Otro más porque luego dicen que me tardo "demasiado" en subir caps de esta novela jajaja nunca cambien :3
— ¿Qué tan bien conoces el bosque de Herrer?Me miró confundida así que tuve que suspirar y rezar al cielo en busca de paciencia.—Estamos en el bosque de Herrer. Contaba con que al menos supieras en qué dirección se encuentra del castillo. — Dije distraída parándome y calculando la distancia del piso hasta la ventana.—¿Cómo sabes dónde estamos? — Preguntó sospechosa y recelosa.Yo gemí con frustración.—Porque yo ocupaba mi tiempo en cosas más productivas que el adecuado número de platos principales que servir a mis invitados en una fiesta de té. Se llama leer, Isabella. Más específicamente, leer sobre el territorio que técnicamente gobiernas. — Dije zafándome de mis ataduras y masajeando mis muñecas. Otro bonito truco que aprendí del tío Chad.—¡Soy tu Luna! ¡Debes hablarme con respeto!—Eres una loba que no tiene dos neuronas funcionales. Yo hablo con respeto a los lobos y lobas que lo merecen… o a los animales que son infinitamente más inteligentes.—¡Tú...!—Si, soy lo peor y si
Al día siguiente el Sádico llegó con la bandeja de comida y como había dicho mi amada Luna, nos quiso poner a combatir por ella.Por supuesto cambió de opinión cuando fui hacia el cubo del rincón e hice parecer que tomaba un puño de aquello para arrojárselo a él.La puerta se cerró rápidamente.—Toma un poco de agua y déjame el resto. — Dije a Isabella tomando los cubiertos.Nuestros captores comprendían la importancia de tener a sus rehenes hidratados por lo que nos dejaban una pequeña cubeta llena de agua para beber. ¿La comida? No tenía idea de qué era y por el momento no quería averiguarlo. Le di dos bocados sin saborear y le dejé el resto a la otra loba.Ella dio unos cuantos sorbos y obedientemente me extendió el recipiente sin mirarme. No era de extrañar después de las dos bofetadas que le tuve que dar para que cooperara ayer y el pequeño moratón que lucía hoy de cuando no quiso estar de acuerdo con mi plan más temprano.No lo disfruté… demasiado.Lo tomé y me dirigí al extremo
Hizo una pausa y luego continuó con voz inestable.—Un grupo de salvajes se había encontrado con su patrulla y ninguno sobrevivió. Mi madre estaba devastada y tuve que ir con un curandero para que le recetara algo para poder dormir. Eso terminó con nuestros pocos ahorros y, ahora que teníamos más deudas debido a los gastos funerarios de papá, me encontraba desesperado. Firmé para el préstamo y eso nos ayudó por un tiempo, pero hace un mes el prestamista fue a casa a reclamar el dinero que obviamente no había juntado. Entonces me dijo que de una u otra forma recuperaría su dinero y con un chasquido de dedos, diez lobos aparecieron de la nada y me sometieron para tomar prisionera a mi madre. Luego me dijeron que tenía que unirme a los rebeldes por un mínimo de seis meses si quería ver a mi madre y hermana de nuevo.—Mientes. — Dijo Isabella en mitad de su recorrido por más tierra. — Mi hijo no ha subido los impuestos desde que subió al trono. De hecho, tengo entendido que hace un par de
— Déjenlas ir, yo pelearé con ustedes. — Dijo valientemente Jamie. – No permitiré que les hagan daño.Ah, era un buen lobo. Necesitábamos a alguien así al frente del Continente y no al idiota en el poder.Yo me transformé y evalué la situación.— ¿Dejarlas ir? Claro, ¿También debemos de regresar el dinero que robamos? ¿Pedir perdón a los aldeanos que masacramos?Los lobos comenzaron a reír.— Ustedes saben que esto está mal. ¡Es nuestra Luna!— Si, es nuestra Luna. Si no fuera porque el jefe ha ordenado que no la toquemos ya la tendría debajo de mi rugiendo mi nombre. — Dijo uno de ellos.— Aunque, nadie dijo nada sobre la rubia, ¿O si, chicos? — Dijo otro lamiéndose los labios.— ¿Yo? — Dije soltando un emocionado chillido femenino muy poco creíble cuando uno de ellos se acercó de repente. — Si quieren un rato de diversión, solo tenían que pedirlo amablemente. Incluso puedo morderlos un poquito para su placer. — Dije aleteando mis pestañas.— Suena delicioso, muñeca. — Dijo el tipo qu
— ¿Cómo... cómo es posible? — Dijo el chico de la pierna rota.— Muchos años de entrenamiento y práctica. — Dije rompiendo un pedazo de mi vestido y haciendo una venda improvisada para su pierna. De nada me servía si moría antes de ver qué pasaba con él.— No... no... Tú... Aquí no hay salvajes.— Es un alivio saberlo. — Dije apretando el vendaje mientras el tipo aullaba de dolor. — No seas un cachorro, solo es un hueso roto.Y si, el tipo estaba exagerando. Yo me había roto un brazo hace un par de años y no estaba gritando como él. Aunque eso podía deberse a que de hecho me encontraba bajo los efectos de una planta alucinógena. Larga historia.—¡No saldrás de aquí con vida, maldita perra! — Dijo uno de los tipos cobardes que no se había suicidado aún. Se transformó en lobo a pesar de sus heridas y aulló poderosamente antes de que su cabeza rodara por el suelo.— Buen golpe, Jamie. — Dije con una sonrisa mientras Isabella estaba al borde de la histeria. — Su gran y valiente majestad,
El asintió con la cabeza.— Investigación.Después de esa sola palabra no volvimos a hablar hasta casi los límites del bosque.No porque yo no quisiera, sino porque ambos sabíamos que para salir de aquí sin dejar cuerpos a nuestro paso era necesario el silencio.No le temía a otras cuantas peleas, pero como ya he dicho en incontables ocasiones: Yo no soy inmortal ni tengo una energía infinita.No había comido ni dormido bien en días; eran solo mi jodido orgullo y ganas de fastidiar lo que me mantenían en pie.— Hueles a vainilla. — Dijo tan suavemente que casi me lo perdí. — Es agradable.— Emocionante, continua. — Dije regalándole una sonrisa mientras jugaba con mi cabello como una colegiala enamorada.Cole suspiró y quitó el mechón de mis dedos con el que estaba jugando.— Basta.—¿Por qué? — Pregunté desconcertada.— Me distraes. — Ignoró mi enorme sonrisa y luego miró hacia enfrente escaneando el terreno. — Entonces, querido Kyrian. — Dije mirando hacia atrás. — ¿Cuándo se dieron
Fuera nos encontrábamos más expuestos así que guardamos silencio y estuvimos alerta.La suerte por fin estuvo de mi lado cuando llegamos a la muralla y ningún lobo me saltó al cuello.— Un placer, caballeros. No lo hagamos de nuevo. — Dije despidiéndome de los guardias que nos habían acompañado. — Envía mis ganancias a mi casa, Kyrian. ¿Jamie? Gracias por ayudarme con "Pierna", yo me encargo desde aquí.— ¿No es ese tu amigo también? — Preguntó Cole con el ceño fruncido cuando Jamie dejó caer con fuerza al piso su feo bulto de carga.— No, solo es el primer lobo al que he mordido desde que soy salvaje.Cole se tensó y miró al tipo inconsciente.— Es peligroso Lily.— Tal vez, por eso lo encadenaré a mí como mascota.— No puedes tener a un salvaje como mascota. Sácalo de la Ciudad, no lo tendré paseando por mis calles.— No estará paseando, estará siendo arrastrado por la Ciudad. ¿Me ves con los músculos suficientes como para hacer algo más que ensuciar la calle con su cuerpo? En todo
Enseguida los lobos más sobrios se levantaron de sus asientos y se colocaron delante de mí en actitud protectora. Eso me llenó de calidez mi corazón.— Hola, majestad. — Hice una respetuosa reverencia. — El príncipe heredero está por allá. — Dije señalando a Cole que se encontraba mirando el espectáculo sin mediar palabra.Karel miró a su hermano y regresó su atención hacia mí.— ¿Estás herida?— ¿Estás aquí por mí? — Pregunté curiosa.— ¡Pues claro que estoy aquí por ti! ¡Contesta la maldita pregunta! — Dijo apretando los puños.— Oblígame. — Dije cruzándome de brazos. El alcohol y mi estómago vacío me dijeron que era buena idea provocar al rey.— Baja de ahí. — Dijo gruñendo.— Oblígame.—Ella se encuentra bien, majestad. — Dijo Cole haciéndose escuchar con su deliciosa voz. Lamí mis labios que repentinamente se encontraban resecos; eso hizo que Karel frunciera el ceño. — ¿La necesita para algo?Los hermanos se miraron a los ojos y el silencio reinó en la habitación.— Dos monedas d