Sophia sube a su habitación, cierra la puerta con todas sus fuerzas, obviamente los seguridad no le hicieron caso y están fuera de su habitación haciendo guardia.

Se tira a la cama y deja escapar un grito ahogado. Golpea la cama con rabia varias veces.

Toma su celular y llama a su amiga.

Llamada:

-Hola Lucía -dice desanimada.

-Hola Sophia, mi amor. ¿Qué te cuentas?

-Pues nada nuevo, sólo que hoy estoy más harta de mi vida, que los demás días. Quisiera escapar de aquí.

-Espera Sophi, ¿Por qué dices eso? -pregunta sorprendida.

-Pues cada día me quieren tener más encerrada, al parecer no se conforman con tenerme un batallón encima, no soy la Reina de Inglaterra.

-Sophi sabes muy bien que es por tu seguridad -dice Lucía mientras hace las tareas.

Llaman a la puerta con dos toques suaves.

-Soy Ariana, ¿puedo pasar? -dice al ver que no contesta.

-Si claro Ariana, pasa. Te llamo luego Lucia, Besos - dice colgando la llamada.

Fin de la llamada

-¿Qué necesitas? -pregunta algo distante.

Ariana camina hasta ella y se sienta a su lado.

-¿Qué te pasa preciosa? ¿Por qué tomas esa actitud con tu padre? -pregunta poniendo sus manos sobre las de Sophia.

-Ariana, no es fácil estar vigilada, no puedo salir de aquí y eso me tiene mal -Dice con lágrimas en los ojos.

-Yo te entiendo, pero tienes que entenderlo a él, eres su única hija; él es el presidente y tu eres la hija del Presidente, es un riesgo que andes sola sin seguridad -dice dándole un apretón de mano.

Ariana es muy comprensiva, siempre aconseja a Sophia, no le importa pasar todo el tiempo hablando con ella, es como la hija que aún no ha tenido o jamás tendrá.

-Si, pero siento que exagera, creo que si solo tu y Moisés me cuidarán fuese más felíz -dice algo apagada.

-Si, tienes razón, pero sabes que Colombia no es muy seguro que digamos y ya sabes como es tu padre de exagerado -dice dándole una sonrisa.

-Ojalá y ya se acabe su tiempo en la presidencia -dice recostando su cabeza sobre el hombro de Ariana.

-Yo igual -contesta acariciando su cabellera rubia.

-Gracias Jairon; puedes retirarte -dice dándole la espalda mientras observa el sobre antes de abrirlo.

Se va al balcón, allí se dispone a abrirlo. Del interior saca un papel blanco con un escrito que dice: Estamos aún más cerca y dos letras RK. El presidente se sienta en la silla y con sus manos sostiene su cabeza.

Sabe perfectamente de parte de quien viene esa advertencia y que no es una broma.

-Amor, ya es un poco tarde, ven y vamos a dormir, recuerda que mañana hay trabajo -Le dice la Sra. Roccio.

Él se levanta y se dirige a su habitación y se acuesta sin decir nada. Está aturdido y pensando que hacer.

Al día siguiente el presidente reúne a todas sus seguridades y ordena más vigilancia y que estén al pendiente de su mujer e hija. Les exige total confidencialidad no quieren que los medios se enteren de todo esto y le pongan el ojo encima.

Sophia sale rápido y no se percata de la reunión, sube al auto, saluda a Nacho y se coloca sus auriculares. Quiero distraerse e imaginar que solo es ella y la música.

En el asiento delantero sube un guardaespalda, atrás suben dos de su lado izquierdo y Ariana en el derecho.

Sophia mira por el cristal de atrás y ve que el otro vehículo está siendo abarrotado por seguridades, como si se tratase del presidente de los Estados Unidos que va a ser escoltado.

Voltea su cabeza con tal confusión hacia Ariana.

-¿Que coño es ésta m****a? -pregunta muy alterada -Me imagino que es para Irak que vamos, ¿Acaso mi padre está perdiendo el juicio? -Pregunta muy alterada.

-Sophia debes de calmarte, intenté hablar con tu padre y fue imposible.