Sí, pero Nariel no. Necesita ayuda.— ¿Por qué te trajo hasta aquí?— Eso es un asunto sobre el que debo pensar. No ha venido a hacernos daño. Isa me lanzó una mirada extraña.— Por supuesto, mi Reina.Mientras las manos de Isa brillaban y hacían su magia, no podía evitar pensar en la situación actual. ¿Habían metido un traidor? ¿Llevaba tiempo o estaba en la puerta esperando? ¿Quizás lo meterían más adelante? Ya nos pasó con una integrante del clan Blackleg... Aunque también podía ser todo una mentira y querer crear desconfianza y discordia. ¿Cuál era la verdad? ¿O acaso ambas cosas eran ciertas? ¿Quizás habían dejado escapar a Nariel de forma intencionada, con una información falsa pero que él creía verdadera para desestabilizar la manada? Ese aquelarre era lo suficientemente retorcido como para hacer un movimiento así. Solté un suspiro.— Lo siento mucho, Isa... No quería ser tan d
Entramos en la habitación del hospital y Jake nos saludó con una sonrisa.— Hola y bienvenida. ¿Podría saber quién de todos los nuevos eres, por favor? — Hola, soy Ana, hija de Artemisa , futura Bruja Principal del Aquelarre Hoja Eterna y antigua profesora de la Reina Mar. Es un placer conocerte, Rey Jake. Jake la miró con sorpresa.— Desde luego no te andas por las ramas. Eso está bien. — Jake torció el gesto — Sí, sí, está bien. Susan pregunta a ver qué haces aquí y porqué si eres una bruja no le dijiste antes lo que era Mar. E insiste mucho en decir que está muy enfadada contigo.— ¿Susan? ¿La madre de Mar? ¿Pero qué..? — comenzó y seguido comenzó a reírse — Malditas diosas. Ya sé porqué mi madre me envió aquí. Pero... no os va a gustar.— ¿Qué sucede, Ana?— Estoy convencida de que mi madre ha hablado con Selene y han llegado a un acuerdo. Por eso Artemisa me envió aquí, porque soy una bruja verde... con un amplio conocimiento de magia de almas y un poco de magia de sangre. Sé c
Todos me miraron con sorpresa.— ¡AY, SUEGRA! ¡No me grites! — se quejó Jake — ¡No sé porqué no lo ha dicho antes!Miré a Jake con cara de disculpa.— Lo siento, son varios asuntos a tratar. Me dijo que se encuentra en el Castillo de los Horrores, en el laboratorio cinco de la tercera planta. Que huyó de allí. Ana e Isa se miraron sorprendidas.— Esa es la sede de las hijas de Hécate, allí se encuentra la Bruja Principal. — dijo Ana.— Bien, porque así de paso matamos a Rose. — dije contenta.— Rose es la heredera. La Bruja Principal es su madre, una bruja que nadie sabe cómo es. Se dice que es la misma bruja que fue rechazada por un Bendito.— dijo Isa.— Lo único que se sabe es que es descendiente de Hécate, o eso dicen. Todo lo que la rodea es un misterio. Sólo hay rumores y habladurías. Ni siquiera se sabe exactamente dónde se encuentra el castillo. — dijo Ana.— Dijo que estaba en el límite entre el mundo humano y el infierno.Elisa y Yo ahogaron un grito y los miré.— ¿Sabéis al
Pasaron varios días. En ese tiempo, había hablado con Emily para decirle lo que había decidido y se emocionó mucho más de lo que pensé que sucedería. Creía que podía entender bien el alcance de que la subestimasen pero estaba claro que me había quedado corta. La manada acogió encantada a los nuevos Beta (aunque el rol de Elisa se había limitado a ser la Beta de la información) y se mostraron entusiasmados ante la llegada de mil compañeros abeja. En especial las chicas, algo que me preocupó un poco por los zánganos. También hablé con Isa, que me explicó acerca del consejo de brujas. Al parecer, por cada tipo de magia, existía un aquelarre que dominaba sobre los demás y cada cierto tiempo se juntaban para hablar de la magia, problemas, decisiones conjuntas etc. El suyo era el predominante de la Magia Blanca y el de Ana era de la Magia Verde. Rose era quien representaba a la Magia Negra desde hacía tantos años, que todos habían olvidado el aspecto de su madre. Todo iba bien excepto por
Desde que había dado el golpe de gracia a mi hijo, nada era igual que antes. Ahora que sabía algunas de las cosas que había hecho, me sentía en la obligación de arreglarlas y averiguar todo lo que él pudiera saber. Así había sido como le había pedido a María y a Jacob que fuesen enviándome cualquier papel o documento, digital o impreso, que viesen. Incluso si lo consideraban una perdida de tiempo o algo de hacía eones, yo quería revisarlo. Paul había descubierto que la mujer de Esteban había huido de Sunlight hacía tres generaciones, algo que todos habíamos olvidado, así que era posible encontrar más información acerca de ella o de cualquier otro miembro de la manada. Hoy era otro día de tantos: después del entrenamiento de la manada y de hablar con Joselyn la pauta del próximo entrenamiento, volvía a estar enfrascado en una pila de aburridos documentos. Muchas veces había pensado en desistir, pero no había mejor motivación que la de querer saber lo mismo que mi difunto y malvado hij
— ¿Pero qué está pasando aquí? — pregunté estupefacta al ver a Ana, Isa y Laida en una pelea.— ¡MI REINA! ¡HUYE! — me gritó Isa mientras un haz de luz blanca la rodeaba, alejando el humo. Tosí ligeramente y activé mi protección mágica por instinto.Iba a preguntar el motivo cuando un rayo de luz negro salió de las manos de Laida en mi dirección. No pude esquivarlo pero la protección mágica de mi poder como Bendita junto con las ropas hechizadas de Isa, lo destruyeron.— ¿Laida? ¿Qué estás haciendo? — pregunté sorprendida mientras corría detrás de Isa y Ana, con Lúnula siguiéndome. Habían lanzado algún hechizo, porque ahí el aire no tenía humo. Agradecí aquel bocado de aire fresco.— ¡JODER! No esperaba que activases esa mierda. — me dijo enfurecida.— ¿Eres una bruja? — sabía que la pregunta era obvia, pero necesitaba la confirmación.Ella tan sólo se rió con crueldad y lanzó una bola de oscuridad que la magia de Isa repelió. Observé a Ana y me di cuenta que estaba jadeando, agotada.
Habían pasado varios días desde la traición de Laida. El hospital estaba de nuevo destrozado y había que volver a comprar varias maquinarias bastante caras. Habíamos creado, en un edificio que iban a ser unas oficinas, a los pacientes del hospital. Los miembros de Luz de Luna también hicieron un sitio en sus casas para la mayoría de los pacientes, que no tenían ninguna enfermedad contagiosa o requiriesen de unos cuidados muy específicos. Ana se había recuperado de su agotamiento y ya podía encargarse de nuevo de Jake. Además, desde que Laida huyó, Jake dejó de recibir ataques por lo que estaba casi todo el tiempo despierto y volvía a ser el de siempre. Por seguridad, se había trasladado a La Casa de la Manada (que era mi antigua casa, pero bastante ampliada por las viviendas de alrededor) junto con todos los guardaespaldas, algunos médicos y varios guardias. También se sumaron a la defensa algunos híbridos, un par de brujas blancas y siempre había abejas revoloteando entre las flores