Puedo sentir el impacto que la noticia de Liam y Rik tiene en Grace. Una cosa es suponer y otra descubrir que estabas en lo cierto. Tiro de su cara hacia mí, inclinándome hacia ella. “¿Estás bien, bebé?”.

Asiente, pero una lágrima resbala por su mejilla. A mi dulce pareja le han pasado tantas cosas en tan poco tiempo. A veces olvido que aún es muy joven. Es una mujer fuerte y feroz, pero hay momentos, como ahora, en que es frágil.

Miro a los demás en la mesa. “Voy a llevar a mi pareja a descansar un rato. Gracias por la comida. Estamos deseando pasar más tiempo con ustedes y conocer mejor el espíritu guardián de Maia, pero ahora mismo Grace necesita algo de tiempo”, digo, antes de levantarme, cargar a mi pareja, para su sorpresa, y dirigirnos a nuestra habitación.

“No tenías que hacer eso”, dice en voz baja, con la cabeza apoyada en mi hombro.

“Sí, tenía que hacerlo. La descripción real del trabajo de ‘pareja’ es cuidar de quien te de la Diosa de la Luna. Pude sentir cuánto te dol