Aitana y Lucas por fin podían estar juntos, la reconciliación de Ámbar y Julián, sin duda, era la mejor noticia de todas. Aunque no para todos.Pero eso no quitaría las ganas de estar a solos y sin perder tiempo se escaparon a un hotel donde podían hacer cosas las cuales Lucas quería enseñarle a su novia. Ya había sido el príncipe azul, delicado y amorosos.Ahora necesitaba sacar ese lobo interior, enseñarle un poco del placer, de juegos entre ellos, descubrir otras formas, que él quería. Verla hacer algo que le diera vergüenza y ser él quien le dijera lo hermosa que era así.Aitana estaba sorprendida y sin querer se excitaba nada más imaginar lo que Lucas podía hacer en su cuerpo.La suite del hotel era un santuario de placer. La luz tenue de las velas proyectaba sombras en las paredes, creando un ambiente íntimo y sensual. Aitana, con un vestido de esos que amaba Lucas, los cuales se veían tan recatados, pero que le daba acceso a meter su mano donde la humedad se hacía, presenté en
El amor entre Lucas y Aitana crecía con cada día que pasaban y cada encuentro que tenían. Y habían pasado dos días y las vacaciones más esperadas, llegaban.Ámbar y Julián seguían en su reconciliación, visitando cada lugar especial y siendo captados por Rocco, quien seguía con su obsesión.El padre de Aitana no estaba aún convencido del amor de Lucas por su hija. Pero igual decidió darle una oportunidad para que demostrara cuánto respetaba a su hija. —Sé que estás muy feliz, hija. Pero yo aún no me creo ese amor de Portillo, por ti. —Comento Antonio mientras picaba un bocado de carne.—Amor, por favor —Acuso Pamela.—Está bien, papá. Esperaré a que confíes en él. —Dijo Aitana, entendiendo la desconfianza de su padre por Lucas.—Iré a hablar unas cosas con él. El viejo fuente lo tiene de encargado y me quiero asegurar que sea un buen administrador en un mañana.Aitana asintió y sonrió a su madre, quien tocó su mano para que no se pusiera nerviosa.Mientras que los padres de Lucas, no
Los minutos que Lucas tenía intentando llamar a Aitana, los aprovechaba ella, para empacar y salir en el vuelo que estuviese disponible. No le importaba si era o no en primera clase. Solo necesitaba salir de ahí lo más pronto posible, respirar aire libre y en su lugar favorito era el más indicado.Aitana decidió no molestar a Ámbar, estaba segura de que ellos intervendrían por Lucas. Obligándola a hablar con el primero antes de tomar la decisión de irse así, y el dolor de escuchar a esa mujer y ver esas fotos la tenían cegada.Su padre estaba preocupado, tratando de persuadirla de esperar a que se calmara un poco y así tomar una mejor decisión.—¿Estás segura mi amor? —preguntó Antonio nuevamente.—Si papá, quiero estar sola. Por favor, prometo estar bien. — casi suplicó Aitana con su voz quebrada.Su padre asintió resignado. Ya no podía hacer más. Solo escuchar los insultos de su esposa en poco tiempo. Con lo dramática que era, ya empezaba a tener dolor de cabeza.Antonio se encargó
La voz de la madre de Aitana resonaba por toda la casa, acusando a su esposo de haber sembrado la discordia entre su hija y Lucas. No, sé esa manera, sin conocer bien la historia, Pamela estaba segura de que había una explicación para todo eso.Antonio, con el ceño fruncido, intentaba calmarla, negando rotundamente cualquier acusación.—¡No puedo creer que dudes de mí! Yo jamás le diría Algo a mi hija, sin estar seguro —exclamó, su voz cargada de frustración. La madre de Aitana, con los ojos enrojecidos, lo miraba con desconfianza. —Entonces, ¿cómo explicas que se haya ido sin decir nada? ¿Cómo explicas que le mostraste esas fotos sin hablar con Lucas? —Reclamo panela muy enojada.—Ella lo llamó y contesto una mujer. Dejándole claro que Lucas jamás cambiará —Dijo Antonio.—Él asegura que estaba en el baño y que antes le pidió a esa mujer que se marchara. Debiste enfrentarlos. Ahora mi niña se fue y no se nada de ella. —con lamento hablo Pamela.Cayó sentada en el sofá, secando sus
Las horas parecieron eternas para Lucas. Con cada turbulencia del avión, su corazón palpitaba con fuerza. La idea de volver a verla lo llenaba de una mezcla de emoción y nerviosismo.Lo único que deseaba en ese momento, era poder explicarle a su hermosa que jamás la cambiaría por Sofía, no por una mujer ambiciosa e interesada. Para él, solo Aitana, había llenado todo su ser. Toda ella, era perfecta, no quería que cambiara en nada.Sonreía al recordar su primer beso, uno que logro llenar cada rincón de su ser, erizo su piel como nunca y sin más, se convirtió en un adicto a ellos.Finalmente, el piloto anunció el descenso y Lucas se levantó de su asiento, ansioso por salir de ese encierro metálico.Al pisar suelo argentino, el aire cálido y húmedo lo envolvió. Pero rápido Tomó un taxi y, con la dirección del orfanato en la mano, le indicó al chofer que acelerara. Su mente divagaba en mil pensamientos: ¿Aitana lo perdonaría? ¿Estaría enojada? ¿Lo recibiría con los brazos abiertos? Y lo
Un par de días después, las dos parejas estaban felizmente. Aitana y Lucas seguían en el orfanato, creando un maravilloso proyecto para hacer crecer el orfanato y darles un hogar a quienes más lo necesitaban.Por otras partes, La felicidad que habían estado cultivando Ámbar y Julián en una magnífica semana de reconciliación, estaba a punto de ser ensombrecida por una tormenta inminente.Rocco, obsesionado con destruir su relación, había estado tejiendo una telaraña de mentiras y manipulaciones en medio del secreto de ámbar y Julián en su relación.Cristina y Noelia esperaban a tener sueños relacionados con mentiras y secretos, razón para pedirle a Julián que ya era hora de hablar con todos.Rocco, había seguido a la pareja durante días, capturando cada momento de felicidad con su cámara. Besos robados en parques, abrazos en la playa, risas compartidas en cafés… Cada imagen era una puñalada al corazón de Rocco, quien las guardaba celosamente para su macabro plan.Conocedor de la experi
Julián y Ámbar, decidieron tomar un vuelo desde Italia hasta Argentina y enfrentar a la familia de Ámbar sobre su relación. Ya no podían seguir ocultando nada, había llegado el momento, el cual ambos tenían y de la peor manera posible.El avión aterrizó en Buenos Aires, y con él, la esperanza de Julián y Ámbar de enfrentar la verdad y esperar que todos entendieran que entre ellos fluyó el amor a primera vista y era sin duda un fuego imposible de apagar. Al salir del aeropuerto, una camioneta negra los esperaba, lista para llevarlos a la mansión Urrutia. El corazón de Ámbar latía con fuerza, anticipando la reacción de su familia.Sobre todo de su papá y tío, Carlota también esperaba para intervenir un poco, si la situación empeoraba. Era la más conocedora de toda esa relación.—Todo va a estar bien, lobita. —Susurro Julián acariciando sus manos.—Tengo mucho miedo —musito ella, Julián la abrazo fuerte, besando la coronilla de su cabeza.—Prométeme que no harás nada tonto. Estaremos ju
Ya con nada que hacer en la mansión de Cristina. Noelia y Leonel decidieron ir a su mansión, ya solo quedaba que los padres de Ámbar decidieran que hacer, y lo más seguro, era que tenía que aceptar l relación entre ámbar y Julián.Noelia sabía que su esposo tenía algo que decir y no se atrevía. Su mirada y como la ignoraba, lo decía todo. Y ella no se quedaría callada, a todos lo que él le dijera, ella contestaría sin problema.El largo camino hacia la mansión se convirtió en un escenario de tensión. Leonel, con el rostro endurecido por la ira, y Noelia esperando pacientemente lo que tenía que decirle.Hasta que no aguanto en reprocharle a Noelia.—No entiendo cómo pudiste ocultarme algo así —espetó, su voz resonando en el interior del automóvil. —Hasta que te dignas a decir algo. —Respondió Noelia con sarcasmo.—Estoy hablando en serio, ¿Cómo se te ocurre que una chica tan joven esté saliendo con un socio y amigo de la familia?Noelia, visiblemente molesta, apretó los labios. —Leon