Al ver que no obtenía respuesta, levantó a su padre como pudo a la cama mientras llamaba a emergencia; esperando que llegaran rápido para poder trasladarlo a la clínica. Sintió esos diez minutos eternos, pensando que lo podría perder tal como había sucedido con su madre; sintiendo arrugado su corazón por lo que podría llegar a suceder donde incluso no le contesto más mensajes a Angelica, porque su padre estaba primero. Al llegar al hospital, lo adentraron a urgencias donde tuvo que esperar en la sala de espera, cogiéndose el cabello con sus manos sintiendo impotencia y culpando al cielo por todo lo que le estaba pasando.― ¿Por qué? ¿También te lo quieres llevar a él? ― Resoplo hacia el cielo, saliendo del hospital al dirigirse a la capilla ―, ¿Que he hecho de malo en esta vida para que te lo lleves después de haberte llevado a mi madre? ― Renegó derramando lágrimas, mientras se arrodillaba en el pasto sin importarle nada, ni siquiera su propia vida, agachando la cabeza ante la impote
Angelica no sabia que responder ante esa pregunta, su corazón latía a mil por hora porque el hombre de su vida se estaba confesando directamente, se sentía extrañada pero al mismo tiempo afortunada mirándolo con los ojos cristalizados, mientras Estiven sentía los peores nervios que podía imaginarse incluso más que con el caso del posible embarazo de Luna; no tenía una respuesta donde no sabía si volver a preguntar, insistir o mejor dejar el tema hasta allí porque lo que menos quería era que Angelica se sintiera incómoda, se alejara y perderla indefinidamente. ― Quiero ser tu novia ― Respondió finalmente, donde ambos sintieron una paz en su corazón ―, Pero debes ser consciente de mi relación formal con Andrew ― Prosiguió, donde Estiven quería acabar con ese hombre por encontrarse en medio de su camino.― Lo se, cada uno tiene situaciones donde el otro tendrá que afrontar para poder estar juntos ― Manifestó pensando en Luna, mientras se mordía el labio ―, Pero lo más esencial es que ca
Angelica iba a gritar pero Estiven logro a tiempo taparle la boca, susurrando para calmarla dándose cuenta que se trataba de su amado. Vio hacia todos lados, dándose cuenta que la ventana había quedado abierta, se movió hacia un lado mientras Estiven la cerraba, para en seguida colocarse al lado de su amada abrazándola debajo de las cobijas. Angelica se sentía extraña porque era la primera vez que tenía a un hombre en su cama, donde nunca había compartido con nadie realmente dándose cuenta que estaba a punto de casarse sin haber experimentado nada en la vida, sintiéndose decepcionada de sí misma. Salió de sus pensamientos, cuando Estiven la agarró de su cara para que lo mirara terminando el acto con un beso en los labios.― Disculpame si fui atrevido, pero no encontraba otra forma de verte ― Manifestó mientras acariciaba su mejilla ―, No quería tener a mi rival detrás de nosotros siempre ― Dijo con seguridad, dónde Angelica negó con la cabeza. ― Eres un amor de persona, me da miedo l
Angelica se dirigió hacia la habitación de su nona, para distraerla mientras le daba el campo a Estiven de salir por la ventana sintiendo nervios porque en la noche no se veía tan alta como era; miró de un lado a otro bajando esperando no llamar la atención de ningún guardia logrando llegar al suelo sano y a salvo; se escondio rapidamente al sentir la presencia de alguien donde observó mirando con asombro y sospecha; porque era el padre de su amada acompañado de uno de los narcotraficantes más buscados del país donde se estaban dando la mano, dando a entender que eran buenos amigos.― Mierda… En que estas metido ― Susurro bajito, queriendo tomar fotos ―, No dejare que acabes con nosotros ― Murmuró tomando la foto, guardando el celular cuando sintió a alguien a su lado volteando a ver con una sonrisa nerviosa mientras aquella persona negaba con la cabeza.― Estás en severos problemas ― Mencionó aquel hombre antes de cogerlo de los brazos, tapando su boca ―, Si colaboras será menos dolo
Estiven despertó, no sabía donde se encontraba pero todo estaba oscuro donde solo entraba una pizca del rayo de sol por una ventana; quiso moverse pero se encontraba atado sintiendo cómo le ardía tanto sus manos como sus pies por el roce con un lazo. Sintió su corazón a mil, porque recordaba que a la última persona que había visto era al presidente de la república, queriendo escapar pero era imposible así que decidió gritar con la ilusión de que alguien lo escuchara y lo ayudará para contarle a su amada quien era realmente su padre.― Hasta que despertaste ― Menciono una voz, volteando a verla ―, ¿Qué hacías en mi casa? Te había advertido que no quería verte por allá ― Aseguro agachándose a su nivel, mirándolo con superioridad.― ¿Que hace el presidente de la república secuestrando a un habitante de su pueblo? ― Cuestiono observando con asco, pero por dentro temblaba por su vida ―, ¿Me va a matar? Por el simple hecho de no ser una persona de estrato como usted ― Mencionó haciendo que
Estiven no sabia que dia ni que hora era, había perdido el sentido del tiempo estando allí encerrado donde recibía el alimento solo para tener fuerzas para escapar en el momento adecuado, se encontraba sucio y desorganizado pero era lo que menos le importaba; no tenía noticias de la salud de su padre tampoco sobre Angelica donde sabía que se iba a casar, pero no tenía certeza de cuando iba a suceder y debía de estarlo odiando en este momento; por el simple hecho de haberse desaparecido después de su primera vez detestando con todo su corazón al padre y presidente de la república. Cerró los ojos, cuando sintió que había abierto la puerta dándose cuenta que era de día, vio entrar a los dos hombres de siempre pero esta vez acompañado de un tercero con una sonrisa cínica y de victoria.― Me alegra verte tan moribundo aqui, es lo que se merecen ratas como usted ― Escupe sin importarle de quién se trataba ―, El dia que salga de aquí debe preocuparse, porque lo demandare ― Afirmó con segurid
Había llegado el gran dia, Angelica estaba en frente del espejo mirándose por última vez antes de salir con su vestido de novia; no tenía señales de Estiven y en este momento esperaba no tenerlas; debido a que sentía que su mundo se había caído al suelo desde que supo del embarazo de Luna. Tal como le garantizo Andrew, no pasó nada más del beso aquella noche y la ha respetado el resto de días. Esperaba haber tomado la mejor decisión, salió de la habitación hacia la sala principal donde la esperaba su nona con una sonrisa de oreja a oreja aunque con sus ojos llenos de nostalgia, Angélica negó acercándose a su madre y padre quienes estaban más felices con lo que iba a ocurrir en unos minutos. ― Te ves hermosa hija, no sabes lo orgullosa que me siento de ti ― Manifestó su madre cogiéndola de la mano ―, Se que será un gran matrimonio y que serás feliz ― Prosiguió soltando su mano, para pasársela a su esposo.― Me alegra saber que tomaste la mejor decisión, porque es un buen hombre ― Aseg
Estiven se dirigió hacia el hospital, su padre era su vida y era él único que podía estar para aquel momento; sabía que se arrepentiría toda la vida si hubiera decidido abandonarlo. Llegó, dónde le dijeron que se encontraba en cuidados intensivos reviviendo del paro pero con su saturación baja con posibilidad de otro infarto o una muerte segura. ― Nunca te he abandonado, debes tenerlo en claro ― Murmuró con los ojos cristalizados, cogiendo su mano ― Me han querido matar por querer amar a una mujer con todo mi corazón ― Mencionó con dolor, porque no podía creer cómo una persona podía empeñarse en dañar la felicidad de dos individuos que se aman con todo el corazón. ― ¿Qué puedo hacer? En este momento ya debió casarse el amor de mi vida ― Dijo con el corazón arrugado, mirando hacia la ventana ―, Pero al menos se que estoy aquí a tu lado ― Sentenció apretando la mano de su padre, pidiéndole al ángel de su madre que no se lo llevará todavía si no sentiría que todo su mundo se había derr