En medio de la noche, Paola estaba preparando la cena mientras que entendía que sus padres estaban a punto de llegar a la casa.

Menos mal que esperaba verse otra con Stephan para que aclarar las cosas porque de todas maneras siempre había sido su mejor amigo en todo.

Incluyendo a su hermano Saúl, que siempre iba a hacer el pequeño de la familia, aunque lo iba a consentir mucho porque lo amaba mucho.

Entonces se dio cuenta de que el pasticho en el horno se le estaba quemando un poco, sin embargo, justo apareció el menor de la familia Allen para darle un abrazo enorme.

—¡Sabes que te extrañe mucho! Hermanita, espero que nunca cambies—fueron las palabras importantes de Saúl cuando estaba chica, no paraba de reírse por el momento.

—¿Por qué sigues siendo tan exagerado?

—Eres mi hermana favorita, no quiero que cambies jamás así te cases con un viejo árabe—volvió a decir este hombre mientras que le estaba poniendo salsa de tomate para ponerle eso a la pasta.

Poco después, ellos se sen