Nuria no me daba tregua: tenía que reconocer que ella era muy hábil con la magia. Me lanzaba rayos, cuchillas de hielo, bolas de fuego, creaba enredaderas en el suelo que intentaban capturarme y muchas cosas más que hacían que tuviera que esquivar como fuera todo. Me resultaba imposible acercarme a ella mientras luchaba solo.— ¡MUÉRETE IMBÉCIL! — gritó la loca mientras sus ojos se volvían negros y me forzaba a esquivar un humo de color negro que lanzó en mi dirección.— Ya te dije que quien va a morir hoy, eres tú. Acepta tu destino, bruja.Ella tan sólo se rió y me dió un breve descanso: no sería fácil acabar con ella yo sólo, tendría que aprovechar su mayor debilidad: la volatilidad de sus emociones. Tan sólo debía ver cuándo me convenía. Noté cómo el cielo relampagueaba y di un salto lateral cuando vi caer un rayo justo en el lugar en el que me encontraba hacia un instante. Olí el fuego antes de verlo y me agaché de forma instintiva: una lengua de fuego líquido pasó por encima de
Me sentía... raro, como si tuviera algún tipo de fiebre. Había tenido un buen sueño, uno aterrador con un final feliz, pero ya era hora de despertar y enfrentarme a la realidad. Me moví un poco y noté que estaba en algún lugar cómodo, calentito y muy suave."Qué extraño... ¿Por qué las brujas me darían algo así? Mid, Susan, ¿sabéis el motivo?" — les pregunté adormilado."¿Brujas? Conseguimos huir, Jake. Estamos en casa. ¿No lo recuerdas?" — me preguntó Midnight preocupado."Pero eso era un sueño, Mid. Yo hablo de la realidad.""No era un sueño Jake. Estamos en la manada de mis niñas.""¿No era... un sueño? y entonces... ¿por qué me siento tan mal y tan confuso?""Tienes fiebre, Jake, y una muy alta.""¿Fiebre? ¿Por qué?""No lo sabemos. Esperábamos que te despertases para poder preguntar." — dijo Susan.Me esforcé en abrir los ojos: pesaban como si tuviera plomo en los párpados.— ¡Que alguien avise a la Reina! ¡Se está despertando! — escuché gritar a una voz masculina. Escuché ruidos
Vi cómo cayó dormido del agotamiento. Él no se daba cuenta porque no podía mirarse pero parecía un cadáver: no le quedaría mucho tiempo de vida."Mar, no podemos dejar que muera". — me dijo Sahira."¡Es nuestra madre! No podemos matarla.""¿¡Y prefieres que nuestro cachorro crezca sin padre y sin abuelos!?""¡NO! Jake vivirá y mamá se salvará"."¿¡CÓMO!?""Isa encontrará una solución... sé que lo hará. A tiempo. Confía en ella"."¡MI PAREJA SE ESTÁ MURIENDO!""¡TAMBIÉN ES MI PAREJA!""¡PUES NO LO PARECE!" Sentí aquello como una puñalada al corazón y Sahira se dió cuenta."Mar... yo... lo siento mucho... no quería...""Sí, querías. Vete. No quiero saber nada de ti."Noté cómo Sahira se retiraba lentamente, cabizbaja y con la cola gacha.— Mi Reina... ¿se encuentra... bien? — me preguntó con preocupación un médico. Me sequé rápido las lágrimas.— Sí, estoy bien. Muchas gracias por preocuparte. — dije con una sonrisa amable y me sorprendí al notar mi voz totalmente firme.— Si necesita
Fui la primera en pasar a la habitación y esperé a que entrasen. Sabía que algo estaba sucediendo y quería saber que era. Confiaba en que el secretismo y el nerviosismo que mostraban no fuese porque quisieran matarnos a mi o a mi bebé."Antes mueren ellos que yo." — dijo Sahira en mi mente. La ignoré, seguía muy dolida con ella."Por favor Mar... lo siento mucho. Sé que tú también amas a Jake con toda tu alma... estamos juntas, puedo sentirlo. Yo... no soporto estar así contigo. Me recuerda a cuándo creías estar loca y... lo siento. Por favor, perdóname..." Seguí ignorando a mi loba aunque estar enfadada con ella me dolía mucho más de lo que quería admitir: me había acostumbrado a confiar en ella, a hablar con ella, se había convertido en esa amiga que sabes que nunca te traicionará. Por eso me había dolido tanto su comentario.Se cerró la puerta y observé a las cuatro personas que tenía frente a mi. Una de las chicas , de pelo liso, largo y castaño miraba a Jake con una expresión ex
Pasaron algunas semanas y busqué información acerca de los híbridos, además de escuchar a Isa y pedir al clan Blackleg que creasen la toxina: por lo que me habían dicho, los "métodos de persuasión" que ellas utilizaban eran una combinación de instrumentos de tortura con todo tipo de toxinas, ya que en palabras de la propia Elisa: "No existe ningún veneno en el mundo que no podamos fabricar". Lo malo era que esa toxina en particular era bastante compleja y su fabricación no era sencilla, así que se había asignado la tarea de fabricarla a varias arañas: de momento, conseguíamos tener una fabricación algo superior a la dosis que necesitábamos. Isa había hablado con los híbridos y había encontrado muy interesantes sus métodos y estaban viendo cómo podían combinar sus magias y poderes para salvarlos. Incluso Yo se pasaba varias veces de forma diaria para aportar algún matiz y ver si su magia negra o de sangre podía ayudar en algo. También hice público que teníamos híbridos en la manada y q
Me metieron en el paritorio y me dieron la epidural (o lo que fuera el equivalente de los lobos, aún había muchas cosas que desconocía). No sé el tiempo que pasé así, ya que el dolor era bastante fuerte pero no había dilatado lo suficiente. Todos en el hospital estaban de los nervios y no paraban de revisar cosas. De fondo, escuchaba a Jake exigir estar presente en el parto. Los médicos intentaban convencerlo de lo contrario... a gritos. Desde que había roto aguas, parecía que todos se habían olvidado de hablar y sólo sabían vociferar cosas. Por supuesto, con el ajetreo la manada se había enterado de que pasaba algo con mi bebé y habían acudido, en masa, corriendo al hospital. Después de aquello, enseguida fue vox populi que me había puesto de parto y la seguridad del hospital tuvo que intervenir y bloquearles el paso, ya que todos querían ver al futuro Alfa de la manada. Los únicos que pudieron pasar fueron mis guardaespaldas (los que no estaban en el hospital llegaron rapidísimo) y
Estaba tranquila en el bosque, observando la naturaleza. Había días que echaba de menos el ajetreo de un pueblo o una ciudad pero en cambio había veces que... bueno, sólo quería dejar pasar el tiempo mientras admiraba toda la creación. De vez en cuando, acudía para encontrar la paz interior o reflexionar: hoy era uno de esos días.Cuando era pequeña, en mi aquelarre me decían que era especial, que había sido bendecida por nuestra madre gracias a mi gran potencial mágico. ¿De dónde había salido? Nadie lo sabía, tan sólo aparecí una noche, recién nacida, en la puerta de la Bruja Principal, sin que nadie hubiera visto algo. Allí me acogieron y me cuidaron aunque pronto se vió mi gran potencial. Me prepararon para ser la próxima Bruja Principal y liderar el Aquelarre pero yo no quería eso: quería conocer mundo, descubrir mis orígenes. Por desgracia no encontré ningún rastro de mis padres aunque aquello se contrarrestó con el fascinante mundo que me rodeaba, y tampoco estaba exenta de la e
Salí con mi hija en brazos y acompañada de cuatro de mis guardaespaldas. Los otros dos se quedaron con Jake para evitar cualquier problema. Joselyn llevaba un cochecito de bebé por si necesitaba dejar a mi hija en cualquier momento. Habíamos comprado de todo durante el embarazo, por lo que pudiera pasar. Estrella llegó corriendo.— ¡Mi Reina! Disculpa la tardanza, no sabía que habías salido del hospital. He venido en cuánto me he enterado.Sonreí a Estrella mientras cogía el cochecito a Joselyn.— No te preocupes, es por las visitas a la manada. — Entiendo. Yo cuidaré de la princesa siempre que sea necesario. — Yo puedo cuidar de mi hija perfectamente, Estrella. — dije con un tono más arisco del que esperaba.— Por supuesto, mi Reina. Me refería a cuándo estés demasiado ocupada con el trabajo para cuidar de la princesa. Será un honor encargarme de ella."Parece que ya tenemos niñera." — dijo Sahira."Estoy segura de que saldrán cuidadores por todos lados.""Sí, pero sabes que no se