Miro hacia la mancha blanquecina expandida sobre la hierba fresca, y me fustigo por mi pérdida de control total y absoluta. No tengo idea de que es lo que hace Emerald conmigo, pero esta inocente me hace perder mi autocontrol, y antes de darme cuenta, cada vez que estoy en su presencia, me vuelvo loco, como hoy ¿en qué podía estar pensando para tomarla en su forma de loba?
Me alejo de ella rápidamente, y vuelvo a meterme en el agua helada,espero que ésta me ayude a limpiarme, y a olvidarme de lo que acaba de ocurrir entre nosotros.La miro en la distancia, y la veo erguirse, y moverse temerosa, veo sus ojos nublados por el miedo, y se apoya primero en una pata y luego en la otra, e imagino que mi extraña reacción, eyaculando fuera de ella, y luego escapando sin siquiera mirarla, la ha hecho sentir insegura.
Volvemos a la casa de la manada en silencio, en esta ocasi&o
Tras varios días sin saber nada de Denzel, tras nuestro encuentro sexual en medio de bosque, decido aceptar la invitación de Danisa para ir de compras al pueblo el siguiente sábado. Aunque tengo mucho pendiente de estudiar, pues voy a presentarme a un examen oficial que certifique que he cumplido con todos los requisitos que se espera que una estudiante haya adquirido al final del instituto, siento que necesito despejar mi mente.Por una parte, estoy agobiada con el examen, porque sé que será muy complicado, y si no consigo aprobarlo, tendré que volver a presentarme nuevamente, y eso supondría retrasar varios meses la búsqueda de empleo, y por tanto, mi independencia financiera.Por otro lado, estoy agobiada por el triángulo amoroso en el que me he visto envuelta. Por un lado, el Alfa Denzel, tan sexy y con esos ojos que parecen hielo fundido; por otro,
Cuando llegamos a la casa de la manada, tras el alocado viaje en el que casi nos salimos dos veces de la carretera debido a la velocidad a la que Danisa conducía, un guardia me estaba esperando para entregarme una nota del Alfa Denzel. La abrí con mucha curiosidad, pues era la primera noticia suya que tenía en varios días, la nota era simple:- Esta noche, cena en mi habitación, 20:30 horas.Le di las gracias al joven muchacho, que pareció emocionarse de que recordara su nombre,y me encaminé a mi habitación. Al entrar, lo vi todo recogido, y pensé que la pobre Vicenta se había superado hoy, pues incluso había colocado flores frescas en la mesita de al lado de la cama. Me acerqué, aspiré el suave aroma de las rosas blancas que había dejado allí, y pensé en darle las gracias más tarde, cuando volviera para ayudarme a cambiarme.Dejé la nota
Desde que Emerald ha entrado en la habitación exudando sexualidad y desprendiendo ese sexy olor a cereza, no he podido hacer otra cosa que desearla. De hecho, he intentado refrenarme, le he ofrecido cenar, aunque yo tenía claro que después de la cena acabaríamos acostándonos, pero cuando me ha respondido con esa voz sexy, he notado como mi pene cobraba vida, y me ordenaba hacerla mía. Ahora viéndola con esa expresión satisfecha, siento una ola de profunda felicidad invadiéndome, lo que me lleva a preguntarme si puede haber algo de cierto en las palabras de mi Beta, que dice que ella puede ser mi pareja. Sinceramente, no tengo ni idea, y a estas alturas estoy tan confundido, que prefiero no darle demasiadas vueltas. La cargo en mis brazos, con sus piernas enroscadas en mis caderas, y dejo caer nuestros cuerpos entrelazados en la inmensa cama que preside la habitación. Recorro su cuerpo con mis ojos, y mi pene vuelve a erguirse al observar la abertura de su ropa interi
Tras varios días de arduo estudio, noches sin apenas dormir, y días de levantarme de madrugada para repasar el extenso temario del que me iba a examinar, finalmente llegó el día del examen. Ese día, acudí con Albert a la ciudad, que se mostró cauto y receloso durante todo el trayecto; yo, que no sabía como actuar, y además estaba muy avergonzada por nuestro último encuentro, decidí que prefería viajar en silencio, y tampoco abrí la boca.Finalmente, una vez en el centro de estudios en el que se realizaba el examen, se decidió a hablarme:- Bueno suerte, Emi, aunque estoy seguro de que los dejarás a todos con la boca abierta por tu dominio de las materias.- Gracias, tu apoyo significa mucho para mi.Él me dejó en la puerta del centro, y yo caminé lentamente hacia el interior, me sentía nerviosa y como si fuera una condenada
Después de todas las emociones que viví el día del examen, no pude ni siquiera bajar al comedor comunitario para cenar. Llegué a la casa de la manada en el coche de mi profesor, y ante su obcecada actitud, y su empeño en tratarme como a una niña rebelde, me bajé sin siquiera despedirme, dejándolo allí plantado. Tras esta situación, decidí irme a mi habitación, donde abandoné los libros que había llevado para repasar mis últimas dudas durante el viaje de ida, y me metí en la ducha. El agua caliente me pareció un bálsamo para mi cansado cuerpo. La dejé correr durante quince minutos, y tras salir, me envolví en una toalla, y decidí regalarme unos minutos de relax, cosa que casi nunca hacía. Me apliqué una crema que había en un frasco del baño, y me sorprendí por su intenso olor a rosas.Despué
Después de dejar a Danisa recogiendo nuestras bandejas con los restos de comida, me dirigí hacia la enfermería, y aunque era muy temprano, me encontré allí a la enfermera, que se sorprendió al comprobar lo pronto que llegaba.- ¡Vaya, Emerald! No te esperaba hasta dentro de una hora o así, ¿qué haces por aquí?- Estaba nerviosa, siempre me pasa cuando voy a iniciar un nuevo proyecto.- Bueno, no pasa nada, no tienes porqué sentirte nerviosa aquí, estarás a mi cargo, y el trabajo no es muy duro la mayoría de los días.Yo le sonreí nerviosa, pero esperando parecer simpática, y eficiente.- No tengo ninguna experiencia trabajando en una enfermería, pero al parecer el Alfa Denzel quiere que yo me ponga al cargo de la escuela primaria el próximo curso, por lo que necesitaré saber un poco de primeros auxilios.<
Tras dos semanas de intenso trabajo, casi había olvidado que hoy hacía dos semanas desde que me examiné en el instituto Mark Insights, y que se suponía que tenía que ir en persona a recoger las notas.Como digo, tras esa primera quincena en la enfermería, los días se me pasaban tan rápido, que hasta que no me encontré con Danisa en el salón de desayunos, no recordé que era el día de acudir a la ciudad a por las notas.- Emerald, Emerald.Me llamó ella esa mañana cuando entré en el comedor. Como siempre, hacía grandes aspavientos, y movía las manos para llamar mi atención, como si yo no hubiera reparado ya en su coleta, sujeta en la parte más alta de su cabeza con un coletero verde brillante, y su top corto a juego. Le devolví el saludo, y le indiqué por señas que
Después de disfrutar de una buena tarde contándonos cotilleos frente a una taza de té, Danisa y yo regresamos. De nuevo, conduce ella, y su forma de llevar el vehículo me hace sentirme en riesgo constante. Pienso en la posibilidad de obtener mi propia licencia de conducción, pero lo descarto rápidamente de mi mente, pues aunque consiguiera ahorrar lo suficiente para pagarme las clases, y el examen, aún necesitaría un coche propio, y eso me resultaría mucho más difícil de conseguir.Cuando al fin llegamos, y Danisa deja su vehículo en el enorme garaje de la casa de la manada, me despido de ella con un abrazo, y me encamino hacia la cocina, donde encuentro a Maya y a su madre.- Estábamos esperando a que volvieras de la ciudad, una de las chicas del entrenamiento nos dijo esta mañana que habías ido a recoger las notas.- dice Maya.- He aprobado, chicas.