Después de ver el gesto pícaro de Danisa cuando abandonaba el salón con el Beta Michael, me doy cuenta de que no va a volver a tiempo para acabar su comida, que se ha quedado a medias en el plato.
Yo sigo comiendo distraídamente, y cuando al fin me siento llena, decido llevar mi bandeja y la de Danisa a la zona de limpieza. Lo cierto es que la audacia de mi nueva amiga me ha hecho perder el apetito, pues me pregunto si habrá algo mal en mi interior, ya que hasta hace pocos días nunca había sentido deseo por ningún hombre. De hecho, durante mi ceremonia de apareamiento con mi primo Aldo, lo que más sentía era repulsión, solo pretendía acostarme con él como parte de mi deber con mi manada, y en cierto modo, me sentí aliviada cuando no tuve que pasar la noche entre sus brazos.
Doy un breve paseo por los pasillos desiertos, y cuando me doy cuenta de que no tengo ninguna obliga
Después de este episodio en la biblioteca, apenas puedo mirar a Albert, mi parte pudorosa me dice que no puedo cambiar de un hombre a otro así, sin decidirme; en cambio, mi recién descubierta parte traviesa, me hace saber que ninguno de los dos me ha pedido que mantengamos una relación en exclusiva. Sé que la mayoría de lobas de mi edad han estado ya con varios chicos, algunas incluso están ya casadas, pero en mi caso, mi despertar sexual ha sido tan tardío, que no puedo dejar de escandalizarme al pensar en las pocas horas que hace que perdí la virginidad con el Alfa Denzel. Camino sin rumbo por la casa, busco a Danisa en su cuarto,pero no está allí,y no sé a quien preguntarle por ella. Me gustaría encontrarla, y hablar sobre lo que me está sucediendo, aunque por otra parte, lo pienso mejor, y soy consciente de que no debería andar por ahí contando historias del Alfa de la manada. Bajo de nuevo las escaleras, salgo a la puerta, y respiro varias veces con inhalaciones
Al final, tras aplicarme el maquillaje, decido cambiarme la camiseta simplona que había escogido en un primer momento, y finalmente me pongo una camiseta rosa fucsia que realza mi escaso pecho.Me miro al espejo, veo que estoy significativamente mejor que hace unos minutos, y me sonrió a mi misma. Sé que es estúpido emplear todo este esfuerzo para tan solo unos minutos, pues en breve estaré quitándome la ropa y cambiando a mi forma animal, pero me apetecía hacerlo, me apetecía presentarme ante mi Alfa de la forma más seductora posible. Cuando me siento preparada, al fin, miro el reloj de mi teléfono móvil, y doy un respingo, debería estar abajo desde hace diez minutos, maldición, el Alfa Denzel va a estar muy enojado conmigo, no creo que se fije en mis esfuerzos por arreglarme para él, porque estoy segura de que solo podrá gritarme por mi falta de puntualidad.Bajo
Miro hacia la mancha blanquecina expandida sobre la hierba fresca, y me fustigo por mi pérdida de control total y absoluta. No tengo idea de que es lo que hace Emerald conmigo, pero esta inocente me hace perder mi autocontrol, y antes de darme cuenta, cada vez que estoy en su presencia, me vuelvo loco, como hoy ¿en qué podía estar pensando para tomarla en su forma de loba?Me alejo de ella rápidamente, y vuelvo a meterme en el agua helada,espero que ésta me ayude a limpiarme, y a olvidarme de lo que acaba de ocurrir entre nosotros.La miro en la distancia, y la veo erguirse, y moverse temerosa, veo sus ojos nublados por el miedo, y se apoya primero en una pata y luego en la otra, e imagino que mi extraña reacción, eyaculando fuera de ella, y luego escapando sin siquiera mirarla, la ha hecho sentir insegura.Volvemos a la casa de la manada en silencio, en esta ocasi&o
Tras varios días sin saber nada de Denzel, tras nuestro encuentro sexual en medio de bosque, decido aceptar la invitación de Danisa para ir de compras al pueblo el siguiente sábado. Aunque tengo mucho pendiente de estudiar, pues voy a presentarme a un examen oficial que certifique que he cumplido con todos los requisitos que se espera que una estudiante haya adquirido al final del instituto, siento que necesito despejar mi mente.Por una parte, estoy agobiada con el examen, porque sé que será muy complicado, y si no consigo aprobarlo, tendré que volver a presentarme nuevamente, y eso supondría retrasar varios meses la búsqueda de empleo, y por tanto, mi independencia financiera.Por otro lado, estoy agobiada por el triángulo amoroso en el que me he visto envuelta. Por un lado, el Alfa Denzel, tan sexy y con esos ojos que parecen hielo fundido; por otro,
Cuando llegamos a la casa de la manada, tras el alocado viaje en el que casi nos salimos dos veces de la carretera debido a la velocidad a la que Danisa conducía, un guardia me estaba esperando para entregarme una nota del Alfa Denzel. La abrí con mucha curiosidad, pues era la primera noticia suya que tenía en varios días, la nota era simple:- Esta noche, cena en mi habitación, 20:30 horas.Le di las gracias al joven muchacho, que pareció emocionarse de que recordara su nombre,y me encaminé a mi habitación. Al entrar, lo vi todo recogido, y pensé que la pobre Vicenta se había superado hoy, pues incluso había colocado flores frescas en la mesita de al lado de la cama. Me acerqué, aspiré el suave aroma de las rosas blancas que había dejado allí, y pensé en darle las gracias más tarde, cuando volviera para ayudarme a cambiarme.Dejé la nota
Desde que Emerald ha entrado en la habitación exudando sexualidad y desprendiendo ese sexy olor a cereza, no he podido hacer otra cosa que desearla. De hecho, he intentado refrenarme, le he ofrecido cenar, aunque yo tenía claro que después de la cena acabaríamos acostándonos, pero cuando me ha respondido con esa voz sexy, he notado como mi pene cobraba vida, y me ordenaba hacerla mía. Ahora viéndola con esa expresión satisfecha, siento una ola de profunda felicidad invadiéndome, lo que me lleva a preguntarme si puede haber algo de cierto en las palabras de mi Beta, que dice que ella puede ser mi pareja. Sinceramente, no tengo ni idea, y a estas alturas estoy tan confundido, que prefiero no darle demasiadas vueltas. La cargo en mis brazos, con sus piernas enroscadas en mis caderas, y dejo caer nuestros cuerpos entrelazados en la inmensa cama que preside la habitación. Recorro su cuerpo con mis ojos, y mi pene vuelve a erguirse al observar la abertura de su ropa interi
Tras varios días de arduo estudio, noches sin apenas dormir, y días de levantarme de madrugada para repasar el extenso temario del que me iba a examinar, finalmente llegó el día del examen. Ese día, acudí con Albert a la ciudad, que se mostró cauto y receloso durante todo el trayecto; yo, que no sabía como actuar, y además estaba muy avergonzada por nuestro último encuentro, decidí que prefería viajar en silencio, y tampoco abrí la boca.Finalmente, una vez en el centro de estudios en el que se realizaba el examen, se decidió a hablarme:- Bueno suerte, Emi, aunque estoy seguro de que los dejarás a todos con la boca abierta por tu dominio de las materias.- Gracias, tu apoyo significa mucho para mi.Él me dejó en la puerta del centro, y yo caminé lentamente hacia el interior, me sentía nerviosa y como si fuera una condenada
Después de todas las emociones que viví el día del examen, no pude ni siquiera bajar al comedor comunitario para cenar. Llegué a la casa de la manada en el coche de mi profesor, y ante su obcecada actitud, y su empeño en tratarme como a una niña rebelde, me bajé sin siquiera despedirme, dejándolo allí plantado. Tras esta situación, decidí irme a mi habitación, donde abandoné los libros que había llevado para repasar mis últimas dudas durante el viaje de ida, y me metí en la ducha. El agua caliente me pareció un bálsamo para mi cansado cuerpo. La dejé correr durante quince minutos, y tras salir, me envolví en una toalla, y decidí regalarme unos minutos de relax, cosa que casi nunca hacía. Me apliqué una crema que había en un frasco del baño, y me sorprendí por su intenso olor a rosas.Despué