Mientras Eli y yo nos dirigimos a la frontera, tengo una idea de lo que es esto. En los últimos dos meses, tanto Cara como Angela han tenido, en su mayoría, vampiros, pero también otros sobrenaturales, que han venido a jurar su lealtad a los ‘Guardianes del Reino’, como nos llaman. La noticia del encarcelamiento de Angela y de la derrota de los vampiros por parte de los Guardianes se ha extendido rápidamente.

Sin embargo, cuando llegamos, entiendo al instante por qué Carlos los llamó “criaturas”. No tengo ni idea de lo que son estas pequeñas hadas. Hay cinco de ellos y están volando alrededor con sus pequeñas alas. No pueden medir más de medio metro, si acaso. Brillan y parecen iluminadas desde dentro. Llevan ropas extrañas y vaporosas que parecen hechas de hojas de plantas. Su pelo y su cuerpo parecen casi opacos y probablemente lo serían si no fuera por la extraña luz que los ilumina.

“Ay, sabía que sería más hermosa de cerca”, dice uno de los dos machos en un susurro escénico, mir