Capítulo 3

En los días siguientes, el padre de Regina fue a su puesto de trabajo como unos de los supervisores de la naviera Allen que seguía siendo famosa en todo el territorio nacional de Estados Unidos.

Sin embargo, él tenía mucho tiempo haciendo demasiado bien su trabajo, que era demasiado querido por todos los empleados por tener su trato amable hacia los demás, excepto de Olivia, porque ella quería que ese sector de su empresa trabajara el doble generando más ganancias, pero sin pagar horas extras, algo que José Anderson no quería aceptar pidiendo mejoras laborales desde hace un mes.

—Vamos chicos, quizás todo mejore en estos días que vino el joven Michael—expreso este supervisor mientras que vino uno de sus trabajadores en este momento.

—¡Dios te oiga! Porque nadie aguanta aquí todo lo que está ocurriendo—le dijo para luego pasarle la lista de toda la mercancía que tenían que recoger en este momento.

En cuanto tuviera la oportunidad debían contarle todo a Michael porque sus abuelos siempre fueron demasiado justos con todos los empleados, además de que siempre daban un justificativo cuando despedían a cualquier empleo, pero Olivia los trataba como esclavos para acelerar la producción.

Algunos trabajadores se iban sin su debido arreglo, mucho menos decir cualquier palabra porque la actual dueña tenía a una parte de la justicia comprada para resolver este tipo de escándalos que no le convenían para nada a la empresa.

Fue en ese momento que vio José pasar a la señora Olivia junto a su hija Fernanda, supervisando hasta el mínimo detalle.

De buena manera se acercó a ellas para explicarle la situación de los empleados porque ahora podía ir donde Michael si esta vez le rechazaban la ayuda.

—Necesito hablar con usted un momento, aquí los turnos dobles con guardia no nos convienen ni siquiera con el aumento de sueldo de la vez pasada—sin embargo, lo miraron de una forma extraña—si nos puede ayudar dándole más días a todos ellos nuestra producción puede mejorar.

Fernanda quería decir algo, pero en ese momento Olivia se adelantó a sus palabras.

—Creo que usted fue amigo íntimo de mis padres, por eso le dijeron ese cargo importante porque toda esta mercancía depende los ingresos de la naviera, pero he revisado su expediente para darme cuenta de que no tiene estudios mucho menos un título universitario ¿Debería despedirlo?

Justo en ese momento, pensó que su madre podría estar pasando el límite o quizás tener razón porque nadie tenía derecho a desafiar a Fernanda ni siquiera sus hijos.

—Haga lo que considere correcto para la empresa, pero todos los empleados merecen un trato más justo—le respondió José de forma directa.

—Entonces queda despedido porque necesitaría más dinero para pagar todos sus sueldos cuando lo puedo invertir de otra manera—dijo Olivia, sin embargo, Julia apoyo la decisión de su mamá al pedirle su identificación junto con sus llaves a José.

Se quedó un momento en show porque no le podían hacer esto, aquí invirtió los mejores años de su vida para que acabara así, pero no tenía remordimiento porque estaba haciendo lo correcto delante de los ojos de los demás.

—¡Ahora puede hacer todo lo que quiera! Solamente espero que Michael se entere para que le venga con sus reclamos—fueron las últimas palabras de José para luego irme de ahí a pesar de que estas dos mujeres se burlaban de todo lo que había dicho.

Se dirigió hacia sus cosas para agarrarlas, caminando de regreso a su hogar.

De alguna forma le tenía que explicar a sus dos hijas todo lo que había pasado por su culpa, pero Regina no se lo iba a tomar bien, mucho menos siendo algo demasiado injusto.

Pero igual no quería perder nada sino quedarme tranquilo, igual a su edad podría conseguir un nuevo trabajo porque sin tener tantos estudios académicos no le quitaban en ningún momento las referencias personales que tenía tratando a las personas de la misma manera amable y gentil, lleno de humildad, sin jamás importarle el dinero.

Le había prometido a su esposa seguir viviendo para seguir proteger a sus hijas Regina y Gaby de cualquier hombre que les quisiera hacer daño, algo que nunca iba a permitir.

Luego de unas horas, cuando Regina llegaba de su casa, se dio cuenta del problema en que estaba metido su padre, además de que había quedado sin trabajo mientras su hermana pequeña aún estaba en el colegio.

—Dime que no discutiste con los dueños ¿Por qué te echaron cuando necesitamos el dinero para terminar de pagar la hipoteca de la casa?—esas palabras eran el regaño que Regina le estaba dando a su padre.

—Jamás me fui con esa intención, solamente fue culpa de Olivia porque igual le iba a plantear a Michael todo lo que estaba pasando a sus espaldas, nadie está contento con todo lo que ocurre en la empresa.

Regina no tenía ni idea de que lo podía hacer en la empresa, pero no se podía quedar de brazos cruzados mientras su papá se quedaba en la casa.

—Tengo que ir a la fiesta que van a dar para hablar con su hijo, todo el trato que ella le da a los trabajadores—sin embargo, su padre la interrumpe en este momento.

—No creo que sea una buena idea, además dudo mucho que te dejen pasar—fueron las palabras que le dieron a su hija una gran idea.

¿Quién dijo que Regina iba a ir?

Lo único que debía hacer era disfrazarse para contarle a este chico lo que estaba pasando en la naviera, aunque exactamente no le podía decir a nadie lo que quería hacer.

—No te preocupes, supongo que nadie se va a enterar lo que voy a hacer—luego le dio a su pequeño beso a su padre en la mejilla para irse a reunir con Eugenio en las afueras de su casa.

Cuando lo vio en la cera, ella se sentó a su lado como lo hacían en los viejos tiempos.

—No sabía que las cosas eran demasiado complicadas en tu familia.

—Entonces escuchaste la conversación ¿Por qué todo el tiempo me tienes que espiar?—le pregunto Regina de manera inocente.

—Desde que me rechazaste hace unas semanas, siempre estaré encantado de que seas mi novia, sin embargo, no quieres tener novio desde que paso lo de tu mamá—le respondió mientras ella miraba el cielo.

Quizás su amigo pudiera tener razón, pero Regina no podía superar esto así de fácil por toda la culpa que tenía en su corazón desde hace mucho tiempo.

—Sabes qué puedo hacer más que tu amigo porque la verdad estoy enamorado de ti desde la primera vez que te vi, nunca me van a importar las otras chicas que no sean como tú—le seguía mencionando Eugenio, pero él no era feo o alguien que no le importaba.

Simplemente, Regina no estaba dispuesta a amar o sentirse querida desde hace mucho menos en esta oportunidad que su padre necesitaba justicia por lo que había pasado en la mañana.

Antes de que su amigo juntara su mano con ella, en ese momento vino Gaby para interrumpir ese momento.

—¡Hey muchachos! ¿Qué hacen ahora?—les grito de manera dramática cuando estaba cerca de ellos.

—Nada interesante—respondió Eugenio, mientras que Regina soltaba una risa pequeña.

—Sabes que papá lo despidió esa tal Olivia por defender a los demás ¡Estoy casi segura que sus hijos deben ser iguales a ella!—continuo diciendo Regina mientras observaba el uniforme azul de su hermana—pero cuando le diga todo a Michael me va a escuchar y luego le va a regresar el trabajo además junto con un adelanto por todo lo que ha hecho ¿Qué les parece mi idea?

—No se me parece raro además es mejor dejar las cosas así—le dijo su hermana a ella, pero Regina no le importo su respuesta porque tenía una decisión tomaba.

Infiltrarse a la fiesta que iban a dar, algo demasiado fácil para ella, fingiendo ser una millonaria con unas cuantas joyas que tenía guardadas, además de un vestido a la altura de la ocasión.

Aunque le faltaba una máscara para añadir más misterio al asunto tipo película para darle emoción a esta historia, porque lo menos que tenía que hacer era llamar la atención.

Luego de unas horas, Regina se fue a su habitación para planear cada detalle, incluyendo información acerca de la familia de Olivia, para darse cuenta de que su hermana Ruth había desaparecido de forma misteriosa o estaba muerta, como decían las noticias que estaban en el periódico.

Como sea nada de eso, tenía que ver con ella en este momento porque no quería que su familia fuera humillada por Olivia.

Por eso levanto de su silla para revisar en su closet de madera, algunos de sus atuendos que quería usar para resaltar su figura bella heredada de su madre.

Entonces, cuando encontró el vestido ideal lo lucio a través del espejo para darse cuenta de lo radiante que estaba.

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